Amancio Williams: el arquitecto revolucionario que diseñó la Casa sobre el arroyo, un ícono del modernismo nacional
En 1943, aceptó levantar esta propiedad para su padre; con los años se convirtió en un símbolo de Mar del Plata; hoy se reinaugura
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MAR DEL PLATA.- Se formó primero como ingeniero, desistió para experimentar con la aviación que tanto lo apasionaba y, por último, avanzó por la arquitectura para completar la carrera en tiempo y forma y, con trazos tan sencillos como novedosos, dejó sus huellas profundas en el sendero del movimiento moderno, que asomaba a mediados del siglo pasado.
Apenas había completado su formación en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires cuando aceptó el desafío de su padre de construirle una casa en un predio con dos particularidades si de obstáculos y complicaciones se habla: multiplicidad de árboles y un arroyo que lo atravesaba.
Cuando junto a su esposa, Delfina Gálvez Bunge, avanzaron en el boceto y empezaron a plasmar trazos firmes sobre los planos, pudieron concluir que no había necesidad de talar ni un solo árbol y que el curso de agua no solo no sería un problema, sino que pasaría a ser parte de la construcción y –con la historia- hasta del nombre de la casa.
Amancio Williams consiguió entonces llevar a los hechos, con lo que significaba esta casa para Alberto, su padre, mucho de lo que le había deslumbrado de Le Corbusier, el colega francés que desde comienzos del siglo pasado se perfiló como uno de los innovadores de la arquitectura mundial.
“Se deslumbró con Le Corbusier, el gran creador europeo, y se contactó con él a través de su esposa Delfina Gálvez”, cuenta a LA NACIÓN la arquitecta Graciela Di Iorio, una de las directoras que tuvo la Casa sobre el arroyo en este último tramo de recorrido desde los días de vandalismo, hace casi dos décadas, hasta esta restauración que se inaugura hoy.
La idea
Amancio Williams había nacido en febrero de 1913 y fue en 1943 cuando comenzó a trabajar sobre esta casa para su padre, músico y compositor, al que le generó espacios adecuados para su enorme piano y un corredor muy luminoso, pleno de ventanales.
La Casa sobre el arroyo tiene 27 metros de largo por nueve de ancho y seis de altura. Di Iorio afirma que Amancio Williams fue una enorme figura cultural al igual que lo fue su padre en la música. “Desde la arquitectura y con un lenguaje moderno hizo la obra más criolla que se puede pensar”, dijo a LA NACIÓN sobre esta casa emblemática en Mar del Plata y admirada en todo el mundo. “Habla de él y de su entorno familiar”, concluyó.
Su particular aprovechamiento de los espacios, dentro y fuera de las construcciones, es parte de su sello. Quedó como su impronta el desarrollo de las denominadas “bóvedas cáscara”, que aplicó en una obra en Vicente López y en hospitales que diseñó para Corrientes.
Falleció en 1989, cuando tenía 76 años. Para entonces ya había vendido la Casa sobre el arroyo y la había visto transformada en estudios de una radio marplatense. Luego quedaría en manos de un particular y luego expuesta a intrusos que la dañaron con incendios y pintadas. Hasta su compra por parte del Estado nacional, para el municipio, y esta restauración que hoy se celebra y le devuelve la imagen de sus primeros días.
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