Vientos de más de 100 km/h: ¿puede repetirse el feroz temporal de esta madrugada?
El Servicio Meteorológico Nacional dio detalles de cómo se formó la tormenta; no es la primera vez que en el AMBA se da un evento así; el rol del fenóneno de El Niño
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La tormenta con vientos de hasta 100 km/h que esta madrugada terminó con lesionados y daños materiales en la provincia y la Ciudad de Buenos Aires se empezó a formar la semana pasada y no fue la única en los últimos días. Hacia adelante, especialistas en eventos extremos y cambio climático coinciden en que se trató de un fenómeno extremo, pero no atípico, y que están dadas las condiciones para que pueda volver a ocurrir. La comunicación a través de las alertas oficiales y la preparación de la población son esenciales para tomar a tiempo las medidas de resguardo necesarias.
Fue la interacción entre la masa de aire frío que avanzaba desde el sur del país con una masa de aire con características tropicales (temperatura alta, humedad muy elevada e inestabilidad) y determinadas configuraciones (cortantes) de viento que, al ir cruzándose en niveles medios de la atmósfera, se fueron encontrando con aire húmedo de las llanuras, según explicaron a este medio desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
No es, tampoco, la primera vez que en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se da un evento así. Recuerdan en el SMN la tormenta de mayo de este año con vientos tan fuertes que desplazaban aviones en la pista del aeroparque metropolitano. Lo mismo se pudo ver en videos grabados esta madrugada, con destrozos de vidrios en la terminal aérea.
“La semana pasada y hasta hoy [por ayer], hubo tres sistemas de tormenta: los dos primeros afectaron más la zona del centro y el sur bonaerense, como Olavarría. El que comenzó a gestarse ayer [por anteayer] fue el más fuerte impulsado por el cambio en la masa de aire calurosa y húmeda con el aire más fresco proveniente de la Patagonia. Entre ambas masas hubo un contraste con cortantes de viento en las capas medias y bajas de la atmósfera, lo que hizo que se transformara en una línea de inestabilidad con muchas tormentas severas puntuales. Esto provocó situaciones peligrosas en Bahía Blanca, primero, seguido del AMBA, luego de cruzar toda la provincia de Buenos Aires”, explicó Lucas Berengua, meteorólogo del SMN, en diálogo con LA NACION.
Esa mayor peligrosidad en esas zonas estuvo asociada con la densidad poblacional y las estructuras edilicias y eléctricas, no tanto con la fuerza de las tormentas, según se indicó. No se habla de tornado, debido a las características del evento bajo estudio, sino de una tormenta severa con ráfagas destructivas, que fueron de casi 100 km/h, de acuerdo con los registros meteorológicos disponibles.
El frente de tormenta se venía observando en el radar y, con esa información, desde la semana pasada se fueron difundiendo las alertas como insumo para la toma de decisión de los organismos encargados de la protección civil.
“Fue una tormenta extrema, pero no atípica”, enfatizó Paola Salio, doctora en ciencias de la atmósfera e investigadora independiente del Conicet. De hecho, recordó un evento meteorológico similar en abril de 2013.
Recordó que estamos en un año con condiciones del fenómeno climático El Niño. Esta fase “favorece las precipitaciones por encima de lo normal para el sudeste de Sudamérica [desde el sur de la provincia de Buenos Aires hasta Misiones]”, explicó Salio, profesora asociada del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Ayer, en especial, hubo eventos que sí son atípicos, como tormentas en Tierra del Fuego con actividad eléctrica –continuó–. La de esta madrugada fue una tormenta que afectó numerosas regiones del país: el sur de la Provincia de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, la Ciudad de Buenos Aires. Y, ahora, se propaga hacia el sur de Brasil y el norte de Uruguay.”
Ante la presencia de El Niño, prevé un verano con una mayor frecuencia de lluvias y, de ahí, que sea por tormentas. Pero insistió: “No podemos decir que va a haber una mayor frecuencia de tormentas severas como la de esta madrugada, pero sí una mayor cantidad de precipitaciones en Buenos Aires, el sur de Entre Ríos, probablemente en La Pampa y Córdoba”.
Y aunque si bien hay que esperar que el entrecruzamiento y análisis de datos permita que la ciencia defina si hay relación entre el cambio climático y estas tormentas con ráfagas tan intensas de la última semana, Inés Camilloni, investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA), consideró que están dadas las condiciones para que se reitere este tipo de eventos.
“Al estar, precisamente, atravesando este proceso de cambio climático, todos los fenómenos que vemos se dan en un planeta progresivamente vez más cálido. Desde este punto de vista, no podemos a priori separar la ocurrencia de eventos extremos de la gravedad del que ocurrió esta madrugada del clima que está cambiando”, explicó Camilloni, que es profesora de la FCEyN de la UBA y este año fue electa vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por su nombre en inglés).
Mencionó los avisos “desde hace muchos años” que viene dando ese campo científico de un aumento de tormentas y precipitaciones intensas, más severas y más frecuentes. Y así explicó por qué: “Cuando la atmósfera está cada vez más caliente, eso favorece la evaporación de mayor cantidad de agua porque hay más temperatura. Cuando el vapor de agua es forzado a ascender en la atmósfera por corrientes de aire producidas, por ejemplo, por avances de sistemas meteorológicos, ese aire que contiene vapor de agua se va enfriando y condensa (pasa de la fase gaseosa a líquida). Este cambio de estado significa que se libera energía”.
Y a mayor temperatura, más acumulación de vapor de agua en la atmósfera. “Por lo tanto, vamos teniendo cada vez más cantidad de energía disponible para que ocurran tormentas y así es como vemos fenómenos que son severos en la cantidad de agua que se acumula en corto tiempo y las velocidades del viento, como en la tormenta de esta madrugada –refirió Camilloni–. Por lo tanto, es difícil separar la ocurrencia de eventos como el que tuvimos del cambio climático y la ciencia avanzará para generar este estudio de atribución, que lleva tiempo, pero todo se da en un contexto con las características para que ocurran tormentas.”
A tiempo
Desde el SMN repasaron que el área afectada ya se encontraba “bajo alerta naranja desde hacía varias horas”, con avisos a corto plazo, como se puede seguir, efectivamente, a través del sitio online de ese organismo.
El nivel naranja en el sistema de alerta temprana del SMN significa que hay que prepararse, no solo informarse (nivel amarillo) porque “se esperan fenómenos meteorológicos peligrosos para la sociedad, la vida, los bienes y el medio ambiente”.
Pasadas las 10, las alertas a corto plazo (tres horas) del SMN indican recomendaciones por tormentas fuertes con lluvias intensas y ráfagas en tres departamentos del centro/sur de la provincia de Santa Fe (San Martín, Castellanos y Las Colonias) y, a la misma altura, el departamento de San Justo en la provincia de Córdoba.
Se espera que de los relevamientos que se están haciendo, se vayan conociendo daños en zonas del interior bonaerense no tan densamente pobladas.
Pasadas las 16, se actualizó la alerta naranja para Gualeguay e Islas del Ibicuy, en Entre Ríos, donde se preveían tormenta con lluvias intensas y ráfagas de viento. Lo mismo indicó para Baradero, Campana, San Pedro y Zárate, en el nordeste bonaerense. Unos minutos después de 17.30, el SMN reiteró el mismo nivel de alerta para los departamentos del centro/sur de Santa Fe y de Córdoba que había informado más temprano.
Última milla
La comunicación oportuna y la preparación de la población son esenciales para tomar a tiempo las medidas de resguardo necesarias. Para eso, “la última milla” a la que se refirió Salio es fundamental para que las alertas en meteorología logren su objetivo. Ese tramo abarca desde que los organismos de defensa civil reciben las alertas del SMN y las transmiten a la población.
“Es un problema en el que se trabaja mucho con las defensas civiles de los municipios porque son los que tienen el conocimiento del territorio y las idiosincrasias de los barrios. El SMN es la única entidad con voz sobre las alertas meteorológicas –señaló la investigadora–. En este caso, esas comunicaciones se difundieron y estábamos en alerta naranja con anticipación y eso significa que hay que tomar recaudos. No es solo para saber si llevo o no paraguas. Las alertas salvan vida y la última milla es fundamental. Los organismos nacionales tienen que abordarlo con las defensas civiles locales, que tienen alcance en el territorio.”
Las recomendaciones para la preparación en caso de una alerta frente a fenómenos meteorológicos graves como el que se vivió esta madrugada incluyen:
- Asegurar objetos que puedan ser arrojados por el viento
- Mantenerse alejados de artefactos eléctricos y, también, de árboles para evitar riesgos por la caída de ramas
- Permanecer en construcciones cerradas (casas, escuelas o edificios públicos)
- Evitar el uso de teléfonos con cable
- Cortar el suministro eléctrico ante el riesgo de que ingrese agua al lugar
- No hacer actividades al aire libre ni permanecer en zonas de playa, río, laguna o pileta frente a la posibilidad de caída de rayos
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