Alarmante: por qué, pese a que el impacto de la pandemia cedió, más argentinos tienen riesgo de sufrir trastornos mentales
Según una investigación de la Facultad de Psicología de la UBA, un ciudadano cada ocho podría desarrollarlos; advierten sobre la dificultad para acceder a ayuda profesional
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La pandemia terminó, pero la angustia y la sensación de crisis no ceden. Aunque de a poco, la vida fue volviendo a la normalidad y a las rutinas prepandemia, la salud emocional y psicológica de los argentinos todavía no lograron superar el impacto. De hecho, los argentinos salieron de la emergencia sanitaria con mayor riesgo de padecer o desarrollar un trastorno mental, según surge de una investigación que realizó la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El observatorio de Psicología Social Aplicada realizó un diagnóstico luego de entrevistar a 2295 personas en todo el país en diciembre último. Según las conclusiones, son muchos los argentinos que dijeron estar atravesando una o más crisis, los que tienen trastornos del sueño, los que tienen sintomatología depresiva y episodios de angustia, mientras que son relativamente pocos los que acceden a tratamientos psicológicos, incluso entre los que consideran que necesitarían ese tipo de ayuda.
“Encontramos porcentajes de riesgo de padecer trastornos mentales mayores a todo 2020″, señala el informe, y detalla que hoy el 12,2 % de los argentinos presenta riesgo de padecer un trastorno mental. “Se trata de un porcentaje similar al hallado en 2021 y muy superior a los porcentajes hallados durante el inicio de 2020. Es decir que no se volvió a los niveles prepandémicos”, dice.
Para calcular el índice de riesgo de trastorno psicológico o mental, se adoptó el criterio de considerar como caso en riesgo a los participantes que hubieran respondido a más del 50% de los 27 ítems del cuestionario con las opciones “bastante” o “mucho”.
También se detalla que los niveles de sintomatología ansiosa, depresiva y riesgo suicida son mayores en personas más jóvenes y con menor nivel de estudios y situación económica desfavorable. Contrariamente, aquellos que realizan alguna actividad física (44,7% del total) mostraron menores niveles de ansiedad y depresión que aquellos que no lo hacen.
“Esperábamos que estos números hubieran bajado. Cuando se compara los datos de la Argentina con los de otros países muy golpeados por la pandemia, en una primera instancia todos tuvieron un impacto negativo, pero la capacidad de recuperación fue mayor. En la Argentina no se produjo esa recuperación esperada, lo podemos atribuir a la crisis social y económica”, explica Martín Etchevers, secretario de investigación de la Facultad de Psicología y uno de los investigadores del trabajo, quien también participó en un estudio global hecho en 2021. “La Argentina se encuentra entre los países que más les cuesta salir de la crisis psicólogica que dejó la pandemia”, apunta.
Otro dato que surge del informe es que el 54,5 % de los participantes dicen estar atravesando una crisis. De estos, el 49,4% mencionó una crisis económica. Luego, mencionaron: crisis vital, familiar, de pareja, vocacional, duelo, de identidad y por violencia de diferentes tipos, como familiar, de género y laboral, entre otras.
Acostumbrados a las crisis
“Les preguntamos a los encuestados sobre las crisis, para saber si era atribuible a la pandemia o a otras crisis recurrentes. Encontramos que la mayoría tenía expectativas negativas. Esto echa por tierra la visión de la crisis como quiebre y cambio. Como si el haberse acostumbrado a vivir en una crisis permanente y repetitiva minara la capacidad de resurgir, de generar algo distinto”, detalla Etchevers. “La crisis deja de ser un punto de inflexión y pasa a ser la norma. Lo normal es que todo empeore, esto hace que la población cuente con menos recursos emocionales para salir adelante. Faltan expectativas de cambio, dominan las emociones de valencia negativa”, agrega el investigador.
En cuanto al sueño, el 75,9 % de los participantes presentó alguna alteración del sueño: el 38,6% sufre insomnio o sueño interrumpido, el 21,3% duerme menos de lo habitual y el 15,9% duerme más.
Según el informe, más del 50% de quienes no realizan tratamiento psicológico dicen necesitarlo. El 34,7% tiene como impedimento no poder pagarlo. “Las personas con mayor riesgo de padecer un trastorno mental son quienes tienen más dificultades para acceder a tratamientos psicológicos, siendo quienes más los necesitan”, señala el documento.
“En la Argentina, pese a ser el país con más cantidad de psicólogos del mundo, el acceso a la atención psicológica está fuera del alcance de la población, principalmente por razones económicas. Las coberturas de obras sociales y prepagas tienen enormes demoras y además son pocos los psicólogos que atienden en los barrios y en las zonas de mayor vulnerabilidad social”, sostiene Etchevers.
¿Qué hacen las personas cuando necesitan ayuda? Según surge de las respuestas de los participantes, ante el malestar psicológico el 40,4% dialoga con amigos, el 22,6% reza, el 22% recurre a un psicólogo, el 21,5% toma medicación, sin especificar cuál; el 18,2% practica un deporte y el 8,8% consume alcohol.
El 21,2% de los consultados dijo que toma medicación para disminuir la ansiedad; el 20,0%, para dormir; el 16,38%, para relajarse; el 13,8%, para mejorar su estado de ánimo, y el 11,6%, para manejar sus “nervios”.
Justamente, el informe destaca “la necesidad de políticas activas de salud mental a través de la promoción de conductas saludables, el incremento del acceso a tratamientos psicológicos y el desaliento de las conductas nocivas”.
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