Así se produce el avance del Aedes aegypti en Argentina: su relación con el aumento de casos de dengue
El movimiento interno de las personas que están infectadas con el virus y el cambio climático que acentúa las condiciones favorables para la formación de criaderos son las principales causas de la proliferación del insecto en gran parte del país
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La epidemia de dengue que atraviesa la Argentina no tiene precedentes a nivel local. La cantidad de casos confirmados en lo que va del año en el país es de más de 134.000, con 96 fallecidos, según se oficializó el domingo. Si bien, de acuerdo con los especialistas consultados por LA NACIÓN, el mosquito vector de la infección, el Aedes aegypti, está presente en el país de manera constante hace, al menos, 40 años, su expansión por el territorio nacional comenzó en las provincias del norte. Allí era donde la enfermedad impactaba con mayor fuerza en la población, pero lejos estaba de ser un problema para, por ejemplo, el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Sin embargo, hace ya algunos años el insecto logró una fuerte presencia en la zona centro del país. ¿A qué se debe?
Los expertos explican que la expansión del Aedes aegypti a lo largo y ancho de la Argentina es un proceso que, hasta el momento, no se detiene por dos grandes factores. Por un lado, el movimiento de personas portadoras de la enfermedad que, al ser picadas, infectan a mosquitos sanos. A su vez, el cambio climático también juega un rol preponderante debido a que las altas temperaturas y la humedad generan un entorno propicio para que el insecto se reproduzca.
Laura Harburguer, investigadora del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, describe que a nivel local, durante la década del 60 y del 70, se hicieron campañas intensas de control usando insecticidas que hoy están prohibidos por su impacto en las personas y el ambiente. “Con el uso de esos insecticidas el mosquito fue erradicado. Pero en 1986 se detectó nuevamente su presencia en las provincias del norte con casos provenientes de países vecinos, como Brasil. Es decir, hace 40 años que volvió a ingresar a la Argentina. En 1998 tuvimos la primera epidemia de dengue en el país, con el foco puesto en las provincias del norte, compuesta por casos que, sobre todo, tenían un antecedente de viaje, hoy los caos son autóctonos”, describe Harburguer.
Y agrega: “Es por eso que ahora empezamos a tener infectados en toda la zona del AMBA, y cada vez más al sur, porque somos las personas que vivimos en este país los que lo estamos distribuyendo cuando viajamos. Cuando una persona que está cursando la enfermedad es picada por un mosquito sano, la sangre de la persona queda en el estómago del mosquito y ahí se empieza a reproducir el virus. Demora entre cinco y siete días para que el insecto tenga la carga viral suficiente como para contagiar. Y todo este cuadro de proliferación del mosquito, además, ocurre en zonas urbanas que crecieron de manera rápida y desordenada donde está repleto de lugares que funcionan como un criadero”.
“Hay una correlación interesante entre las rutas comerciales y cómo se dispersó el insecto. El mosquito tiene cuatro estadios, el huevo, la larva, la pupa y el adulto. Se cree que el comercio de gomas usadas es una de las principales vías de dispersión del mosquito porque los huevos se pegan a las cubiertas. Entonces, si al aumento del intercambio comercial, le agregamos el incremento en el volumen de recipientes de plástico por la enorme cantidad de desechos, más el calentamiento global, todos estos factores combinados contribuyen a la expansión del mosquito. Mientras que el virus, se introduce principalmente por los humanos. También existe la posibilidad de que un porcentaje de los mosquitos con dengue dejen huevos que podrían estar infectados, lo que generará adultos vectores del virus para la próxima temporada”, describe Adrián Diaz, biólogo, director del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Virología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba e investigador independiente del Conicet.
Harburguer señala que el Aedes aegypti es un mosquito originario del continente africano que llegó a América con los españoles, se cree, en barriles de agua. “Es un mosquito que no suele volar a más de 150 metros de distancia, es decir, no es uno que migra por voluntad propia, sino por acción del hombre. Esto sucedió con muchísimas otras especies”, indica.
Harburguer pronostica que los casos seguirán en aumento en la zona centro del país, en primer lugar por la expansión del mosquito, pero, a su vez, por el contacto del insecto con una población que es totalmente susceptible al virus. “Es probable que cada vez tengamos más casos de la enfermedad. Las personas que estamos en el AMBA o en el centro del país somos susceptibles al virus porque nunca cursamos la enfermedad. Seguramente el mosquito llegó para quedarse”, argumenta Harburguer.
Recomendaciones
Para intentar frenar el avance del mosquito, los especialistas recomiendan vaciar los recipientes que acumulan agua y fumigar, pero para hacerlo sugieren acudir a especialistas. “La fumigación es una herramienta más dentro de la gestión integral. Se debe aplicar de manera correcta para evitar que el insecticida no genere resistencia en los mosquitos. Se deben hacer tres fumigaciones con intervalos de una semana aproximadamente. La primera fumigación mata al adulto, la segunda semana se mata a los adultos que se generaron de las larvas, mientras que en la tercera semana la fumigación va a matar a los adultos que emergen de los huevos puestos en la primera semana”, sostiene Díaz.
A pesar de la expansión de la enfermedad a la zona centro del país, este año la epidemia comenzó en las provincias del noreste, como Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes, que en las primeras once semanas de este año acumularon 35.399 casos confirmados. Mientras que 78.222 son de las jurisdicciones del centro del país: Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, provincia de Buenos Aires y ciudad de Buenos Aires. Y en las seis provincias del noroeste del país –Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero–, el sistema de salud confirmó 19.434 casos.
Chaco y Formosa, junto con Catamarca, son los distritos que actualmente presentan la mayor cantidad de casos cada 100.000 habitantes, según el procesamiento de los datos oficiales realizados por LN Data; las tasas son de 1385, 1379 y 1233, respectivamente. Siempre considerando la tasa, en el otro extremo de la tabla, con valores inferiores a 10 casos cada 100.000 habitantes, aparecen Río Negro (2), Neuquén (6) y Chubut (6), tres jurisdicciones patagónicas.
“En comparación con otros años epidémicos, la actual temporada se caracteriza por ser la de mayor magnitud, de comienzo más temprano, por la persistencia de casos durante todas las semanas hasta el momento. El mayor número de casos se registró, hasta el momento, en la semana [del 3 al 9 de marzo] con 23.723 [confirmaciones], lo que representa el máximo histórico hasta la fecha de casos registrados en una semana”, publicó la cartera sanitaria nacional en su análisis de situación al actualizar los datos el domingo pasado.
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