Aliviar con tatuajes las cicatrices del maltrato doméstico
Evguenia Zakhar dibuja sobre cuerpos lastimados de mujeres y las ayuda a pasar de página
OUFA, Rusia.- En un pequeño sótano en una esquina de la ruta principal de Oufa, la capital de la República de Bashkortostan, en Rusia, Evguenia está delineando minuciosamente flores a lo largo de una cicatriz. Frente a ella, con el brazo extendido sobre la mesa de trabajo, Dinara aprieta los labios por el dolor y permanece en silencio. Con sólo 20 años, ella ya pasó por un infierno.
Después de haber sufrido palizas toda la vida -primero de su padre, luego de su marido-, el cuerpo entero de la joven está cubierto de rastros de ese doloroso pasado. Ahora, ella dejó a su pareja y vive sola con su hija de tres años, Amelia. "Viendo mis cicatrices -confiesa Dinara-, mi hija empezó a dibujar las mismas marcas en sus brazos. Me siento tan avergonzada, no puedo soportarlo."
Con un nudo en la garganta, Evguenia escucha atentamente antes de hablar: "Nos aseguraremos de que todo eso se convierta en un mal recuerdo." Después de dos horas de trabajo, las cicatrices están completamente cubiertas de pequeñas y delicadas flores, teñidas de azul. Las huellas de las heridas de Dinara hacen que el interior de las flores parezca aún más realista.
Cálida y optimista, Evguenia estuvo trabajando como artista del tatuaje durante diez años. Lo hace junto a su socio, Alexeï. "¡Es un trabajo emocionante! Fue una elección natural para mí convertirme en una artista del tatuaje porque me gustaba dibujar, pero no quería frenar mi creatividad en la universidad de arte", cuenta Evguenia.
Inspiración brasileña
En agosto del año pasado, Evguenia encontró la obra A Pele da Flor [La piel de la flor] de la brasileña Flavia Carvalho, que cubría las cicatrices de las mujeres víctimas de violencia doméstica. Inspirada, la joven rusa decidió seguir su ejemplo y ofrecer sus servicios de forma gratuita a través de la red social rusa Vkontakte.
La tatuadora se sorprendió rápidamente del alcance de su propuesta. "¡En sólo una semana, ya tenía cincuenta pedidos!", dice. En seis meses, más de 200 mujeres pasaron por las expertas manos de Evguenia, que dedica cada lunes a estos tatuajes especiales. Ella los ofrece de forma gratuita, y cubre todos los gastos derivados.
Tatuar a las víctimas de la violencia doméstica llegó a ser más que un trabajo para la artista: se convirtió en una verdadera misión. "Además de ayudarlas, dejo mi marca en el mundo. La mayoría de mis clientas son más jóvenes que yo y, cuando me vaya, seguirán llevando mis tatuajes y les recordará que un nuevo comienzo es posible", reflexiona.
Al mismo tiempo, para las mujeres que van al estudio, Evguenia es inconfundiblemente una artista, pero también una auténtica psicóloga. "Al principio fue terrible oír todas estas historias, pero poco a poco aprendí a escuchar. Ahora, incluso les sugiero que cuenten sus historias una última vez, antes de dejarlas atrás para siempre cuando el tatuaje se termina", dice.
Llevarlo más allá
En el futuro, Evguenia espera subirse a su moto con su compañero y hacer una gira por Rusia para poder ofrecer sus servicios a mujeres maltratadas de otras regiones. "Las víctimas ya vienen de toda la región para conocerme. Pero me gustaría hacer aún más, y por qué no alentar a los artistas del tatuaje en otras provincias de Rusia, incluso del extranjero, a hacer lo mismo", se entusiasma.
Por el momento el proyecto sigue siendo un sueño y está en busca de potenciales patrocinadores.
El compromiso de esta joven se vuelve aún más simbólico en una Rusia que recientemente introdujo una ley que despenaliza la violencia doméstica. Desde el 7 de febrero de este año, la violencia doméstica -en los casos en que suceda por primera vez y que los golpes no afecten a la salud de la víctima- se considera una falta "administrativa" menor en lugar de un delito, y se sanciona con una multa de entre 5000 a 30.000 rublos [de $ 1300 a $ 8000].
El proyecto de ley provocó fuertes reacciones entre el pueblo ruso, e incluso algunos temen que con estas modificaciones la problemática se pueda trivializar.
Según el Ministerio del Interior de Rusia, cada año 26.000 niños son víctimas de la violencia de sus padres, 36.000 mujeres son víctimas de abuso doméstico y 12.000 mueren como consecuencia de la violencia de sus parejas, lo que supone una víctima cada 40 minutos.
En Rusia, el 97% de los casos de violencia doméstica no terminan en denuncia. Y en todo el mundo, casi una de cada tres mujeres es víctima de violencia doméstica.
Mannon Masset