Aprender por proyectos, la meta de la reforma del secundario nacional
Los cambios, que empezarán a implementarse en 2019, buscan reducir la deserción escolar y poner el foco en la enseñanza a partir de la práctica; además implicará una mayor capacitación docente
El aprendizaje por proyectos interdisciplinarios es la gran apuesta del Gobierno para reformar la escuela secundaria. La iniciativa, que ayer se acordó entre los ministros de Educación de las provincias, busca poner un fuerte acento en las competencias digitales de los alumnos y reducir, entre otros problemas, la deserción escolar. Los cambios requerirán capacitar a los docentes y definir nuevas formas de evaluación. Ya Río Negro comenzó a implementar este modelo este año.
Mientras que hoy los estudiantes deben rendir un examen para cada una de las 10 asignaturas promedio que tienen, en los próximos años serán evaluados por proyectos que involucran dos o más materias.
Para poder trabajar en forma interdisciplinar con otras asignaturas, los docentes permanecerán más tiempo en la escuela. Se busca cambiar el paradigma de que cada profesor trabaje en forma individual y se sume a un equipo. “Es un cambio en la organización. No se va a perder ningún puesto de trabajo”, afirmó la secretaria de Innovación y Calidad Educativa, Mercedes Miguel.
Para acompañar la formación de los docentes se creó la Escuela de Gobierno de Política Educativa, que los asesorará profesionalmente.
El aprendizaje se enfoca en darle un mayor énfasis a la acción. Por eso incluirá las prácticas educativas fuera de la escuela. Estas ya fueron reglamentadas en la ley nacional de educación de 2006, pero ahora se pondrá un mayor acento en su implementación. Se desarrollarán durante 60 horas cátedra como mínimo en el ciclo superior.
Ayer hubo acuerdo en el Consejo Federal de Educación y los representantes de todas las provincias, con excepción de Chaco, que no estuvo presente porque hay redefiniciones en el gabinete, firmaron la resolución que hace efectiva la implementación de la reforma.
A partir del acuerdo, los ministerios provinciales deberán diseñar su propio Plan Estratégico del Nivel Secundario para presentar antes de noviembre de 2018. Se espera que en 2019 en todas las jurisdicciones hayan comenzado con los cambios en el primer año de la educación media. En 2025 se prevé que incluirá a todos los cursos.
La realidad de la secundaria está marcada por una deserción del 50% de los estudiantes y resultados magros en las pruebas Aprender. Lo que significa que aun quienes egresan no tienen los saberes mínimos.
“En la escuela secundaria todavía se enseña y se aprende como hace 100 años. La escuela no se adaptó a los grandes cambios del mundo. Del pasado tenemos que rescatar los valores, pero queremos crear una secundaria para el futuro”, dijo el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro.
En Río Negro comenzaron los cambios a principios de 2017, luego de dos años de planificación. “En el proyecto Escuela Secundaria Río Negro definimos un nuevo plan de estudios por área de aprendizaje y no por materia, un nuevo reglamento académico para estudiantes y docentes, y una nueva forma de nombrar los profesores. Ahora se lo hace por cargo y pueden estar en la escuela durante todo el turno escolar”, explicó la ministra de Educación de esa provincia, Mónica Silva.
La funcionaria considera que los lineamientos de la reforma nacional están inspirados, en muchos aspectos, en lo que se hizo en Río Negro. “Pero el Marco de Organización de los Aprendizajes (MOA) es más abierto, para permitir que cada provincia pueda tomar lo que pueda del proyecto”, aclaró.
“El último intento de gran modificación del sector fue la ley nacional de educación en 2006. En los años siguientes se realizaron diversas modificaciones, pero este es un cambio que pretende ser más integral que los anteriores. Es ambicioso y es necesario para la escuela secundaria”, dijo Claudia Romero, doctora en Educación y directora del área en la Universidad Torcuato Di Tella. Sin embargo, critica el diagnóstico “superficial” del que nació el proyecto. Y agregó: “Sin un diagnóstico profundo, las soluciones se quedan cortas”. Otro de los cuestionamientos se vincula con la apuesta a los contenidos digitales que implica la reforma. Para ella está comprobado que los dispositivos electrónicos en el aula no garantizan el aprendizaje.
Según la iniciativa, los cambios se basan en cuatro dimensiones, que cada provincia podrá adaptar de acuerdo a sus propias características. Por eso se definió una base y objetivos comunes, con la posibilidad de hacer variaciones en la forma. Las dimensiones definidas son: saberes prioritarios y capacidades fundamentales, que se trabajarán a través de los proyectos interdisciplinarios; profesor por escuela, en lugar de por asignatura; docentes formados para el cambio, y el régimen académico, por el que cada jurisdicción definirá una nueva forma de evaluación. Para el desarrollo de las distintas propuestas de régimen académico, la Secretaría de Innovación encargó a Unicef un estudio comparativo internacional.
“Tenemos la obsesión de que esto se haga realidad”, dijo Miguel. El proyecto, según indica, busca lograr una mayor equidad entre los jóvenes. “Hay que tener en cuenta que el quintil 1 [la población más vulnerable] representa a los que más repiten y al mayor número de abandono escolar. Por eso necesitamos revertir esta situación”, agregó.
Desde Cimientos celebran que los ministerios de Educación trabajen en reformular la secundaria. “Es necesario garantizar que los alumnos aprendan y que encuentren en la escuela lo que fueron a buscar, conocimientos. Pero también es innegable que la escuela tiene que dar las herramientas que necesitan para poder desenvolverse una vez que egresen”, señaló Magdalena Saieg, directora de programas de la ONG.
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