Alquileres en la costa. Por qué las expectativas están puestas en el próximo fin de semana largo
Las elecciones presidenciales y el dólar en alza le suman dudas y más incertidumbre a la temporada de verano; se mantiene la ralentización de las reservas
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MAR DEL PLATA.- Las urnas que se abrirán en la tarde y noche del próximo domingo 22 develarán quizás un posible nuevo presidente electo en primera vuelta o, al menos, dos finalistas para el ballotage de noviembre. La fecha electoral, decisiva como pocas veces para el futuro del país, se volvió a colar en el camino hacia la temporada de verano y junto con la crisis económica aparece como determinante del ritmo del movimiento turístico que tendrá la costa atlántica entre fines del actual y primeros meses del próximo año.
Tanto que, a la fecha y tras las turbulencias económicas que siguieron a las PASO de agosto, el volumen de confirmaciones se ralentizó durante el último mes y a esta altura se encuentra hasta un 15% por debajo de la cantidad de operaciones de alquiler que se había logrado para misma fecha del año pasado.
“Estamos expectantes”, reconoce el propietario de una inmobiliaria de uno de los destinos más cotizados frente a esta pausa que se dio en el mercado luego de un arranque interesante de consultas y primeras reservas sobre el inicio del segundo semestre, impactado luego por la devaluación de moneda que siguió al resultado de las elecciones primarias y la singular batería de medidas económicas que se dio desde entonces.
Y en medio de ese vendaval, el dólar. Consolidado desde hace años como moneda de pago de alquileres en los balnearios más cotizados, crece en la paridad cambiaria y desde allí obliga a otros destinos de menor rango a tomarlo como principal referencia de valor. Al menos si es que se pretende empezar a cerrar negocios cuando aún restan casi tres meses para entregarle en mano las llaves a los primeros nuevos inquilinos.
Cambio de hábito
El Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata tuvo que cortar con su costumbre de tantos años de lanzar a mediados de septiembre su cartilla de sugerencias para establecer el piso de precios para alojarse aquí en viviendas particulares entre diciembre y marzo. Es la habitual señal desde los profesionales del ramo para que los propietarios no se excedan. “Quizás sea en los días previos al fin de semana largo de octubre”, arriesgó el titular de la entidad, Guillermo Rossi.
“Queremos que los alquileres en Mar del Plata sean en pesos”, insistió el directivo sobre una política que desafía a un mercado inestable y que solo parece encontrar a propietario y cliente hablando en un mismo idioma cuando la unidad de medida es la moneda estadounidense.
La alternativa que se evalúa por estas horas desde la institución es sugerir reservas más altas a modo de seña, que cubran el 70% del monto acordado, con saldo también en pesos a abonar en momento de tomar posesión. Un voto de confianza arriesgado en un país que viaja a ritmo inflacionario mensual de dos cifras y un dólar blue que le pisa los talones.
Lo único concreto es que nadie quiere perder. “De la única manera que puedo poner un precio hoy es en dólar: en pesos les hago reserva si me transfieren seña o total a la cotización blue del día, ahora o lo mismo cuando vengan en enero o febrero a ocuparlo”, aseguró a LA NACIÓN un jubilado del rubro bancario que tiene cinco departamentos para alquilar en La Perla y puso de ejemplo la última escalada de la divisa extranjera.
Silvia Melgarejo, responsable de Constructora del Bosque, reconoce que septiembre marcó una merma importante en el ritmo de pedidos de casas para la temporada en Cariló. “Hoy estamos un 15% abajo del año pasado en misma fecha”, dijo a LA NACIÓN, pero aseguró que el fin de semana largo de mediados de octubre puede marcar un hito de sostenido repunte en la demanda.
Anticipa que hay 100 nuevas casas en esa localidad que se ocuparán por primera vez, con muchos de esos propietarios que hasta la última temporada fueron inquilinos. Y un 30% de la cartera que todavía no publico su casa. “Muchos dueños están esperando qué pasa con las elecciones y si sus familias las usarán en la temporada”, explicó.
Jorge Santamarina, también titular de la inmobiliaria que lleva su apellido, lanzó una mirada optimista frente a este escenario impactado por los cambios que llegarán en la política y, con ella, la economía. “La tendencia es bastante buena en relación con un año con dos etapas eleccionarias”, dijo y reconoció que a pesar de esta situación, “hay gente que está consultando, alquilando y planificando sus vacaciones”. “Esto va a ir de menos a más”, aseguró a LA NACIÓN.
Tanto Pinamar como Cariló y otros destinos fuertes de esta zona, como Costa Esmeralda o Mar de las Pampas, hace tiempo que fijan precios de alquileres en dólares. Los operadores del sector aseguran que los valores de esta temporada son similares a los del verano pasado. Al 2 de enero pasado la moneda estadounidense cotizaba en mercado paralelo a $346. Menos de la mitad del techo récord de $800 que acaba de tocar en estas últimas horas.
Dificultades en la hotelería
La hotelería anda en similares problemas. Difícil fijar precios. Desde un complejo hotelero importante de Mar del Plata aseguraron no hay valores para verano y que hay tarifa determinada solo hasta el día de la elección general. “Después se verá”, dicen, a con la experiencia del día posterior a las últimas PASO.
De a poco también se volvieron a animar a lanzar precios y habilitar operaciones en los balnearios, que ya desde fin de temporada habían quitado –o al menos reducido facilidades- los tradicionales planes de pago anticipado en cuotas, a valor congelado, para reservar carpas o sombrillas para el siguiente verano.
Los precios que más asustan son por temporada completa y es un mercado que domina y consume fuerte la clientela local. Disponer de carpa desde diciembre a marzo (tres y hasta cuatro meses, según si se habilita el servicio a comienzos y hasta fines de cada mes) se paga hoy –mañana puede ser más- desde $500.000 hasta casi $1,5 millones.
Para el rubro se acerca una temporada desafiante por una variable adicional: será la primera sin el buen impulso que en posteriores a la pandemia les había aportado el PreViaje. En el pasado verano, como parte de la tercera edición del programa oficial, apenas influyó sobre el tramo inicial.
Aún no hay valor diario que se pueda confirmar, siempre por este contexto económico de incertidumbre creciente. Pero el turista que requiere sombra por períodos cortos deberá pensar en un presupuesto no inferior $30.000 por jornada para acceder a una sombrilla o carpa para 6 personas y todos los servicios de piscina, recreación y otros que brindan los paradores. El valor techo, a este ritmo inflacionario y si se pone la mirada sobre los espacios privados más exclusivos de zona sur, podría acercarse a las 6 cifras. Sí, por día.
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