“Apagón de monitores”: avanza la primera jornada del paro de los cardiólogos intervencionistas sin afectar la atención
En mayo pasado, el colegio que nuclea a los profesionales declaró el estado de emergencia para la especialidad por la caída de los honorarios y el aumento del costo de los insumos; desde el Gobierno pidieron responsabilidad a los médicos
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La primera jornada del “apagón de monitores” por 48 horas anunciado por el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) para las intervenciones programadas avanza con un acatamiento dispar, sin afectar la prestación normal de la atención de urgencias o emergencias, como lo habían anticipado las autoridades de la entidad.
“Según datos que estamos recibiendo en el CACI, hay un altísimo acatamiento al apagón de monitores. Las cifras oficiales las vamos a comunicar cuando la medida termine”, indicaron a LA NACIÓN sobre esta primera jornada de reclamo.
Ayer, a través de un comunicado, las autoridades de la entidad habían informado que hoy y mañana no colocarían stents ni realizarían las angioplastias con turnos programados a modo de “paro simbólico” frente a la falta de respuesta de obras sociales y prepagas a reclamos por la caída de los honorarios y aumentos de hasta más de diez veces el costo de insumos esenciales importados para los procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
“Hace dos meses, habíamos anunciado públicamente el apagón de monitores [de intervenciones programadas], pero decidimos posponerlo un mes. Solo tuvimos recepción de parte de las autoridades de Salud del gobierno de la ciudad y estamos esperando la reunión que solicitamos con el Ministerio de Salud de la Nación, que por su rol rector en el sistema podría convocar al diálogo entre las partes”, dijo ayer Juan José Fernández, presidente del CACI, a LA NACIÓN.
Hoy, tras ese pedido público de intervención para llegar a una solución, desde la cartera a cargo de Mario Russo expresaron: “El gobierno nacional viene impulsando el reordenamiento del sistema de Salud tanto en el sector público como en el sector privado, a través de desregulaciones que permitieron una mayor libertad para competir, con el objetivo de lograr mayor capacidad de financiamiento y que mejoren la calidad de las prestaciones en beneficio de los usuarios. En este caso, el Colegio de Cardiólogos Intervencionistas impulsa una negociación con los prestadores y financiadores para mejorar el valor de sus intervenciones y debe resolverse en un marco de responsabilidad para no generar confusión y angustia en los pacientes”.
En el texto enviado a este medio, la cartera sanitaria mencionó, además, que el reclamo no afectó la rutina en los servicios especializados de los centros de atención bajo su administración. “En lo que respecta al sector público en los hospitales nacionales, las intervenciones se están realizando con normalidad”, expresaron.
Pidieron aclarar también desde el Ministerio de Salud nacional que esa especialidad “no tiene dificultades con la provisión de insumos para realizar las prácticas y que no se presentan faltantes, como en años anteriores debido al cierre de importaciones”.
Aumentos
El valor de una angioplastia, un procedimiento que se utiliza para restablecer el flujo de sangre cuando hay una obstrucción o un estrechamiento vascular, debería rondar los US$4000, según puso como ejemplo el titular del CACI, pero las coberturas están abonando menos de la mitad. El profesional interviniente debería percibir el 30% del costo del módulo de atención, que considera la internación, los materiales que utilizan los profesionales y los honorarios.
Los pagos por todos esos ítems, según explicaron en el CACI, no solo aumentaron poco (140%), sino que se deterioraron en este tiempo, por lo que la ecuación no termina siendo conveniente para los prestadores. En esta situación, que consideran “muy crítica”, los insumos subieron entre un 600 y 1200% en el último año, según profundizaron en las últimas horas.
Los insumos, como los contrastes, o las prótesis o los stents los proveen los centros públicos o privados o las coberturas, según corresponda. Son productos que no se producen en el país. Solo el contraste, de acuerdo con los montos detallados, cuesta entre US$400 y US$500.
“Como ya fue expresado en mayo pasado, el CACI declaró el estado de emergencia en la especialidad –señaló la entidad sobre este paro simbólico–. El sector atraviesa una ‘tormenta perfecta’: la combinación de honorarios profesionales prácticamente inexistentes por el deterioro inflacionario y el aumento exponencial de los costos para (realizar) la práctica médica, como así también de los insumos, como el material de contraste y los stents.”
Con normalidad
En tanto, fuentes del sistema de medicina privada evaluaban cerca del mediodía que el cumplimiento de la medida era heterogéneo en ese sector. “No vemos un impacto importante en las instituciones, que en general están funcionando con normalidad”, señalaron.
Por su parte, aclararon que no hay faltante de insumos para los procedimientos por cateterismo desde el reordenamiento del sistema de importaciones a principio de año, pero sí un aumento de los costos de los insumos y las tecnologías “muy por encima de la inflación”, lo que puede ocasionar demoras en la provisión de parte de aquellos financiadores o prestadores con más dificultades para enfrentar esos incrementos de los valores.
Profesionales nucleados en el CACI habían señalado ayer sobre los altos costos en dólares de los insumos necesarios para los procedimientos, que registraron subas de hasta el 1200%, como los contrastes que requieren a diario para las intervenciones diagnósticas o terapéuticas.
“El apagón de monitores hoy no fue masivo: en general, no se suspendieron procedimientos, tanto de urgencias como programados”, manifestaron desde el sector privado. Reiteraron que “no se está teniendo faltante de insumos, como hubo y fue grave en 2023 [por el cierre de las importaciones]”. Con el reordenamiento del sistema para el ingreso de productos importados, tras demoras en enero, indicaron que la provisión se normalizó. “Sí continúa el aumento de los costos de los insumos médicos, los medicamentos y tecnologías específicas, como los stents”, plantearon.
Sobre los honorarios profesionales, coinciden en que se están resintiendo en medio de una crisis estructural del sistema de salud que no termina de resolverse.
“La liberación de las cuotas [de las coberturas] al inicio [de la gestión de Javier Milei] permitió una recuperación de los ingresos de entre el 8% y12%, pero esto se volvió a retrasar –expresaron a LA NACIÓN–. Las cuotas están muy justas con respecto de la inflación y los honorarios también quedan retrasados en este contexto.”
Con la desregulación de las obras sociales y la medicina prepaga, cada institución prestadora de servicios negocia con el financiador sus acuerdos. Con el CACI, que nuclea a los profesionales, hubo reuniones en ese marco. “Todos coincidimos en el diagnóstico sobre el estado del sistema. Ahora, hay que encontrar la solución”, insistieron.
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