Asesinaron a un contador en Cariló
Era Adolfo Herro, empleado de la gobernación bonaerense; no descartan un ajuste de cuentas
CARILO.- En la muñeca izquierda tenía un costoso reloj Tag Heuer de titanio. En dos billeteras que llevaba en la cintura había más de 1000 pesos, 200 euros y 100 dólares. Y el maletín que quedó a su lado guardaba documentación y un arma calibre 32 automática. A Adolfo Herro, un contador de 54 años con casi dos décadas como funcionario en el gobierno bonaerense, sólo le quitaron una pistola Glock 380 antes de matarlo de un balazo en la cabeza, a quemarropa, en el interior de su auto y frente a la casa que compró aquí hace cuatro meses.
Aunque en principio se pensó en un suicidio y, luego, en un asesinato en ocasión de robo, los investigadores empezaban a alinearse anoche detrás de una tercera hipótesis: "El caso tiene olor a un ajuste de cuentas", confió un alto jefe policial. Por eso avanzaban en la búsqueda de datos sobre los últimos movimientos y actividades de la víctima para definir un posible móvil.
Hace casi cinco años, también aquí, hubo otras dos muertes rodeadas del mismo misterio. El contador Mariano Perel y su esposa aparecieron baleados en una cabaña del complejo Puerto Hamlet (ver aparte).
Al cadáver de Herro lo halló, cerca de las 2.30 de ayer, un suboficial del destacamento policial de Cariló que realizaba una recorrida de rutina. El automóvil, un Chevrolet Astra gris, estaba estacionado en la dársena de acceso a la vivienda situada en Montero y Palmera. Herro, sentado en la butaca del conductor, recibió un disparo en la sien izquierda. El proyectil quedó incrustado en el parante de la puerta delantera derecha.
Descartan un suicidio
La autopsia, realizada anoche en la morgue de Pinamar, aportó las primeras certezas. El arma asesina no es la robada a la víctima sino una 9 milímetros. El disparo se hizo a no más de 15 centímetros del blanco. Y por la trayectoria que tuvo el plomo se descartó por completo un suicidio.
Herro, que ingresó en la administración provincial hace 18 años, ocupó varios cargos como asesor técnico y actualmente era personal de apoyo del Ministerio de Gobierno, área en la que compartía tareas con su pareja, Lourdes Giménez, de 35 años, también contadora y directora de Contabilidad de la misma cartera.
Algunas fuentes advirtieron ayer sobre el crecimiento patrimonial de la pareja durante su desempeño en la función pública. Ambos pasaron el último fin de semana en la casa de veraneo que habían adquirido en marzo último. Giménez regresó anteayer a La Plata, donde compartían un destacado piso en cercanías del Teatro Argentino. Pero Herro prefirió quedarse para avanzar en la refacción del inmueble donde iba a radicarse en un futuro inmediato, según había dicho a allegados.
Anteanoche cenó solo. Había comido postre y tomado un té. Según el registro de la alarma que monitorea los movimientos de la vivienda, salió por la puerta principal a las 22.40. Se supone que intentó guardar el coche en el garaje.
La casa, que da espaldas a la salida del hoyo 16 del Cariló Golf Club, era en ese momento la única habitada en las inmediaciones. Una hipótesis es que el o los atacantes lo sorprendieron apenas subió al auto y le dispararon a quemarropa cuando aún tenía la puerta abierta. Herro tal vez alcanzó a empuñar la pistola que llevaba en la cintura. Pero no llegó a disparar. Y se la llevaron.
Experto tirador
Familiares de Herro se inclinaron ayer por un fallido intento de robo. En cambio, el abogado de Giménez, Ramiro Gutiérrez, dijo que esa opción está casi descartada. "No le quitaron valores que llevaba encima y la casa está intacta", aseguraron ayer a LA NACION. También, al igual que el capitán Víctor Rodríguez, a cargo del destacamento de Cariló, admitió que la víctima no había recibido amenazas ni advertido tareas de inteligencia. El caso fue caratulado como homicidio.
Según trascendió, Herro conocía mucho de armas. Había pasado recientemente por una unidad del Ministerio de Seguridad que, entre otras tareas, adquiría armamento para las fuerzas de seguridad bonaerenses. Experto tirador, solía practicar su hobby en polígonos platenses. La Glock que le robaron la portaba permanentemente.
Las claves del caso
-¿Quién es la víctima?
-Adolfo Herro, de 54 años, contador, técnico del Ministerio de Gobierno bonaerense en el que su pareja, Lourdes Giménez, es directora de Contabilidad.
-¿Dónde lo mataron?
-En su auto, en la puerta de su casa de veraneo, a pasos del Cariló Golf Club. Le dispararon a la cabeza.
-¿Suicidio, crimen en ocasión de robo u homicidio?
- Tras la autopsia quedó descartado el suicidio. Tenía dinero, un valioso reloj y un maletín con un arma. Sólo le robaron la pistola. Se piensa en un ajuste de cuentas.
-¿Es un crimen político?
-Si bien era funcionario bonaerense y tuvo escalas en el Ministerio de Seguridad, los investigadores dejan relegada esta hipótesis.
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