Leandro Leupichun, puestero de la estancia La Verdadera Argentina, estaba aislado desde hacía más de un mes en el sur de Santa Cruz; la operación se llevó a cabo con dos vehículos blindados M113
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“La tercera fue la vencida y pudimos rescatarlo”, dice, con orgullo, el teniente coronel Marcelo García Serrano, Jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado 35 con asiento en Rospentek, al sur de Santa Cruz, luego de concluir la operación de evacuación del puestero de la estancia “La Verdadera Argentina”.
Hacía más de un mes que estaba aislado con más de un metro de nieve alrededor y soportando temperaturas que llegaron hasta los 30° bajo cero. Corría riesgo su vida pero no quería abandonar a sus 13 perros porque sin él iban a morirse congelados. “Los llevamos a todos en un tanque”, detalla García Serrano.
No fue fácil el rescate. La operación se llevó a cabo con dos vehículos blindados M113: por la acumulación de nieve en los caminos, son los únicos que pueden abrirse paso. El 24 de junio se inició el Operativo Patagonia Profunda, con dos destinos operacionales: Puma Blanco en Tapi Aike (zona sur) y Zorro Blanco (zona norte) en la localidad Comandante Luis Piedrabuena, para llevar forraje y alimentos a estancias y a puesteros.
Los animales se han quedado sin pastura. El frío es extremo y congeló ríos y arroyos. “Rescatar al puestero de La Verdadera Argentina era una prioridad”, dice García Serrano. El pasado 29 de junio un Bell UH 1 voló desde Río Gallegos para hacer contacto con Leandro Leupichun, el puestero aislado. Allí les comunicó que él no dejaría su hogar (tenía el techo congelado) sin sus perros. “Nos dijo que si él se iba se iban a morir de frío”, cuenta García Serrano. En ese momento le dejaron medio capón y alimentos, con la promesa de volver por tierra. El clima empeoró y hubo que tomar una decisión: “Había que evacuarlo”.
“Tuvimos que abortar la misión”, dice García Serrano. Salieron el sábado pasado desde el puesto de mando que el Ejército tiene en la estancia Tapi Aike dos M 113 con la intención de abrir camino por tierra. Fue imposible, el viento blanco que arrastra la nieve y las bajas temperaturas determinaron el regreso de los blindados. A las 7 a.m. (aún de sin luz solar) de ayer, volvieron a intentar y pudieron penetrar la estepa blanca. Desde Tapi Aike hasta el puesto de La Verdadera Argentina hay 63 kilómetros. Necesitaron cuatro horas y media para llegar y el mismo tiempo para volver.
Los dos tanques tenían dispositivos de seguimiento satelital. “Era una misión riesgosa, cualquier cosa que pase pone en riesgo la vida de los soldados”, afirma García Serrano. Desde la base de Rospentek y el Comité de Operaciones de Emergencia en Río Gallegos seguían en tiempo real la marcha de los mecanizados. Siete soldados, entre ellos un mecánico y un enfermero abrieron camino. “A paladas tuvieron que abrir tranqueras”, dice García Serrano. Cerca del mediodía llegaron al puesto.
Durante el trayecto perdieron comunicación. Sin señal telefónica, el equipo de radio que puede llevar el MC 113 solo es útil si se instala una antena exterior para poder transmitir. Por lo inaccesible del terreno y el poco tiempo disponible con luz, hizo imposible esta posibilidad y se optó por el seguimiento satelital. La temperatura en La Verdadera Argentina era de 10 grados bajo cero cuando llegaron los blindados. “Había subido un poco y eso nos facilitó el rescate”, dice García Serrano. En este invierno inclemente esta marca térmica permite llevar a cabo operaciones.
“Se tranquilizó cuando le dijimos que podíamos llevar a los perros”, reconoce García Serrano. El puestero estaba con ellos adentro de la solitaria casa de madera y chapa, rodeada de un manto blanco de nieve y hielo. Le hicieron un chequeo médico y sus condiciones eran buenas. Todos sus perros estaban también en buen estado de salud. “Se fue con otra condición: su montura. Para ellos su único patrimonio son sus perros y su montura”, confiesa García Serrano.
“Los perros se portaron muy bien”, aclara García Serrano. Algunos no querían subirse al tanque. “El joven Leandro Leupichun juntó sus cosas, principalmente su montura, un colchón y una frazada”, dice el Teniente Coronel. Alrededor de las 18 horas llegaron a Tapi Aike, cerrando una operación exitosa. El puestero permaneció allí, asistido y calefaccionado junto a sus 12 perros, con alimento caliente y buen estado de ánimo. Un estanciero de la zona le ofreció hogar hasta que el invierno abandone esta región. “Sentimos una alegría inmensa”, confiesa García Serrano.
Más frío y nieve
Sabían que Leupichun no tenía muchas chances de sobrevivir, los pronósticos no son alentadores y se espera más nieve y frío. “Sabemos que los perros, al igual que los caballos son muy importantes para ellos”, aclara García Serrano. Las prioridades son siempre proteger la vida humana, pero en la inmensa y desolada estepa patagónica, el hombre no vive solo, sino que lo hace en familia con los animales que son la única compañía que tienen, además de ayudarlos en el arreo de ovejas.
“Hay una vocación muy grande, estamos para ayudar”, afirma García Serrano, refiriéndose a la actividad del Ejército. El área de operación de Puma Blanco es de 500 kilómetros, pero todos los días aumentan los pedidos de asistencia. “Santa Cruz es inmensa y no podemos llegar a todas partes”, reconoce García Serrano. Aunque en las próximas horas están extendiendo el radio de acción hacia el norte, en dirección a El Calafate que está a 56 kilómetros y hacia el este.
En esta extensa región viven alrededor de 50 personas, muchas en la misma situación que Leupichun. Todos los pedidos son urgentes porque los animales están en una situación crítica y llegando a un punto de no retorno, sin alimento y tapados de nieve, en todo el territorio provincial llegan partes de muertes de ganado.
En una semana asistieron a siete estancias, abriendo caminos con los blindados para llevar forraje, leña, agua, combustible y alimentos. “Somos los únicos que podemos llegar a donde nadie llega”, asegura Serrano. Los propios propietarios de las estancias acompañan a los conductores de los mecanizados para guiarlos por donde pueden intuir que existe un camino. En algunos tramos deben penetran un muro gélido de un metro y medio de nieve. Durante la noche, los soldados encienden cada dos horas el motor de los blindados para que no se descarguen las baterías, ni se congele el combustible.
También en una semana se han usado 17.000 litros de gasoil, 4000 de Infinita diésel, 250 litros de aceite, 140 litros de líquido anticongelante, 50 kilos de grasa y raciones de locro y arroz con carne para los 70 soldados que están afectados en Puma Blanco. La temperatura media es de 10 grados bajo cero y baja considerablemente a la noche. El sol sale a las 10 y ya a las 16.30 oscurece. La ventana con luz natural para llevar a cabo las operaciones es corta.
El gobernador Claudio Vidal había sobrevolado la zona de emergencia en el primer intento de evacuar al puestero de “La Verdadera Argentina”. Allí comunicó que fue a la ciudad de Buenos Aires para hablar con el Jefe de Gabinete y la Ministra de Capital Humano para solicitar asistencia. “Entendieron rápidamente la situación y nos ayudarán”, dijo.
En declaraciones a LA NACION había sido contundente: “No podemos perder más cabezas de ganado”. Aseguró que alrededor de 1500 productores de toda la provincia tienen puesteros con necesidades. “Sabemos que podemos perder entre 30 y 35% [de ganado]”, asegura.
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