“Argentina, 1985”: el día que el cine Gaumont se convirtió en una clase de historia para unos 500 alumnos
Estudiantes del Lenguas Vivas vieron el film argentino como una propuesta educativa de una profesora de historia; parte del elenco estuvo presente para charlar con los estudiantes
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“Nunca más tiene que pasar lo que pasó”. Ese es el mensaje que le quedó a Sol, una estudiante de tercer año del Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández, después de mirar Argentina, 1985, la película de Santiago Mitre sobre el juicio a las juntas militares, que esta mañana se proyectó en el Cine Gaumont para unos 500 alumnos de esa escuela.
La cita fue a las nueve. Minutos después, algunos rezagados se despidieron de sus padres en la puerta del cine o llegaron a paso apurado, mientras se sacaban los auriculares y guardaban la SUBE en sus mochilas. Dentro de la sala 1 del Gaumont, ubicado en avenida Rivadavia 1635, los docentes tomaban lista en pequeños grupos.
La salida educativa fue organizada por Karina Cosco, profesora de Historia: “Nos dimos cuenta de que a los chicos les faltaba trabajar sobre la formación ética y ciudadana y la democracia. Entonces se nos ocurrió pensar en la película y se generó un entramado hermoso entre los chicos, los trabajadores del cine, el elenco y los docentes”.
Antes de que empezara la función, Rodrigo de Echeandía, gerente de exhibición del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), del que depende el Gaumont, les dio la bienvenida a los alumnos y les agradeció por estar allí. “Para nosotros es muy importante que una política pública, que es buscar que cada vez más jóvenes accedan al cine nacional, se pueda llevar adelante. Desde nuestra visión, películas de esta calidad y con este tipo de mensajes tienen un valor especial para pensar un futuro mejor”, dijo.
Después, las luces se apagaron, comenzó la proyección y durante más de dos horas los chicos permanecieron en un riguroso silencio, que solo interrumpieron para reírse en ciertas escenas y para dar un fuerte aplauso final.
“La película no solo me pareció interesante, sino también importante. En el Lenguas tenemos muy presente la cuestión de la memoria, pero nunca había escuchado las palabras finales del fiscal [Julio César] Strassera y eso me conmovió. Y el rol de los fiscalitos, que tenían una edad no tan lejana a la mía hoy, me pareció inspirador”, dijo Sol al terminar la función.
“A pesar de conocer la historia, la película no deja de ser impactante. Me parece una hermosa manera de recordar lo que pasó y una forma de contrarrestar los intentos por minimizar lo sucedido”, dijo Tobías, un estudiante de cuarto año. Para él, el mensaje más contundente de la película es: “Hacer justicia es un trabajo inmenso”.
Al final de la función, los alumnos también tuvieron la oportunidad de escuchar y hacer preguntas a algunos de los actores de la película como Leyla Bechara, Félix Santamaria, Brian Sichel –que encarnan a tres de los jóvenes integrantes del equipo de la fiscalía–, Héctor Diaz –que encarna al abogado defensor de los militares – y a la continuista Florencia Rosemblit.
“¿Cómo se hace para interpretar a un personaje que podría estar en contra de tus opiniones?”, “¿qué experiencias se llevaron del rodaje de la película?” y “¿alguien se enfermó de Covid durante el rodaje?”, fueron algunas de las preguntas que surgieron por parte de los chicos.
Sin embargo, los estudiantes no fueron los únicos conmovidos por la película. Díaz, que interpreta a Basile, el abogado que defendió a Jorge Rafael Videla y a Emilio Massera, entre otros militares, dijo que esa había sido la segunda vez que había visto el film y que lo había emocionado más que la primera.
“Mirar esta película acompañado de chicos de colegio que seguramente tienen la edad que yo tenía en la época en que sucedían estos hechos confirma que la historia es un círculo por el que volvemos a pasar, por suerte, en un espiral cada vez más ascendente. Por eso, es tan importante que la veamos quienes vivimos esa época y quienes hoy tienen la edad de los fiscalitos”, dijo Díaz. Y agregó: “Más allá de que sea ficción es algo que sucedió y que no tenemos que olvidar nunca”.
Cosco explicó que la salida al cine fue solo una parte de un trabajo que vienen realizando y que continuará a partir de haber visto el film. “Estuvimos trabajando en el contexto histórico porque para los chicos, que nacieron en 2010, esto es como Egipto antiguo. Trabajamos en qué eran las juntas, la dictadura, lo que implicaba ir al cine y qué significaba salir como comunidad con el eje de qué significa vivir en democracia”, explicó.
En los próximos días, los estudiantes seguirán trabajando, de acuerdo a cada ciclo lectivo, en armar líneas de tiempo, historietas y composiciones artísticas.
“Los profesores somos autores de nuestra práctica en la que combinamos reflexión y formación académica con el fin de colaborar a que los chicos sean ciudadanos reflexivos y activos. Entendemos a la escuela como la institución esencial para el mantenimiento y el desarrollo de una democracia crítica”, señaló Cosco minutos antes de la función.
Desde el Incaa indicaron que, hasta el momento, 780.000 personas vieron la película y que en las próximas semanas alumnos de otros colegios repetirán la actividad que hoy hicieron los estudiantes del Lenguas Vivas.