Declaración de Unicef: “Trabajar con los chicos no es un factor de riesgo”
La Sociedad Argentina de Pediatría y esa ONG dedicada a la infancia difundieron un comunicado donde ratifican que los contagios en las escuelas son bajos
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Las dos entidades que desde hace meses trabajan con las autoridades nacionales de Salud y Educación en las medidas para el regreso seguro y cuidado a las clases presenciales se pronunciaron sobre la virtualidad en las aulas adoptada por el Gobierno nacional en el AMBA por el aumento de los contagios de Covid-19. “La escuela es un lugar seguro, y trabajar con los niños y las niñas no es un factor de riesgo”, definieron en un documento conjunto la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)y Unicef Argentina difundido hace algunas semanas. Alberto Fernández anunció esta mañana que la decisión, que el Gobierno porteño no acató, se mantendrá por tres semanas mas.
Las instituciones atribuyeron la responsabilidad de que la escuela siga siendo un lugar seguro “en los adultos responsables del cumplimiento de los protocolos elaborados y en la construcción y la aplicación de las medidas sociales necesarias para sostener la presencialidad, tanto en la escuela como en las familias”.
Hace dos semanas, ante el primer anuncio de clases virtuales, la SAP y Unicef solicitaron a las autoridades que este regreso a la virtualidad “sea durante el menor tiempo y lo más sectorizado posible”.
Es que se ve con recelo que la medida se prolongue como el año pasado, con el impacto negativo para el bienestar general y la educación de los chicos que ambas entidades describieron ya en informes de octubre y enero, cuando se debatía el rol de los menores en la transmisión del virus de Covid-19.
Especialistas de las dos organizaciones, como se aclara en el comunicado, trabajaron durante los últimos meses en un equipo común entre Educación y Salud de Nación para crear ambientes y conductas seguras en las instituciones educativas.
“Las escuelas son un espejo de la situación epidemiológica de la comunidad. Tenemos que estar preparados porque puede haber un aumento de casos, pero cuando miramos los datos del Cuidar Escuelas o de la Ciudad no se ve un aumento franco del número de casos. Evidentemente, hubo una presencialidad cuidada. Ahora, lo importante es avanzar con los ajustes de aspectos técnicos de los protocolos que se estaban haciendo”, dijo Ángela Gentile, miembro del Comité de Infectología y expresidenta de la SAP.
Esos ajustes incluyen modificar de 14 a 10 días el tiempo de aislamiento de los casos confirmados, de acuerdo con la evidencia disponible; definir qué es un caso sospechoso o precisar que un contacto de contacto estrecho no es contacto. También, se estaba trabajando en un documento sobre la vacunación del personal docente.
“Es esperable que esto pueda continuar porque los chicos están necesitando la escuela, que tiene un papel muy importante también para la salud, la prevención de problemas sociales, la comunicación, la nutrición y hasta la prevención de la violencia. Esta pandemia afianzó los lazos entre Educación y Salud y no habría que perderlo”, agregó Gentile.
El documento de la SAP y Unicef afirma que los resultados sobre la seguridad escolar están siendo “muy satisfactorios”, en especial por la respuesta de los chicos y los adolescentes.
Esos datos de la plataforma Cuidar Escuelas, donde las jurisdicciones comparten sus registros, indican que en el país se contagió un 0,16% de los chicos que asisten de manera presencial, con un 1,03% de docentes positivos. Ese período incluye el aumento abrupto de la curva de contagios que se produjo la última semana de marzo.
Pocas horas antes de conocerse la primera decisión del Poder Ejecutivo de suspender las clases por 15 días en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el propio ministro de Educación, Nicolás Trotta, había tuiteado que “las restricciones no pueden empezar por la escuela”.
En su momento, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, atribuyó la decisión presidencial a “todo lo que ocurre fuera del aula” y “las reuniones sociales que se generan” una vez que termina el horario escolar. Fuentes del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires ampliaron la explicación de la cartera nacional ante la consulta de LA NACION. “Los casos en las escuelas son muy bajos porque los protocolos se cumplen muy bien –indicaron–. El problema es el aumento del 20% de circulación que generaron las clases. Estamos siguiendo los ejemplos de Europa. Es imposible determinar cuánto representa, pero la clave es bajar la circulación y hay, ahí, una actividad que representa el 20% actual y que se puede limitar sin afectar la economía. Es de impacto directo en la circulación.”
En tanto, desde el Ministerio de Educación porteño, que busca sostener la presencialidad, insistieron con sus registros epidemiológicos en mano que, desde que arrancaron las clases, “la escuela no es un factor de reproducción de los contagios. Por el contrario, funciona como un espacio de detección rápida que ayuda a cortar la cadena de transmisión comunitaria del virus”.
Argumentaron que la tendencia de los números de la pandemia dentro de la escuela coincide con los de la comunidad, no así el indicador para evaluar el ritmo de los contagios. Ese valor, según informaron, “se mantiene estable con respecto del primer mes de clases”. Entre el 17 de marzo y el lunes de esta semana, hubo un 0,71% de positivos en la comunidad educativa porteña (700.518 personas) y en las 945 burbujas que se aislaron preventivamente, un 0,012%. Un valor así indica que es bajo el nivel de contagios dentro de las instituciones.
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