Alcohol cero al volante. Por qué una provincia amenaza con no aplicar la iniciativa votada en el Congreso
Aunque aún debe ser confirmada por el Senado, la aprobación en Diputados de ese proyecto ya genera rechazos en Mendoza; para la política local, “es una ley demagógica”, fuerte rechazo del sector vitivinícola
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MENDOZA.- El avance en el Congreso de la Nación del proyecto de ley de tolerancia cero de alcohol al volante cayó como un baldazo de agua fría en esta provincia que levanta su voz para intentar que se dé marcha atrás con esa iniciativa. Sin embargo, tanto en la industria vitivinícola como en el gobierno local entienden, de no mediar un debate a fondo de la problemática, que la votación favorable en la Cámara de Diputados tendrá su correlato en el Senado.
Por tal motivo, comienza a tomar forma la decisión que accionará el Poder Ejecutivo mendocino: no aplicar la normativa nacional una vez aprobada. Esto significa que, al menos en las rutas provinciales, bajo legislación local, se seguirá permitiendo que los conductores circulen con hasta 0,5 gramos de alcohol en sangre, en sintonía con lo que dispone la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En las jurisdicciones provinciales no se va a aplicar la ley nacional. Mendoza tiene la potestad jurídica para hacerlo”, confiaron a LA NACIÓN desde el despacho del gobernador radical Rodolfo Suarez.
De igual forma, en los próximos días, los senadores nacionales del radicalismo presentarán un proyecto que replica esa normativa provincial en todo el país, la cual hace foco en el endurecimiento de las sanciones. “Esto que estamos viviendo en el Congreso es un ejemplo de lo pésimo que funciona el sistema político. La tolerancia cero es un proyecto demagógico en su máxima expresión. Es técnicamente imposible de cumplir el alcohol cero. Por eso, la semana próxima ingresaremos una nueva iniciativa, que replica la ley provincial, que permite hasta 0,5 gramos de alcohol en sangre, focalizada en los controles y dispone sanciones severas si se supera ese límite. De hecho, las estadísticas indican que la siniestralidad vial se da por encima de esos valores”, adelantó a LA NACIÓN el senador nacional Alfredo Cornejo, exgobernador de Mendoza, quien ratificó que en las rutas provinciales “la ley vigente es la local, y seguirá vigente”.
Es más, en el gobierno de Mendoza no descartan solicitar a la Casa Rosada que le otorgue la competencia de las rutas nacionales para agudizar los controles, ya que consideran que la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) no cuenta con alcoholímetros ni personal suficientes.
En búsqueda de consenso
Por eso, en esta instancia, donde se busca un posible consenso antes de la sanción final, toma relevancia la gestión que haga, por caso, la senadora nacional kirchnerista, Anabel Fernández Sagasti, una de las principales espadas de la vicepresidenta Cristina Kirchner. “Hay que ver si Sagasti defiende a Mendoza, frena la tolerancia cero y toma con seriedad el asunto para poder encontrar una salida superadora”, expresó a LA NACIÓN una importante fuente del Poder Ejecutivo provincial, molesta con el aval que también dieron al proyecto los diputados justicialistas mendocinos, a quienes se los acusa de “demagogos”.
Desde el peronismo, rechazan las críticas. “No es una ley seca, no es una ley de vino cero, es una ley de tolerancia cero al manejar”, argumentó el diputado del Frente de Todos, Adolfo Bermejo, en declaraciones a Radio Mitre Mendoza, poniendo el foco en evitar más accidentes de tránsito. “Esta medida había que tomarla pero hay que acompañar esto con mayor trabajo en las escuelas, con inversión de parte de los gobiernos de concientizar; hay que lograr un cambio cultural”, completó.
Así, a pesar de presentar resistencia y evaluar acudir a la Justicia, la visión en la industria sobre un posible acuerdo es menos optimista, sobre todo por la mayoría de votos que obtuvo la iniciativa de tolerancia cero en la Cámara baja, con 192 positivos, 19 negativos y 4 abstenciones. Paradójicamente, la aprobación fue el jueves 24 de noviembre, Día del Vino Argentino, bebida nacional, y en medio de un crecimiento sostenido del enoturismo en esta tierra cuyana.
“Dijéramos o propusiéramos lo que sea, el resultado ya estaba cantado. Cualquier solución alternativa ya estaba descartada, porque ya lo tenían acordado políticamente. Tienen visiones de gobernar a partir de encuestas. La respuesta a nuestros pedidos y presiones, con visiones de lo que pasa en el mundo y con los jóvenes, fue que no quieren aumentar sanciones porque se demoraría el tratamiento al tener que pasar por comisiones. “Igualmente, somos un hueso duro de roer, por eso vamos a seguir dando pelea en el Senado”, explicó a LA NACIÓN Sergio Villanueva, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), y agregó: “La euforia de la sesión se debía a que ya estaba armado, impulsado por el gobierno nacional. Es una escalada que no ataca el problema central, que es el consumo por encima del 0,5 gramos. La tolerancia por debajo de esa cifra no se discute en el mundo. Si comés un postre con un poquito de alcohol, usás un enjuague bucal con alcohol o si sos enólogo que prueba un vino en su trabajo, vas a dar positivo. Es un eslogan transformado en ley”.
La misma postura dejó sobre la mesa José Zuccardi, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). “Esta ley afecta las libertades de los argentinos. Es demagógica e impracticable. Una copa de vino en las comidas no es alcohol al volante”, sentenció el empresario.
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