Aulas cerradas: 79% de los padres, muy preocupados por los aprendizajes perdidos
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Redactora en LA NACIONMaría Ayzaguer
A poco de que comience el ciclo lectivo 2021 y mientras cada jurisdicción evalúa cómo implementar un esquema de clases presenciales, el 79% de los padres considera que ya es muy preocupante la pérdida de aprendizaje de sus hijos.
El dato fue recabado en una encuesta de Isonomía Consultores que buscó medir cuánta inquietud genera que las escuelas se mantengan cerradas o, por caso, abran y vuelvan a cerrar.
Unas 2000 personas de todo el país fueron consultadas de manera telefónica entre el 14 y 21 del mes pasado y dieron cuenta de cómo creen que afecta a sus hijos no poder concurrir al aula: el 75% dijo estar muy preocupado por las consecuencias mentales, físicas y emotivas que esto acarrea en su desarrollo.
Esta cifra se condice con otra generada hace pocos días por Poliarquía Consultores, que en un sondeo propio identificó que el 65% de la población considera que deben comenzar sí o sí las clases presenciales.
Para Juan Germano, director de Isonomía Consultores, la necesidad de retomar la presencialidad educativa rompe -como pocos temas en nuestro país- la típica dinámica de la grieta. Según explica, hay más miradas contrapuestas en las discusiones sobre si es correcto o no volver a todos los espacios de trabajo, o si se deben abrir o no los espectáculos o los bares. Pero el criterio sobre la necesidad de la educación presencial ya es casi unánime y se fue formando con el correr de los meses.
“Los niveles del miedo a la enfermedad siguen bastante parecidos a los registrados en marzo 2020. Lo que evolucionó es que ahora el ciudadano demanda cierta normalización que no elimina el temor. Antes se trataba de miedo al virus y al encierro absoluto; ahora el miedo al virus coexiste con la demanda de apertura, con cuidado y protocolos”, describe.
En cuanto al aumento de la desigualdad con las aulas cerradas, el 89% de los entrevistados opinó que es muy preocupante que se acentúe la brecha y que eso genere un aumento de la pobreza. La misma cantidad de entrevistados se manifestó “bastante” preocupados por la deserción escolar.
Según explica Germano, otro estudio cualitativo que realizó Isonomía entre sectores medios y medios bajos demostró que los ciudadanos de esos segmentos estaban preocupados por no tener los recursos necesarios para hacer frente a las clases virtuales. Ellos incluyen la conexión a internet, la cantidad de dispositivos o hasta las condiciones habitacionales de los hogares.
A la vez, mientras menos nivel educativo tienen los padres más preocupados están de no poder cumplir sus tareas laborales si las escuelas no reabren. Entre quienes tienen solamente educación inicial, el 85% dijo estar “muy preocupado”. Esta cifra desciende al 78% entre quienes tienen nivel superior alcanzado.
Las mujeres con chicos pequeños parecen ser un segmento especialmente perjudicado en el imaginario colectivo. El 82% de los encuestados consideró que es muy preocupante que pueda aumentar la brecha laboral de género para ellas. Irene Kit, referente del Observatorio Argentinos por la Educación, destaca “el enorme esfuerzo que las mujeres de todos los estratos sociales han hecho durante la pandemia” y se pregunta si las escuelas cerradas o con horarios reducidos no serán trabas para que ellas puedan volver a acceder al empleo.
“Es una hipótesis posible: que en esta situación las mujeres vean dificultado su acceso a puestos laborales de mayor calidad, remuneración y protección social”, sostuvo. El peligro: que accedan a empleos de menor calidad y mayor precariedad.
Por María Ayzaguer
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