Aún cuesta cobrarles a los deudores en la Fundación Favaloro
Hubo una reingeniería con 250 despidos
Hace justo un año moría el prestigioso cardiocirujano René Favaloro, por su propia mano y, según sus dichos, hastiado de esperar ayuda para la fundación cardiológica que él levantó de la nada. "Estoy cansado de luchar, luchar y luchar, galopando contra el viento, como decía don Ata. No ha sido una decisión fácil, pero sí meditada", expresó en una de las cartas que dejó. Su muerte dejó más preguntas que respuestas.
Sus sucesores en la fundación se encontraron con créditos que debían saldar, con deudores que no se ponían al día y con las mismas puertas cerradas que dejó a sus espaldas el cardiocirujano.
Del 29 de julio de 2000 a esta parte muchas cosas cambiaron. Según las autoridades de la Fundación Favaloro, la crisis en la que estaba sumida la entidad, y que habría llevado a su fundador a tomar la decisión de quitarse la vida, parece haber quedado superada.
Así lo expresaron el nuevo director, Roberto Favaloro, sobrino del cirujano, y Eduardo Raimondi, director ejecutivo, en una entrevista con LA NACION, en la oficina del 4° piso que ocupaba el creador de la técnica del bypass.
"Sólo ahora podemos decir que estamos bien. Nos pusimos al día con los sueldos. Se renegociaron los créditos, los deudores pagan, nos atienden el teléfono. El clima cambió", explicó Roberto Favaloro. La noticia en sí es buena. Aunque quede abierta la pregunta: si la situación era solucionable, ¿por qué se suicidó Favaloro?
"Se inmoló para que su proyecto siguiera -explica Roberto-. El gran problema de René fue creer que el Estado debía subsidiarlo. Tenía que hacer una reingeniería y no pudo afrontarla."
-¿En qué consistió la reingeniería? ¿Hubo despidos?
E.R: -Sí. En agosto de 2000 había 1100 empleados y hoy hay 850. En lo médico, ninguna pieza fundamental se perdió. Se tomaron gerentes nuevos y otro director. Se formó un centro dedicado a la captación de fondos y donaciones: con la organización de partidos de fútbol estamos recaudando cerca de $ 100.000 por mes. Además, la empresa de TV satelital Sky donó $ 160.000 en equipamiento. La gente se mostró más solidaria tras la muerte de René.
-¿Qué pasó con las deudas?
ER: -La deuda es la misma, pero en función de lo que producimos, si debemos 20 millones y facturamos 60 millones al año, es sólo una tercera parte de la producción.
-¿Cuánto se les debe?
R.F.: -Son más de 15 millones. Pero los principales deudores (PAMI, IOMA, el Ministerio de Salud y las obras sociales y sindicales) están normalizando sus pagos.
E.R.: -Excepto IOMA, que nos debe 4 millones y este mes no nos ha pagado ni un solo peso.
R.F.: -Lo que cambió es el clima. Por lo menos ahora nos atienden el teléfono. Antes dependía de las llamadas personales de Favaloro a algún burócrata de turno. Desplegamos una estrategia de cobro que consiste en llamar todos los días, personalmente. Gran parte de nuestro trabajo consiste en llamar y llamar.
Roberto Favaloro dice que lo atienden porque sienten culpa: "René se convirtió en un mendigo, golpeó pero nadie le abrió. Los que estaban detrás de esas puertas se sienten culpables y nos reciben", opinó.
-¿Qué cambió para que las cosas hoy estén tan bien?
R.F.: -Ahora estamos mejor, pero la situación sigue siendo inestable. En realidad, cada dos meses tenemos que salir con todos los cañones a decir: "Déjese de j... y páguenos".
E.R.: -No es magia, hay otros conceptos de cómo manejar la empresa. Quizás era lo que hacía falta.
-Si era posible sacar la fundación adelante, ¿por qué cree que Favaloro se suicidó?
R.F.: -Era una persona muy orgullosa y no pidió ayuda: su proyecto de medicina para todos subsidiada por el Estado se vio en dificultades. Debía hacer una reingeniería y no pudo afrontarlo... Como dijo en su carta: se cansó de luchar y se inmoló.
-¿Cree que se quitó la vida para que su proyecto trascendiera?
R.F.: -Sí. Parecía imposible pensar la fundación sin él. Sin embargo, tuvo la genialidad de formar gente para que siguiera. Hoy funcionamos igual que si él estuviera al frente.
-¿Todavía tiene lugar la medicina solidaria?
R.F.: -Hasta 1997 tuvimos un subsidio. Ya no. René hacía medicina sin límites. Seguimos haciéndola, pero con un poco más de cuidado. La orden de René era: "Se hace, no importan los recursos". Su gran error fue creer que el Estado iba a subsidiarlo.
Homenajes
- La organización A Corazón Abierto realizará su homenaje a René Favaloro a las 15, en Caminito, La Boca. En el pueblo de Jacinto Arauz, La Pampa, donde el cardiocirujano ejerció sus primeras armas como médico rural, inaugurarán hoy un monumento diseñado por el artista pampeano Eduardo Ferma, para recordarlo. En la Fundación Favaloro sólo se hará un minuto de silencio.
En el recuerdo
Hablan sus allegados:
- Mariano Favaloro, primo. “Por años compartí con él el consejo administrativo de la fundación. Ha cambiado mucho la filosofía institucional, su figura directriz y rectora se halla ausente. En marzo de 2001 me desvinculé, por no estar de acuerdo con el rumbo. He sentido mucho su ausencia. Tres días antes de su determinación, hablé con él de su casamiento y lo noté entusiasmado. Me angustia no haberlo advertido. En una de sus cartas dijo: «A esta edad, terminar con los principios que recibí de mis padres y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer».”
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- Abrán Moszemberg, amigo de la infancia. (Presidía el comité de ética). “Tuvimos una amistad hermosa. De chicos, siempre venía a mi casa y disfrutaba de la comida de mi madre. En octubre se disolvió el comité y me desvincularon. Me pidieron la renuncia y me negué, porque no tenía motivos. Hubo un antes y un después de Favaloro en la fundación. La medicina solidaria ha desaparecido.”
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Carlos Penelas, su vocero. “Advierto que la fundación transita por caminos que no condicen con el pensamiento de René. A mi modo de ver, empiezan a primar actitudes, personas y climas que conducen a un lento e inexorable cambio de directrices.”
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- Luis Landriscina, amigo. “Charlábamos mucho por teléfono de noche, se sentía muy solo. El día anterior me dijo que quería estar en mi operación..., nada hacía pensar en esa decisión. Creo que se puso plazos y decidió inmolarse. No fue la decisión de un hombre acorralado. Sus amigos nos quedamos con algunas cosas en el tintero.”