Desde hace meses, decenas de luminarias públicas permanecen apagadas de noche, lo que afecta la seguridad de automovilistas y vecinos; a qué lo atribuye la empresa concesionaria
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Durante los últimos meses, las noches se vuelven aún más oscuras sobre la Avenida General Paz. A lo largo de su trayecto, decenas de luminarias públicas están apagadas y configuran tramos que quedan completamente sombríos. Los puntos más complicados son las intersecciones con la Autopista Dellepiane y la zona entre Avenida del Libertador y la calle Superí, en la ciudad de Buenos Aires. En algunos sectores el problema está en las vías principales, por donde circulan a diario millones de vehículos a alta velocidad. En otros segmentos el problema está en las colectoras, donde cientos de pasajeros esperan para tomarse el colectivo.
Pero la General Paz no es la única arteria con este inconveniente. Algunas secciones de la Autopista Panamericana y otras rutas concesionadas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) muestran también una realidad similar.
Según un relevamiento que hizo LA NACIÓN, en los 24 kilómetros de la General Paz que separan el Puente La Noria, en la ciudad de Buenos Aires, y Avenida del Libertador, en Vicente López, hay varias zonas en donde la falta de luz determina largos tramos en penumbras.
La intersección entre la Autopista Luis Riccheri y la General Paz es uno de los tramos más oscuros del corredor. A lo largo de poco más de 1,5 km de ese sector no hay luz ni en las vías principales ni en las colectoras. Alrededor de 43 columnas centrales están apagadas y un número similar en las dos vías alternativas. De toda la concesión de Autopistas del Sol, es el punto de mayor siniestralidad vial.
“Cada dos por tres se escucha la ambulancia en ese cruce; siempre hay accidentes”, dijo Adrián González que vive sobre General Paz, en Villa Madero, partido de La Matanza y a tres cuadras de Riccheri. “Hace más o menos un año que está así. Después de las 19 trato de no manejar por ahí porque es inseguro en todo sentido”. Según cuenta, la falta de iluminación genera accidentes y también favorece el delito en el barrio. “Ahí solo falta el cuco”, dijo Marcelo Gutiérrez, remisero de Padua. “Imaginate si alguien pincha un neumático ahí”.
A pesar de ser un punto de distribución de tránsito de mucha afluencia y de contar con paradas de colectivos, la General Paz entre Libertador y Acceso Norte, es otro de los tramos más extensos de oscuridad. Los usuarios y los vecinos lo describen como una “boca de lobo”.
“Se hace muy difícil transitar por el carril de colectivos. Todo es muy oscuro”, dijo María Illanes, de Florida, usuaria frecuente de esa vía. “El miedo siempre es que alguien esté en el asfalto. Entre diciembre y febrero hasta hubo personas en situación de calle viviendo cerca del puente de Superí que habían armado un árbol de navidad con lucecitas contra el paredón”. A su entender, la curva para tomar la General Paz desde la avenida Cabildo, con la falta de luces se vuelve peligrosa. “Alguna vez hubo iluminación ¿Para qué se pagarán peajes si no se va a dar un buen servicio?”, señaló.
Entre Avenida Beiró y Acceso Oeste hay otro tramo sin iluminación central. También cerca de la bajada a la avenida General Mosconi. Las colectoras entre Acceso Oeste y avenida Rivadavia (en Ciudadela), cerca de avenida Corrales (en La Tablada) y entre el Puente la Noria y el Autódromo Oscar y Juan Gálvez están en penumbras. Lo mismo pasa con varias subidas y bajadas de ambos lados de la avenida.
La empresa Autopistas del Sol tiene la concesión de la avenida General Paz, desde Avenida del Libertador, en Vicente López, hasta el Puente La Noria de la ciudad autónoma de Buenos Aires. Explota también la Autopista Ingeniero Pascual Palazzo, también conocida como Autopista Panamericana, en sus dos ramales: Escobar y Pilar. Más de un millón de vehículos transitan a diario por los 120 kilómetros que tienen concesionados.
Según el concesionario, Autopistas del Sol, el robo de cables explica el problemática que afecta tanto la seguridad personal de los vecinos como la seguridad vial de más de un millón de vehículos que circulan a diario. “El problema de iluminación en el trazado de ninguna manera es un problema de costos, sino que está relacionado al robo de cables sistemáticos y sin precedente”, dijeron a LA NACIÓN desde Autopistas del Sol. Según la empresa, los inconvenientes comenzaron a partir de julio de 2023.
“Llevamos más de 30 denuncias presentadas”, agregaron.
Además, afirmaron que en el último tiempo instalaron cámaras de seguridad, implementaron rondas de guardia, construyeron búnkeres de hormigón con alambrada de púas, soterraron cables sellados, blindaron casillas y columnas, instalaron enrejados y trabajaron con las fuerzas de seguridad, pero “los hechos se siguen repitiendo”.
Ante la pregunta sobre cuándo volvería la iluminación en los tramos en penumbras, desde Autopistas del Sol dijeron que ya reactivaron varias luminarias entre Acceso Norte y Superí. Respecto de la zona de cruce con Riccheri, la más complicada de todas, manifestaron que “se está trabajando” pero que no pueden precisar “un tiempo concreto”. Aunque de toda la concesión de Autopistas del Sol, es el punto de mayor siniestralidad vial, la empresa sostiene que “los indicadores muestran que no se han incrementado desde los robos de cables”. Los conductores no piensan lo mismo.
Desde el Gobierno de la Ciudad confirmaron a LA NACIÓN que están al tanto del tema y que por eso le enviaron el 9 de abril de 2024 una carta documento a Autopistas del Sol intimándola al “inmediato restablecimiento y correcto funcionamiento del sistema de iluminación”. Firmada por el Procurador porteño, Martín Ocampo, en la carta documento sostuvo que el contrato de concesión obliga a la empresa a hacerse cargo de la iluminación de la avenida General Paz y que, si no, se pone en riesgo la seguridad pública. Finalmente, se reserva iniciar acciones legales en caso de persistir el incumplimiento en el servicio.
“La ausencia de iluminación adecuada en la Avenida General Paz compromete la seguridad pública toda vez que importa un serio riesgo para las personas que transiten por dicho tramo”, sostenía la carta documento.
Fuentes vinculadas al gobierno de La Matanza, por su parte, indicaron que “no tienen información del caso”. En el medio, los vecinos y los automovilistas continúan bajo las sombras.
El reclamo de los vecinos
La falta de iluminación no solo afecta a la circulación vial. También perturba la dinámica de los vecindarios. “Yo trato de no salir sola al final del día; las pocas veces lo he hecho, salí con mucho miedo”, dijo Alejandra Fígori, empleada de la veterinaria Leocan que está ubicada en General Paz 800, en la colectora que está del lado de la ciudad de Buenos Aires.
La oscuridad llega incluso a afectar los negocios. “Nuestros clientes, como saben que no hay luz, solo vienen temprano. Te dicen que de noche prefieren no venir. Hace cuatro meses esto está así”, señaló. Para Fígori, en dirección a avenida Cabildo está un poco más iluminado. “Pero la gente que tiene que ir para el lado de Libertador está jugadísima”, indicó.
La calle Grecia de la ciudad de Buenos Aires continúa por debajo de la Avenida General Paz por medio de un túnel. Cuando empieza la noche, los peatones que tienen que pasar del otro lado lo hacen corriendo, alumbrándose con la linterna del celular. “Está oscuro, oscuro”, dijo Gladys Ritter, que hace 14 años vive en General Paz al 500, a metros de ahí. “No sé por qué; si es que se robaron los cables o qué”.
A cuadras de diferencias, el relato es siempre el mismo, solo suele variar la antigüedad de la oscuridad en la propia cuadra. Según Elías Abregú, que trabaja en General Paz al 1000, la zona está oscura desde hace un año. “Cuando los vecinos hicieron el reclamo, les dijeron que el problema es que ya no están los cables”.
Del otro lado de la General Paz, en donde nace el partido de Vicente López desde el sur, el escenario se percibe de manera similar. “Parece una ruta”, dijo Alicia, vecina de Zufriategui al 800 hace más de 50 años. “Hace tanto que está así que ya ni me acuerdo cuándo empezó”. Los puentes también están en penumbras. “Me preocupa que mi hijo cruce el de Zapiola con la bicicleta porque no se ve”.
Del lado de Vicente López, la hipótesis del hurto también está latente. “Los días que no se prende la de la vereda la oscuridad es total”, dijo Miguelina, empleada que trabaja en una vivienda en Zufriategui al 2500.
Invisibles para los colectivos
En otoño el cielo empieza a apagarse a la hora que muchos emprenden el camino a casa. Sobre el ramal de tránsito pesado de la General Paz, a la altura de Ayacucho, hay una parada de colectivo. Ya a las 19, las luces de los autos se convierten en los únicos reflectores del lugar.
“Cuando te quedás sola es un tema”, dijo Sofía Soares, que es de Don Torcuato y espera el 60. No puede creer que en un lugar de tanta afluencia prevalezca la oscuridad. “Además, de la inseguridad, los colectivos no te ven. Recién pasó uno y siguió”.
Las formas tradicionales de esperar y parar un ómnibus no funcionan. Juan Kolodziejczyk se bajó varias veces a la calzada por la que pasan vehículos a más de 60 km/hs para ser advertido por el colectivero. Trabaja en el centro comercial desde hace dos años: “Desde que tengo recuerdos está igual de oscuro”, indicó.
“A las dos de la madrugada, que hay menos autos, tengo que parar el colectivo ayudándome con la linterna”, dijo Leandro Ortiz, empleado del cine. “Aprendí a pararlos así, como si tuviese una baliza”. Según él, los reflectores de la avenida se fueron apagando de a poco hasta llegar a la situación actual.
Más allá de la General Paz
No solo la General Paz tiene problemas de iluminación. “Hay muchos tramos de la Panamericana donde falta iluminación”, dijo Lisandro Wallash que trabaja en el microcentro y vive en Escobar. “Los días de lluvia o noches muy cerradas se complica mucho ver. Cerca del Soleil, por ejemplo, está muy oscuro. La subida de Avenida de los Lagos, en Escobar, tiene las luminarias, pero están apagadas”, señaló.
“Alrededor del kilómetro 48 del ramal Pilar, hay cerca de dos kilómetros a oscuras y dicen que es por el robo de cables”, dijo Cynthia, que vive en un barrio de la zona. “Como hay muchos autos y motos que no tienen luces, la inseguridad vial es tremenda”.
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