Avance de investigadores argentinos contra una rara enfermedad hereditaria
El resultado del trabajo, hecho en ratones y pendiente de corroboración clínica, le valió estar en la tapa de la revista científica Cell
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“Fue lo mejor que me pasó en la vida”, dijo el científico argentino Luciano Marasco.
No se refería a una investigación hecha o a un logro científico particular, sino a haber conocido a los familiares de los pacientes argentinos de la atrofia muscular espinal (AME), una enfermedad discapacitante que les afecta el movimiento “y los va transformando en estatuas”. A partir del empuje —incluida parte de la financiación— y del pedido de los mismos familiares, reunidos en la asociación Familias Atrofia Muscular Espinal Argentina (FAME), comenzó hace seis años una serie de investigaciones que hoy terminó con la publicación de resultados que merecieron ilustrar la tapa de esta semana de Cell, una de las revistas científicas más importantes del mundo.
El trabajo, hecho en ratones y pendiente de corroboración clínica, implica la posibilidad de conseguir una mejora de la efectividad del medicamento líder en el tratamiento de esta atrofia hereditaria, y que podría abaratar una droga (nusinersen o Spinraza, su nombre comercial) que hoy está entre las más caras del mundo. La investigación fue hecha por el grupo que lidera Alberto Kornblihtt, en el Instituto Ifibyne del Conicet/UBA, y los experimentos —en los mencionados ratones de laboratorio— fueron realizados en su mayoría por Marasco, y combinó la droga aprobada con ácido valproico (un antiepiléptico). Ya se trabaja en el pedido de una patente internacional desde la oficina de transferencia tecnológica del CONICET junto con la de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
“Este hallazgo para AME podría servir para otras enfermedades similares. Esa línea de investigación es la que vamos a seguir nosotros y también otros laboratorios”, dijo Kornblihtt, en la presentación ante la prensa que se realizó hoy en el auditorio del Ifibyne, en Ciudad Universitaria. También participó del evento por vía remota la presidenta del Conicet, Ana Franchi, e in situ el ministro de ciencia de la Nación, Daniel Filmus.
Fueron los familiares de los enfermos de AME quienes impulsaron la investigación y hasta juntaron fondos desde Jujuy a Santa Cruz con actividades como bingos o clases de zumba para pagar los reactivos necesarios para la investigación. Así fue que consiguieron alrededor de US$300.000 para la compra de esos insumos; la otra mitad de los gastos fue aportada por asociaciones norteamericanas similares.
Vanina Sánchez, presidenta de FAME, mencionó: “Sabíamos que no toda la ciencia básica llega a un resultado y no hay muchos casos de unión ciencia básica y pacientes. Pero lo convencimos a Alberto [Kornblihtt] y él nos contó qué se esperaba en cada paso y nos abrió muchísimas puertas acá y en el mundo”.
FAME representa a unas 400 familias argentinas que hicieron de todo para reunir esos dólares para comprar reactivos. “Es difícil saber qué proyectos son relevantes y cuáles no, pero desde 2003 teníamos el sueño de que se investigara en el país. Por eso la alegría de llevar a cabo estas acciones. Fueron años muy importantes para nosotros”, agregó Sánchez.
La AME es una enfermedad hereditaria causada por la mutación de un gen que sufren más de 400 personas en Argentina. La cobertura del tratamiento estuvo en disputa por obras sociales y prepagas, debido al altísimo costo impuesto por las farmacéuticas. Algunos de los pacientes argentinos han tenido que recurrir a las vías judiciales para ser abastecidos en tiempo y forma.
Ciencia básica
“Nuestro trabajo descifra el mecanismo por el cual la apertura de la cromatina ayuda a los efectos terapéuticos del oligonucleótido conocido como Spinraza, desarrollado originalmente por el investigador uruguayo Adrián Krainer, que colaboró en esta investigación desde su laboratorio en Cold Spring Harbor, Nueva York”, explicó Kornblihtt.
“Nuestra relación con FAME es virtuosa. Hemos aprendido de ellos mucho más de lo imaginable y merecen el mayor de los reconocimientos y apoyo”, agregó el investigador superior del Conicet.
El equipo que dirige desde hace años Kornblihtt se ha especializado en la técnica de splicing alternativo, es decir, la capacidad que le permite a cada gen codificar más de una proteína. Por eso, los miembros de FAME tocaron el timbre de su laboratorio para impulsarlo a investigar en este mal. La primera reacción del científico fue negarse, “para no vender espejitos de colores o crear falsas expectativas”, según contó durante la presentación. Pero finalmente se decidió a trabajar en el asunto con Marasco.
Lo que hace nusinersen/Spinraza es corregir una parte del gen para lograr ese splicing en los pacientes que tiene esta enfermedad que se origina en un solo gen. Lo que probaron y se muestra en el paper publicado en Cell es que se puede conseguir potenciar este medicamento al “abrir la cromatina” (la sustancia que “empaqueta” el ADN). “Podemos modular la cromatina para que la transcripción sea más rápida y el splicing sea más rápido. Es una experiencia que te cambia la vida esta investigación. Conocer a FAME es de lo mejor que me pasó”, dijo Marasco a través de un video, ya que ahora investiga en Francia.
“Es cierto que nos cambiaron la vida”, coincidió Kornblihtt, y aclaró que “todavía falta que esto se compruebe a nivel clínico con controles, pero es un avance que pone a la Argentina un lugar muy particular.
“Demuestra la capacidad de generar conocimiento novedoso a partir de lo básico para llegar a aplicaciones”, añadió.
Con este tratamiento combinado (el mencionado ácido valproico más Spinraza) “se podría mejorar la producción de proteínas y mejorar la capacidad del medicamento; en ratones es así”, dijo Kornblihtt. Según el estudio, los ratoncitos sometidos a testeos neuromusculares tardan menos en darse vuelta y tienen más fuerza para trepar. “La combinación de medicamentos puede ser muy provechosa”, subrayó el investigador.
Por su parte, Ernesto Resnik, un biólogo molecular argentino que vive en EE. UU. y que no trabajó en esta investigación, dijo que el trabajo es de alto nivel y que por eso se publicó en una revista de primera línea. “El problema de la AME es la ausencia de una proteína esencial que lograr reponerse en parte con el nusinersen. El equipo de Kornblihtt, un pionero en este campo del splicing, presentó un mecanismo para hacer que la droga actual habilitada sea mucho más efectiva”, dijo.
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