Aplausos y reclamos. Los colegios del conurbano despidieron con angustia la presencialidad
Docentes y padres compartieron hoy distintas ceremonias para acompañar a los estudiantes en el último día en las aulas
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El himno nacional sonaba en los altoparlantes del colegio Northfield, sede Escobar, y una de las maestras que cuidaba la formación de estudiantes en el patio levantó su máscara facial para limpiar sus lágrimas. El clima de angustia y tristeza era compartido por los alumnos y también por sus padres, que, parados en el estacionamiento de la escuela y bajo el sol del mediodía, cantaban el Himno y agitaban carteles y banderas.
“Como ya sabemos, la escuela no es un lugar inseguro. Pero hoy tenemos que hacer caso a una decisión que nos excede”, manifestó Darío Álvarez Klar, director del colegio, quien minutos más tarde convocó a un aplauso general, en agradecimiento a los esfuerzos hechos por la comunidad en el último mes y medio de clases presenciales.
Los padres comenzaron a aplaudir cada vez más fuerte y de manera prolongada mientras los alumnos de primaria egresaban del edificio. Una de ellas, Josefina, de quinto grado, se acercó a abrazar a su madre, que lloraba. “Me siento frustrada y triste -expresó la estudiante a LA NACIÓN-. El año pasado me costó mucho aprender.”
La escena se replicó, con matices, en numerosas escuelas de la Capital y el conurbano bonaerense, donde el cuerpo docente o los padres de la comunidad educativa compartieron hoy distintas ceremonias para acompañar a los estudiantes en el último día en las aulas y, a su vez, manifestarse en contra de la suspensión por 15 días de la escolaridad presencial, que fue decretada anoche por el Gobierno. Abrazos al establecimiento, aplausos y ceremonias religiosas fueron algunas de estas iniciativas.
Pasado el mediodía, sobre la vereda y la entrada principal del colegio Dover, en Ingeniero Maschwitz, padres, docentes y alumnos se manifestaron con cantos y carteles. “Mi hija vio la noticia del cierre de los colegios y estuvo dos horas llorando”, comentó Candelaria Mocoroa, psicóloga y madre de Francisca, que cursa segundo grado e hizo el primero de manera virtual. “El año pasado, Francisca empezó a tener tics nerviosos, que por suerte se le pasaron cuando empezó a venir a la escuela. También vi un gran retraso en su aprendizaje. Mi papá falleció por Covid, pero de todas formas vine hoy acá para defender la presencialidad de las escuelas”, expresó Mocoroa.
“Mi hija vio la noticia del cierre de los colegios y estuvo dos horas llorando”,
Tanto los estudiantes de primaria como los de secundaria y jardín de infantes, destacó Álvarez Klar a LA NACION, “se tomaron muy mal la noticia”, “Nosotros los consolamos diciéndoles que las medidas son por poco tiempo, pero la verdad es que no lo sabemos. Todos tenemos el temor de que la suspensión se prolongue”, declaró el directivo.
Laura Martínez y su hija mayor, Valentina, alumna de último año de secundaria del colegio Dover, creen que lo más probable es que esta medida se extienda. “Quiero vivir mi sexto año. Nos perdimos todo el año pasado. Esperamos que este cierre sea corto, pero mirando lo que pasó el año pasado, no creo que esta vez sea distinto”, opinó Valentina.
En el colegio Michael Ham, en Vicente López, las estudiantes de sexto año también se hicieron oír. Durante el mediodía, esta institución educativa despidió la escolaridad presencial con una misa, celebrada al aire libre, la cual fue transmitida en vivo por Instagram con el hashtag “#AulasAbiertas”. Al inicio de la ceremonia, las alumnas de último año de secundaria pusieron en manos de Dios lo que sienten en esos momentos, contó Lucía Monsegur, representante legal del colegio.
“Expresaron su pesar por lo desvirtuadas que están las prioridades, ya que la educación, que es la base de un pueblo perseverante, está en segundo lugar para los gobernantes. Las alumnas compartieron, también, que quieren volver lo antes posible al colegio y que saben que para eso ocurra nos tenemos que seguir cuidando”, detalló Monsegur.
Tanto en la Capital como en el conurbano bonaerense, durante la jornada de hoy muchos padres y alumnos de colegios hicieron abrazos simbólicos a las instituciones educativas. En el colegio Esquiú, en Belgrano, esta mañana un grupo de unos 45 padres ingresaron a sus hijos a la escuela y luego permanecieron afuera del establecimiento, formando una línea para “Abrazar la educación de sus hijos”. “Lo que hicimos fue, además de una muestra de cariño al colegio, un símbolo de protección a los chicos, una forma de decirle al Gobierno que con nuestros hijos no se metan”, expresa Jimena Vigil, madre de Jazmín y Joaquín, que cursan quinto y primer grado en este colegio.
Para el lunes próximo, grupos de padres y alumnos de por lo menos 11 colegios privados del área metropolitana de Buenos Aires van a acercarse a sus establecimientos educativos para abrazar simbólicamente a la institución. Según pudo saber LA NACION, algunos de estos grupos pertenecen a las comunidades educativas de los colegios Pedro Poveda, Liceo Francés, Instituto Edmondo de Amicis, Los Molinos, Arlene Fern, Sir Thomas Malory, Pilgrims, Santa Inés y Buenos Aires English High School.
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