Anonymous, la red que desafía al poder
Cómo funciona el colectivo de hackers que declaró una guerra virtual al gobierno de Estados Unidos
Sin una estructura jerárquica definida, y con las redes sociales e Internet como plataforma para comunicar y reivindicar sus acciones, el colectivo de hackers activistas Anonymous desató anteanoche su mayor ataque informático contra páginas web del gobierno de Estados Unidos.
Este grupo de "justicieros" anárquicos tuvo su origen en 4Chan, un sitio web que servía de repositorio para chistes de mal gusto e imágenes provocativas. Se considera que esa plataforma, creada por Christian Poole, un joven que por entonces tenía sólo 15 años, fue el caldo de cultivo para Anonymous, dado su principal requisito: mantener el anonimato ante la incorrección política de sus publicaciones.
"Durante todos estos años mi función sólo fue sostener la infraestructura para que los usuarios se expresaran. No respondo por ellos", dijo Poole en una entrevista con el diario español El País respecto a su antiguo emprendimiento.
Con el celo sobre la identidad de sus miembros como característica más destacada, cualquiera puede ser miembro de la organización. Es una marca, una franquicia sin un líder definido que marque sus destinos. Esto lo diferencia de WikiLeaks, el sitio que reveló los cables diplomáticos estadounidenses y que languidece ante la asfixia económica y el arresto de su figura más visible, el histriónico Julian Assange.
La ausencia de un referente es el principal rasgo que permitió que Anonymous se mantuviera vigente en los últimos años, a pesar de las constantes redadas policiales que intentaron desarmar a la organización.
Su caótica estructura mantiene intereses afines que permiten agrupar a sus hacktivistas : los derechos de la libertad en Internet y la defensa de la libre expresión en los espacios virtuales, que sirven de base para su panfleto más efectivo: las campañas de ataques informáticos, que consisten en dejar fuera de línea a sitios web y plataformas informáticas.
Esta estrategia puso en vilo a compañías como Sony, que sufrió la exposición de millones de datos personales de los usuarios de la plataforma de videojuegos PlayStation Network, pero generó diferencias entre los miembros de la organización. Dada su naturaleza, las decisiones no siempre son compartidas y las declaraciones oficiales suelen ser contradictorias entre sí.
En este contexto surgió un desprendimiento de Anonymous llamado LulzSec, que mantiene ciertos intereses en común, pero que se encuentran movilizados por otros motivos. "Somos un grupo de personas que sienten que la monotonía de la comunidad informática es una carga para lo que realmente importa: divertirse", detallaba la declaración de principios del sitio web oficial, que fue desactivado tras 50 días de campaña. Durante este lapso figuran los ataques informáticos a Sony, Nintendo y la cadena de televisión pública estadounidense PBS, donde aprovecharon para publicar una noticia apócrifa que afirmaba que el rapero Tupac Shakur se encontraba vivo en Nueva Zelanda.
A su vez, intereses ajenos suelen quedar relacionados con el colectivo hacker, como ocurrió con una convocatoria que prometía un ataque coordinado contra Facebook el 5 de noviembre pasado, en defensa de la privacidad en Internet. Sin embargo, desde @AnonOps , uno de los perfiles en Twitter utilizados por Anonymous, se dijo que la red no avala la iniciativa, si bien se encontraba liderada por algunos miembros de la organización. "Preferimos enfrentar el poder real y no atacar las plataformas que también utilizamos como herramienta", decía el comunicado.
Contra la pedofilia
Las campañas de Anonymous afectaron en el pasado a los sitios webs de Visa, Mastercard y PayPal cuando estas compañías decidieron congelar las cuentas de WikiLeaks, y sus ataques informáticos afectaron a compañías de la industrial musical y cinematográfica, en disconformidad por las medidas adoptadas contra la piratería. Su anterior acción, un ataque informático que expuso los nombres de usuarios de una red de pedofilia, fue su último gran golpe. Sin embargo, la medida fue criticada por expertos de seguridad.
"Sus intenciones pueden ser buenas, pero la baja de sitios web ilegales debe ser realizada por las autoridades", dijo Graham Cluley, de la firma de seguridad informática Sophos. "Este tipo de ataques ponen en riesgo una investigación policial en curso y pueden perjudicar la veracidad de las evidencias", agregó.
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