Aprender en pandemia. Cuatro de cada 10 estudiantes secundarios porteños deben 3 o más materias
La falta de presencialidad durante 2020 incrementó notoriamente las dificultades en el aprendizaje de contenidos en chicos y chicas que concurren al nivel medio. Según el informe Lecciones aprendidas frente a la pandemia del Covid-19 y sus implicancias para el sistema educativo, presentado por el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fines del año pasado unos 36.866 estudiantes terminaron con promoción en proceso, es decir con 3 o más materias pendientes de aprobación, lo que representa el 37,79% del alumnado. Asimismo, los informes de valoración pedagógica determinaron que unos 4546 estudiantes concluyeron con más de 8 materias calificadas como en proceso. "Son aquellos chicos y chicas que tendrán mayores dificultades para compensar los aprendizajes no alcanzados y acreditar las materias pendientes, colocándolos en riesgo de repitencia o abandono", aclara el informe.
"Nosotros tomamos este número como un alerta de los chicos que están en una situación más crítica. El problema no va a ser este año, estos estudiantes no van a repetir, van a continuar su trayectoria pero van a acumular aprendizajes pendientes y como en la secundaria los nuevos aprendizajes se construyen sobre los ya logrados, si se acumulan muchas materias sin rendir, ese grupo que tiene más riesgo de repitencia a mediano plazo y abandono escolar eventualmente. Nuestra preocupación es que la falta de presencialidad sea un motivo que acreciente el abandono en el nivel secundario", explica Lucía Feced, subsecretaria de coordinación pedagógica de la Ciudad de Buenos Aires. Hay que tener en cuenta que el porcentaje promedio de estudiantes repetidores en el nivel secundario de los últimos 5 años (2015-2019) es de 14.5%. Este dato indica el porcentaje de alumnos repetidores y de alumnos con sobreedad, y se calcula sobre los datos de la matrícula existente al mes de abril. En 2019, el porcentaje de estudiantes repetidores fue de 13,5%.
Primaria: se duplicaron las promociones acompañadas
Las dificultades para incorporar conocimientos durante el año que pasó también se evidenciaron en el nivel primario. En diciembre, la cantidad de chicos y chicas de primaria que no lograron los aprendizajes esperados y pasó al año siguiente en situación de promoción acompañada duplicó la cifra del año anterior. En total, en CABA, los alumnos en esta situación fueron 6272. Sobre 118.266 informes cargados, éstos representan el 5,3%, mientras que en 2019, 2881 alumnos terminaron el año en situación de promoción acompañada, lo que representa el 2% del total de estudiantes del nivel. Al comparar resulta que la cantidad de estudiantes en promoción acompañada al menos se duplicó de un año a otro, y según el informe esta cifra se cuadriplica si se consideran aquellos informes de 2020 que, sin figurar en promoción acompañada, manifiestan aprendizajes pendientes en cada una de las asignaturas.
Medidas para reducir la brecha
La escuela de verano es la herramienta con la que docentes y directivos intentan favorecer el aprendizaje de los contenidos en proceso para alumnos de primaria y secundaria. Hoy son más de 19.000 los estudiantes que participan de esta propuesta de frecuencia diaria que se desarrolla en 135 escuelas de la Ciudad. "A los chicos de primaria que están en promoción acompañada y no están asistiendo a la escuela de verano (unos 1995 alumnos) se les está haciendo un seguimiento, que consiste en un llamado a las familias y se les acerca el material impreso con los contenidos que necesitan reforzar. En el secundario estamos trabajando con micro cápsulas virtuales y también se les está haciendo llegar estos materiales. En el caso del nivel medio, el objetivo es ayudarlos a prepararse para rendir las materias pendientes", aclara Feced. "La presencialidad, en especial para estos chicos, es indispensable", añade.
La vuelta a clases está prevista para el 17 de febrero y se espera que en la gestión estatal la totalidad de los alumnos inicie en esa fecha. "Queremos y estamos trabajando para que todos o la gran mayoría lo hagan en forma presencial porque sabemos que va a haber situaciones particulares de alumnos que, por ejemplo, estén en grupos de riesgo y para los que la virtualidad va a seguir siendo el camino", dice la subsecretaria de Coordinación Pedagógica de la Ciudad de Buenos Aires. "Estamos viendo un escenario que contemple que todos los chicos asistan a clases todos los días, por lo menos en jornada simple. Aún así estamos mirando al año en general y entendemos que hay que contemplar situaciones diferentes que se pueden dar, no vamos a descartar otras combinaciones posibles pero apuntamos a que en febrero puedan empezar con una presencialidad sostenida", señala.
Vuelta a las aulas
La intención del Ministerio de Educación de la Ciudad para el ciclo lectivo 2021 es lograr la mayor presencialidad posible. Según el informe Lecciones aprendidas, la experiencia reciente evidencia que con los cuidados necesarios y pautas claras, las escuelas de la Ciudad son espacios seguros. Las instancias de presencialidad implementadas por la Ciudad entre octubre y diciembre 2021 no aumentaron la cantidad de casos de contagio entre docentes ni estudiantes. Solo el 1,56% del universo docente solicitó licencia médica por Covid-19 positivo en el ciclo lectivo. Asimismo, los encuentros presenciales podrán complementarse con instancias virtuales y de trabajo remoto, tanto para aquellos estudiantes que pertenecen a grupos de riesgo o en función de situaciones particulares de la escuela y su contexto.
"Nuestra evaluación es positiva, creemos que fue un año donde hubo aprendizaje pero también vemos que hay desafíos pendientes para los que la presencialidad termina siendo un diferencial. Uno puede seguir perfeccionando la oferta virtual, y de hecho es uno de los valores de 2020, pero sin duda la presencialidad es irremplazable", explica Feced. La funcionaria destaca las tres grandes funciones de la escuela: la socialización, si bien hay muchas formas de contactarse virtualmente el encuentro con el otro es irremplazable; lainclusión, para los que tienen mayores necesidades no solo de recursos sino de participación plena en los ámbitos sociales; y la enseñanza y el aprendizaje en términos de resultados y logros. "El formato presencial permite saldar los pendientes que no van a poder alcanzarse si seguimos en forma remota", finaliza.
Por su parte, Gabriela Azar, directora del Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina (UCA), asegura que la educación presencial permite el contacto interpersonal que afianza todo lo que implica aprender y es insustituible. "En la virtualidad, hay algunos factores, a diferencia de la presencialidad, que indefectiblemente tenemos que asegurar que estén presentes y en este momento en la Argentina no están ocurriendo y por eso hay tanto nivel de deserción y de estudiantes que no han podido cumplir durante 2020 con las exigencias escolares", advierte. "Un requisito esencial es tener una computadora y buena conexión, parece algo básico pero si esto no se da la enseñanza virtual no es posible. Otro punto clave es la personalidad del alumno, la educación remota requiere que sea responsable, que se conecte en tiempo y forma, que pueda autocontrolar el tiempo de permanencia frente a los dispositivos celulares, que no se distraiga. La experiencia educativa presencial es absolutamente enriquecedora y es imposible de reemplazar. Hay que encontrar un equilibrio entre la presencialidad y la virtualidad en el contexto de pandemia", admite.
También para Victoria Amerio, psicóloga (MN 35947) y directora pedagógica de una plataforma para docentes, la presencialidad en determinados niveles educativos es irremplazable. "Sin lugar a dudas, en el nivel inicial y en el primario y también en el secundario es necesaria una cuota de presencialidad que garantice la consolidación de los vínculos porque se aprende en la interacción con el otro que nos deja incorporar determinados componentes de la comunicación no verbal", explica. "El profesor o maestro en contacto físico con su estudiante rápidamente detecta si entendió o no un tema por más que el estudiante no lo diga, son cuestiones de gestualidad, expresión, miradas, tonos de voz que se pierden en la virtualidad. Ese componente de contacto y social es indispensable en todo aprendizaje y hace indispensable la vuelta a la presencialidad al menos en un porcentaje. A su vez en nuestro contexto, el desigual acceso a la conectividad hace también necesaria la vuelta al aula porque nos garantiza igualdad condiciones en el acceso al conocimiento de los chicos. Por supuesto tiene que ser una vuelta cuidada y segura dentro del contexto epidemiológico", agrega Amerio.
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