Aprender 2017: cómo fue el rendimiento de los sectores más vulnerables
Por primera vez en la historia de las evaluaciones de calidad educativa, los chicos indígenas, los alumnos de familias migrantes, las alumnas madres, los alumnos padres y los alumnos que trabajan fueron objeto de un estudio especial dentro de la evaluación Aprender 2017.
"Estuvimos trabajando para conocer la situación de sectores vulnerables como las poblaciones indígenas, adolescentes embarazadas, adolescentes mamás, papás, adolescentes que trabajan y estudian. Esto no sólo no es estigmatizar sino que lo que estigmatiza en este caso es la falta de información para poder actuar en consecuencia", afirmó el ministro de Educación nacional Alejandro Finocchiaro.
Se trata de "poblaciones que hasta ahora estaban invisibilizadas", en palabras de la secretaria de Evaluación Elena Duro, responsable de las pruebas Aprender, que dijo que están dispuestos a recoger y mostrar estos datos "más allá de que muchos de esos resultados puedan doler e interpelar".
Por primera vez una evaluación cruza datos de resultados educativos con la condición de trabajador remunerado o no de los alumnos, si hace trabajo en el hogar o tareas de cuidado o fuera del hogar.
El 21% de los chicos de sectores bajos llega a quinto año en situación de trabajo remunerado fuera del hogar según muestra Aprender. "Evidentemente esta realidad impacta en la escuela, interpela la escuela y al formato escolar: qué está haciendo la escuela en un país donde los chicos están habilitados a trabajar a una edad en donde también es obligatoria la escuela secundaria", planteó Duro.
El informe de resultados muestra que el 6% de los alumnos se autodefine como perteneciente a un hogar indígena. Las diferencias en términos de resultado de aprendizaje son grandes según el informe comparado con los alumnos no indígenas, sobre todo en el nivel secundario. "A veces se cuadruplica la brecha de inequidad según el año y el área", describe Duro.
El 74,2% alumnos indígenas en quinto año de secundaria está en niveles bajos de matemáticas comparado con el 65,1% en la población general. En lengua, el 46,5% de los chicos de secundaria que trabajan fuera de su hogar tiene niveles bajos. Entre los que no trabajan, sólo el 34,7% está en niveles bajos.
La diferencia en los rendimientos entre los que tienen hijos y los que no también es muy marcada. En este punto, Duro hizo una aclaración. El 60,3% de las alumnas madres o embarazadas en el último año de secundario tiene niveles bajos en lengua. En cambio, entre las alumnas que no son madres o no están embarazadas ese porcentaje es del 34,28%.
"Estamos hablando de los sobrevivientes del sistema porque mayoritariamente, tanto en el caso de los chicos indígenas como los embarazadas, son las personas que abandonan mas tempranamente la escuela secundaria", explicó la experta.
En relación a los alumnos de familias migrantes, muestran rendimientos no tan dispares respecto de la población en general. "Hay estudios preliminares en provincia de Buenos Aires y CABA donde ya se veía cierta paridad en los rendimiento. Eso habla por un lado de una escuela bastante inclusiva y del sentido de responsabilidad de esas familias en relación al compromiso escolar, señaló la especialista.
Aprender 2017 también sigue aportando datos sobre las Escuelas Faro, las 3.700 escuelas públicas que tienen resultados por debajo del nivel básico. "Con las Escuelas Faro, el año pasado, con los resultados de Aprender 2016, identificamos a las 3000 escuelas en todo el país que entendimos más necesitaban de la participación del estado. Se ha trabajado con los equipos directivos y docentes. Vamos a continuar con la formación docente, foco en comprensión lectora y muy fuertemente el área de matemática", explicó el ministro Finocchiaro.