Alerta entre los especialistas porque el banco nacional de drogas oncológicas excluye medicamentos de probada acción terapéutica
La asociación médica que reúne a la gran mayoría de los oncólogos del país sostiene que el vademécum de drogas que aprobó en enero el Ministerio de Salud pone en riesgo la supervivencia de pacientes con cáncer
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La asociación médica que reúne a más del 80% de los oncólogos del país dio la voz de alerta: el vademécum de drogas que aprobó el 12 de enero pasado el Ministerio de Salud pone en riesgo la supervivencia de pacientes con cáncer porque excluye medicamentos de probada acción terapéutica. La Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), que tiene más de 50 años y agrupa a más de 1000 de los aproximadamente 1200 oncólogos locales, publicó una solicitada que muestra su preocupación.
“El Plan Médico Obligatorio (PMO) dispone que deben ser cubiertas todas las drogas aprobadas por la Anmat —dice Santiago Bella, presidente de la AAOC—. Pero este vademécum no las incluye a todas. El nuevo vademécum comprende a los pacientes que se atienden en los hospitales nacionales y universitarios del país, como por ejemplo el Instituto Ángel Roffo, especializado en cáncer, y también a pacientes de las provincias: hay jurisdicciones que no tienen el recurso para acceder a la medicación y piden ayuda al banco nacional. El 60% de los pacientes con cáncer dependen del sistema público y serían los más expuestos a las restricciones porque pertenecen a distritos provinciales que pueden solicitar más a menudo la ayuda del Banco Nacional de Drogas”.
Diego Kajen, secretario general de la AAOC, agrega que este nuevo vademécum contradice lo que indica el PMO. “Lo único que hace es aumentar la desigualdad —puntualiza Kajen—. El paciente puede reclamar, y la Justicia normalmente le da la razón porque, si el medicamento está aprobado, corresponde cubrirlo. Pero ir a pelearla a nivel judicial no es algo accesible para todos los pacientes, cuesta dinero y lleva tiempo, algo crucial en el tratamiento del cáncer”.
La preocupación de los oncólogos, además, es que obras sociales y prepagas se sumen a lo dispuesto por este nuevo vademécum y se impongan limitaciones a la provisión de drogas oncológicas. El otro motivo de inquietud es que no fueron consultados en la elaboración del nuevo listado de drogas autorizadas. “Se habla del asesoramiento de prestigiosas asociaciones, pero ninguna se menciona —afirma Bella—. A nosotros no nos consultaron. Otras veces nos han convocado y al menos quedaba registrada nuestra oposición”.
En coordinación con el Banco de Drogas Especiales y el Instituto Nacional del Cáncer (INC), el Ministerio de Salud aprobó este nuevo vademécum que elimina 14 drogas oncológicas y suma tres.
En la resolución 29/2022 se puntualiza que “dada que la última actualización del Vademécum de drogas oncológicas fue en el año 2019, se ha efectuado una revisión de los medicamentos para enfermedades oncológicas, en concordancia con las recomendaciones efectuadas por el INC en su carácter de organismo referente en materia de cáncer en la República Argentina. Dicho proceso de revisión y actualización se efectuó a partir de criterios de evidencia científica sobre la eficacia y seguridad de los medicamentos en análisis, y teniendo en cuenta su costo-efectividad”.
Natalia Grinblat, subsecretaria de Medicamentos e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación, indica que en nuestro país los tratamientos oncológicos, tanto en el nivel público como privado, tienen cobertura total.
Con respecto al nuevo vademécum, la funcionaria destaca que es un listado de algunos medicamentos con probada eficiencia de uso que otorga un complemento a los de tratamiento oncológico de las provincias. “Si alguno no lo tiene lo pueden solicitar al banco nacional, que tiene este listado. El objeto es colaborar con la provisión de medicamentos para mejorar el acceso a los tratamientos. Ayer, justamente, se celebró un convenio de cooperación con las provincias para la provisión de drogas oncológicas y para fortalecer las estrategias de acceso a los tratamientos, que a partir de ahora garantiza también el traslado de medicamentos que lo demanden bajo cadena de frío, algo que no existía”.
Omisiones graves
“Falta el pembrolizumab, un anticuerpo monoclonal inhibidor del PDL1 (una proteína inmunitaria) que tiene más de 25 indicaciones y en muchos casos aumentó la sobrevida —afirma un médico oncólogo del Instituto Roffo que pidió no identificarse—. El vademécum tampoco incluye el TDM 1, que mostró sobrevida en cáncer de mama temprano y metastásico. Y quitaron los inhibidores del Parp para cáncer de mama y ovario metastásicos con mutaciones de los genes BRCA 1 y 2: estas drogas no pueden no estar, le quitan a las pacientes la posibilidad de curarse. Hay omisiones graves”.
“En mieloma hay una droga que es de primera indicación, la lenalidomida, y que fue suprimida —expresa Mariana Auad, vicepresidenta de la Fundación Mieloma—. Nos reunimos con funcionarias de la subsecretaria de Medicamentos e Información Estratégica del ministerio, quienes adujeron como justificación que no había habido pedidos de esta droga en los últimos 18 meses. Es una falacia: la droga sí se pidió, pero derivaron directamente a los pacientes a la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DATSE) que depende de Desarrollo Social y finalmente varios meses después las proveyeron. Este no es el camino para un paciente con cáncer, no todos tienen la energía para gestionar, navegar y hacer trámites”.
“El nuevo vademécum hace una selección arbitraria de drogas —advierte Bella—. Entre los inhibidores de ciclinas, que se usan en cáncer de mama, se eligió uno y se descartaron dos. Pero los perfiles de toxicidad de los descartados son distintos, entonces puede haber pacientes con toxicidad proclive al único aprobado que no están en condiciones de recibirlo. No sabemos por qué algunas drogas se descartaron, tampoco sabemos si existe favoritismo por algún laboratorio. Insisto: no fuimos consultados”.
En cuanto a la falta de consulta con la AAOC, Natalia Grinblat dijo que el INC está en permanente contacto con asociaciones científicas y tiene su equipo técnico para evaluación de tecnologías sanitarias: “El nuevo listado tiene más de 10 meses de gestión. Además, hay que diferenciar: una cosa son las guías clínicas para tratamientos (y ahí el rol importantísimo del INC) y otra cosa son los listados, como este banco de drogas que incluye algunos medicamentos que de modo complementario se otorga a las provincias”.
Acceso desigual
La burocracia administrativa y las deficiencias de respuesta del sistema de salud son dos de las características señaladas por pacientes oncológicos en una investigación de All. Can Argentina para detectar barreras en el abordaje de la enfermedad. En una encuesta realizada por esa ONG en la ciudad de Buenos Aires, se detectaron demoras importantes entre el inicio de los síntomas, el diagnóstico y el acceso al tratamiento, especialmente entre pacientes del sector público.
Otro profesional del Instituto Roffo, que pidió reserva de su nombre y apellido, agrega que el nuevo vademécum puso en letra lo que ya viene pasando: “Es un desastre formalizado en un documento. Existen laboratorios privados que le dan medicación gratuita a los pacientes durante tres o cuatro meses hasta que el ministerio las provee, porque en cáncer no se puede perder el tiempo”.
María Alejandra Iglesias, presidenta de la Asociación Sostén y representante de la Red Unidos por el Cáncer, afirma que en las próximas dos semanas tienen agendadas un par de reuniones importantes con funcionarios del Ministerio de Salud y del Banco de Drogas de la provincia de Buenos Aires.
“Trabajamos para que no haya faltantes ni entregas irregulares —dice Iglesias—. Los pacientes deben recibir la medicación que necesitan. Nuestro objetivo es que en todos estén las mismas drogas o que si es necesario las derivaciones sean automáticas, sin necesidad de hacer trámites. En estas dos reuniones podremos expresar dudas, inquietudes, consultas o exigencias. Nos preocupa la equidad tanto en el sistema público como privado: que la gente no se encuentre con escollos”.
Lograr una atención más equitativa fue precisamente el lema del último Día Internacional del Cáncer, el 4 de febrero pasado. “El objetivo es reducir la desigualdad en el acceso a los tratamientos oncológicos. Pero en la Argentina esto no se cumple. Nunca hubo más inequidad que ahora”, se lamenta otro oncólogo del Instituto Roffo, que pidió expresamente no aparecer con su nombre en esta nota.
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