Aplausos que emocionan: así recibió el alta un paciente que venció al nuevo coronavirus
"Sentí una emoción increíble. Cuando salí de ahí y todos me aplaudían, después de haber estado un mes adentro del sanatorio, se me caían las lágrimas", recordó Miguel Lacour, de 51 años. Después de una prolongada lucha contra el coronavirus, que incluyó un paso por terapia intensiva y el uso de un respirador, logró el alta el sábado pasado. Por fin pudo volver a su casa junto a su familia, donde continúa con la recuperación kinesiológica. Es uno de los más de 1100 argentinos recuperados de Covid-19.
Emocionado, Lacour atravesó en silla de ruedas el pasillo del Sanatorio Las Lomas, en San Isidro, donde estuvo internado. Aprovechó el breve trayecto para saludar, a la distancia, a todos aquellos que lo cuidaron cuando más lo necesitaba. En fila, médicos y enfermeras lo aplaudían orgullosos. La alegría se hacía notar, pese a que los equipos protectores y barbijos no dejaban ver sus rostros. "Nunca en mi vida me voy a olvidar del equipo del Sanatorio Las Lomas. Gracias chicos", exclamó Lacour, en medio de los aplausos que cosechó cuando fue dado de alta.
"El equipo médico del Sanatorio Las Lomas fue lo más grande que me pasó. Me siento enormemente agradecido con los médicos, con las enfermeras, con la gente de limpieza. Todos lo que me atendieron, con una calidez y un profesionalismo fuera de serie", dijo Lacour, en referencia a la clínica donde se atendió, en la zona norte del Gran Buenos Aires.
Ingresó al sanatorio el 28 de marzo. Los primeros días estuvo bien, pero rápidamente desmejoró y lo tuvieron que trasladar a terapia intensiva. Primero lo entubaron y luego debió ser asistido por un respirador. Los médicos debieron darlo vuelta para ayudarlo a respirar. Pasó 15 días en coma, y tardó otros tres días en despertarse. Tuvo que esperar casi nueve días más hasta que los tests arrojaron un resultado negativo. Lo más duro, dice, fue no poder recibir ningún tipo de visita.
"No solamente no podés recibir visitas, no podés recibir a nadie que no esté completamente cubierto y protegido. Te sentís terriblemente alejado de todo el mundo. Me desperté del coma con mucho miedo. Fue muy difícil estar tantos días solo. Recién los últimos dos días de internación pude verle la cara a mi mujer", recordó.
Cuando pudo empezar a usar el teléfono, restauró su contacto con el mundo exterior. Se enteró de los miles de mensajes de apoyo que recibieron él, su mujer y su familia. También supo de las multitudinarias cadenas de oración pidiendo por su recuperación, de las que participaron conocidos y desconocidos por igual.
"La gente quería que a mí me vaya bien. Rezaron, me tiraron onda positiva de distintas formas. Hubo amigos míos del colegio que rezaron 20 días seguidos durante 24 horas. Todavía sigo recibiendo cantidad de mensajes de gente contenta de que me haya ido bien. Todo eso a mí realmente me ayudó muchísimo, estoy enormemente agradecido por el apoyo que hubo de la gente", afirmó.
Salir de terapia intensiva
A Leonardo, un hombre de 59 años que prefirió no revelar su apellido, le ocurrió algo similar. Si bien continúa internado en el Sanatorio de La Trinidad, en San Isidro, pudo abandonar la terapia intensiva el lunes pasado. Ahora está en una habitación común, esperando el alta, que posiblemente se concrete dentro de los próximos cuatro o cinco días. Ya dio negativo en el test y no tiene síntomas.
También él recibió los aplausos de médicos, enfermeros, kinesiólogos, y otros integrantes del equipo médico que lo trató. "¡Bravo, vamos Leo!", se escucha decir, en el video que registra el momento, a los profesionales de la salud. Contento, Leonardo los saluda desde lejos, mientras lo llevan en silla de ruedas.
"Me largué a llorar de la emoción", afirmó, al recordar el momento. "Hay un equipo de trabajo acá en La Trinidad que es fabuloso. La contención que te dan los médicos, las enfermeras. Fue un aprendizaje verlos trabajar. Toda la vida voy a estar agradecido. No tengo forma de agradecerles. Están atentos todo el día, vienen a verte todo el tiempo. Cuando estaba inconsciente, cuando estaba muy mal, sentí que una de las enfermeras me daba la mano", dijo Leonardo. Se contagió entre el 11 y el 12 de marzo. Ya lleva 45 días internado.
"Estoy esperando todo el día salir para poder abrazarlo a mi hijo. Es muy difícil estar lejos de mi familia", admitió, a la vez que reconoció que quiere "bajar un cambio y vivir más tranquilo".
En los peores momentos, tuvo que ser entubado. "Llegó a estar en la situación de insuficiencia respiratoria más grave que existe, teniendo en cuenta la escala que usamos para clasificarla. Requirió ser entubado. Tuvimos que utilizar técnicas que se usan en casos muy extremos", describió el doctor Oscar Yunk, médico especialista en medicina respiratoria, que además es jefe de terapia intensiva y director médico del Sanatorio de La Trinidad de San Isidro.
"Los aplausos fueron totalmente espontáneos. Es la alegría de ver que salió adelante una persona que podría haber tenido un desenlace no bueno. Cuando un paciente está en terapia intensiva más de 30 días y en situación de peligro de vida se crea un vínculo muy estrecho entre el paciente y el equipo médico", completó Yunk.
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