Fundadores de la Patria, el selecto grupo de descendientes de los líderes revolucionarios
Hace más de dos meses que Passo, Belgrano, Saavedra, Matheu, French y Beruti no pueden reunirse en el Cabildo. Sus habituales encuentros se vieron paralizados ante el aislamiento por el coronavirus, y este aniversario deberán festejarlo de una forma diferente. A 210 años de la Revolución de Mayo, los descendientes de los próceres no podrán asistir al izado de la bandera en la Plaza de Mayo ni al Tedeum tradicionalmente organizado por la fecha festiva. Pero esas son solo actividades secundarias. En la actualidad, los portadores de esos apellidos tienen otra misión: transmitir los valores de los padres y madres de la patria en escuelas e instituciones del país.
Es lo único para lo que usamos nuestros nombres, para dejarle algo a las nuevas generaciones
Con una agenda federal, recorren la Argentina para brindar charlas. "Ocupamos nuestro tiempo no tanto en juntarnos, sino en dispersarnos", afirma a LA NACION Mario Passo, chozno nieto del secretario de la Primera Junta Juan José Paso, un apellido que originalmente se escribía con dos "s", pero que pasó a los libros de historia con una sola.
Passo es presidente de Fundadores de la Patria, una asociación que reúne a unos 80 descendientes directos y parientes colaterales de los hombres y mujeres que participaron desde de la reconquista de Buenos Aires en las invasiones inglesas hasta la Batalla de Ayacucho de 1824, pasando por la Revolución de Mayo y la Independencia.
Algunos de sus miembros incluso tienen doble linaje, como Marcelo White Pueyrredón, que es descendiente de Juan Martín de Pueyrredón, pero también de Cornelio Saavedra, presidente del Primer Gobierno patrio, y otros hasta conservan el mismo nombre, como Manuel Belgrano, vocal de la Junta. La agrupación está repleta de personas con ilustres apellidos. Participan también Patricio French y Luis Federico Beruti, descendientes del dúo argentino más famoso, Domingo French y Antonio Luis Beruti, quienes trascendieron a la historia por repartir cintas celestes y blancas durante mayo de 1810. Asimismo pertenece a la asociación Roberto González F. Matheu, heredero del vocal de la Primera Junta Domingo Matheu. "Nosotros tenemos la consanguinidad, pero ellos son los padres y madres de la patria de todos los argentinos", insiste Passo.
Portación de apellido
"Es lo único para lo que usamos nuestros nombres, para dejarle algo a las nuevas generaciones", aclara Manuel Belgrano, chozno nieto y tocayo del prócer creador de la bandera nacional. Consultado por la carga simbólica de su nombre, no lo duda. "Yo estoy acostumbrado. Nunca tuve otro nombre. Tiene mucho peso y siento un gran honor y orgullo, pero me educaron para ser el Manuel Belgrano que soy, no para creerme Manuel Belgrano", confiesa.
Para Passo ser descendiente de un héroe patriótico tampoco transforma al portador del apellido. "No hay nada en especial en nosotros, lo único que hay es el hecho de ser descendientes de un prócer que ha fundado el país y nos sentimos responsables por mantener la antorcha encendida", sostiene Passo, quien en 2017 contó que cuando iba a cuarto grado, en un acto escolar, le tocó representar a Manuel Belgrano en la Primera Junta. "¿Por qué tenía que hacer de Belgrano si yo era Paso?", recordó con gracia en una entrevista televisiva.
El peso del patronímico puede manifesarse en los lugares menos pensados, como en el servicio militar. "Cuando hice la colimba y descubrieron mi apellido, me iban a buscar al grito de «¡llamen al prócer!»", contó Marcelo White Pueyrredón en 2016.Otros recogen el legado y lo continúan, como un descendiente de Beruti, que admitió en Radio Nacional que cuando iniciaba la semana de Mayo, repartía cintas en su lugar de trabajo, en homenaje al revolucionario.
Se trata de un grupo selecto al que es difícil de engañar con el linaje. "Somos todos conocidos, porque apenas pasaron cinco generaciones y nuestros abuelos y padres se trataban. Todos sabemos quién se casó con quién y enseguida averiguamos la ascendencia", asegura Passo. La comisión directiva está compuesta solo por parientes de próceres de la independencia, pero al grupo también pertenecen socios que, por interés y dedicación, son honorarios.
La herencia más valiosa que recibieron son sus apellidos. "La mayoría de los que participaron de la Revolución de Mayo y de la Independencia han fallecido en la pobreza", detalla Passo. Como Manuel Belgrano, que llegó hasta su lecho de muerte prácticamente sin nada, y antes de morir le ofreció al médico que lo atendió el único bien que le quedaba, un reloj de oro, que en 2007 fue robado del Museo Nacional.
Reuniones en el Cabildo, pero con una agenda diferente a la de los revolucionarios
Al igual que sus antepasados, el espacio de reunión es el Cabildo, donde se juntan mensualmente para organizar las charlas que brindan y "llevar una agenda ordenada". La entidad fue creada en 2009, luego de participar durante años de actos patrióticos donde se los invitaba "para hacer de figurita".
"No teníamos una participación activa", recuerda Passo, quien decidió reunir a los descendientes para darle forma al grupo. "Te confieso un secreto. El motivo de por qué hemos tenido tanta actividad es que a las personas les llama la atención los apellidos. No saben si es el de una persona o si es la dirección donde estamos viviendo", ironiza.
Hace más de 10 años que el grupo recorre el país ofreciendo charlas para transmitir los valores patrióticos y "restituir en el pedestal de la historia los ideales de los fundadores de la patria". Desde escuelas de frontera en Salta hasta clubes en Tierra del Fuego, pasando por universidades y municipios. Incluso, dieron una charla en una cancha de fútbol frente a más de 5000 chicos en edad escolar. "Creemos que tenemos la misión de salir a predicar la palabra de la Patria, a contar lo que aprendimos con el valor agregado de las experiencias de familias", dice Passo.
Según calculan, por año brindan alrededor de 25 charlas. "Tratamos de ir más de uno, porque sabemos que impactan muy fuerte nuestros nombres en los más jóvenes", indica Belgrano. Cuenta que muchas veces, cuando no puede asistir a una escuela, graba un mensaje, y que los más chicos le preguntan si llegó a conocer a Manuel Belgrano. "El nombre atrae", admite. "Queremos motivarlos para que sepan sobre nuestra patria, que agarren un libro de historia y averigüen sobre un personaje, porque si uno no conoce a la patria, jamás la va a querer. Hay que empezar por las raíces fundadoras", agrega Belgrano, quien además preside el Instituto Nacional Belgraniano.
A diferencia de sus antepasados, en el grupo no discuten de política. "No hay tantas diferencias entre nosotros, pero sí tenemos orígenes políticos diferentes. Es algo que no tiene importancia para la agrupación, porque no nos podemos dedicar a mantener disputas políticas. Nos dedicamos a difundir la historia del período independentista, a la que consideramos una de las historias más heroicas", completa Passo.
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