Advierten sobre las consecuencias del aumento de la temperatura del océano a nivel global
Las olas marinas de calor tienen un impacto negativo en el clima mundial: aceleran el calentamiento, afectando la biodiversidad y la vida en centros urbanos
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El cambio tendrá su cara visible en los próximos años. La temperatura global de la superficie del mar registró a nivel mundial en abril último un pico histórico de 21,1°C. Entre junio y agosto, varias áreas del océano experimentaron eventos extremos, como intensas olas marinas de calor, que generaron impactos negativos en el clima, en la biodiversidad y en la sociedad. Así surge del resumen del Ocean State Report (Informe sobre el Estado del Océano, OSR, por sus siglas en inglés), un documento emblemático del Copernicus Marine Service, que es el ente europeo que proporciona información autorizada, periódica y sistemática sobre el estado del océano azul (físico), blanco (hielo marino) y verde (biogeoquímico) a escala mundial y regional.
La característica del OSR7 es que es permite monitorear variables en tiempo real e interactuar con los responsables de la toma de decisión de las políticas públicas y privadas, basado en una revisión de la información hecha por expertos de los distintos países. En esta oportunidad, los investigadores descubrieron que los océanos se están calentando y subiendo su temperatura más rápido ahora que en el siglo pasado. Las olas marinas de calor se están volviendo más frecuentes e intensas, mientras que las olas marinas de frío se tornan menos frecuentes en todo el mundo. “El océano global se está calentando y aumentando, volviéndose más ácido y menos oxigenado, el hielo del Mar Ártico está disminuyendo y el sistema de corrientes que impulsan el clima y el tiempo en todo el mundo está cambiando. Estos cambios sin precedentes en el océano plantean una amplia gama de riesgos, en particular para la biodiversidad, el bienestar humano, infraestructura y las perspectivas de desarrollo sostenible”, señala el informe, que es coordinado por Mercator Ocean International y financiado por la Unión Europea.
Se trata de un análisis que se presenta todos los años; esta, que es la séptima edición, fue presentada hace una semana ante los responsables de políticas públicas de 14 países europeos y se difunde hoy a nivel mundial.
El documento ofrece una visión global del clima oceánico y de la salud de los océanos para científicos, responsables políticos, la comunidad empresaria vinculada a los mares y la sociedad. Estos hallazgos científicos de última generación están respaldados por potentes modelos informáticos, observaciones satelitales y mediciones in situ. No es solo un reporte anual, sino que ofrece a los tomadores de decisiones herramientas que pueden usarse para comprender y adaptarse a un océano en transformación y mitigar los impactos de los eventos oceánicos extremos, se explica.
“El cambio climático está provocando que los fenómenos climáticos extremos sean cada vez más frecuentes y graves. Las olas de calor y las olas de frío marinas son prolongadas. Tenemos períodos de temperaturas oceánicas anormalmente altas o bajas que tienen impactos de amplio alcance, desde cambios dramáticos en la biodiversidad hasta cambios en el rendimiento de la pesca”, apuntó Karina von Schukmann, oceanógrafa de Mercator Ocean International especializada en monitoreo del clima oceánico y autora principal del informe de evaluación del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), quien presentó el informe durante un Zoom para la prensa.
Como ejemplo, se mencionó lo que ocurrió en Escocia: “Durante el verano de 2021, se observaron dos floraciones inusuales de cocolitóforos en aguas escocesas, una en el mar de Clyde y otra en la costa este de las Islas Shetland. Estas flores atrajeron mucha atención del público porque tiñeron el mar de un color turquesa. Las condiciones climáticas inusuales fueron un factor contribuyente en ambos casos, lo que provocó altas concentraciones de nutrientes en verano, ya que las bajas temperaturas restringieron la floración primaveral regular de las diatomeas en esta área. Estos factores proporcionan condiciones ideales para que los cocolitóforos florezcan a medida que aumentan las temperaturas y la luz solar”, explicó.
El calentamiento de los océanos es uno de los principales indicadores para monitorear el estado y la evolución del cambio climático, señala Schukmann. “El cambio en la salinidad de los océanos puede tener implicaciones importantes para la densidad y las corrientes oceánicas, el ciclo del agua y la biodiversidad de los océanos”, dijo.
El océano en América del Sur
Y aportó información sobre América del Sur: “Los fenómenos extremos pueden provocar grandes peligros a lo largo de las costas. El OSR7 investigó eventos extremos y peligros costeros durante el último cuarto de década en el suroeste del Atlántico Sur, que alberga los puertos económicamente más importantes de América del Sur, altas demandas de producción de petróleo y gas, y una rica biodiversidad. En particular, se utilizaron reanálisis y datos casi en tiempo real de Copernicus Marine para investigar indicadores de olas extremas que afectan las regiones costeras y las costas de esta área, y han proporcionado una visión general completa del clima de olas regionales en escalas de tiempo y espaciales. Además, los datos del sistema nacional de monitoreo y alerta en el área del estado de San Pablo, Brasil, combinado con datos de Copernicus Marine, revelan que el creciente número de peligros costeros en este área está fuertemente vinculado al creciente número de eventos de olas extremas de la costa a regiones costeras adyacentes”, apuntó.
La última edición del Informe del Estado del Océano de Copernicus de la UE detalla una gama de patrones inusuales en los sistemas oceánicos, incluidas caídas en la circulación oceánica, evoluciones inesperadas en eventos de producción biológica y olas marinas de calor intensificadas. Esto genera un océano cambiante, enfrentado a más olas de calor marinas frecuentes y prolongadas, evoluciones inusuales de floraciones de fitoplancton y reducción del intercambio de calor en los sistemas de corrientes oceánicas.
Otros hallazgos relevantes señalan que el hielo marino antártico se redujo drásticamente este año, alcanzando los niveles más bajos registrados en mayo y junio desde el inicio de los registros: perdió un área más de siete veces el tamaño de Polonia (2,2 millones de km2).
También se señala que el hielo marino del Ártico está disminuyendo constantemente, perdiendo aproximadamente 3,5 millones de km2 desde 1979, un área siete veces el tamaño de España.
El nivel del mar está aumentando más rápido y esto plantea amenazas significativas para los ecosistemas y las sociedades, lo que afecta negativamente a los medios de vida, las infraestructuras y las economías. Los eventos de las olas de calor marinas son cada vez más comunes. Se estima que se produzca un evento extremo cada cinco a diez años, lo que plantea amenazas sustanciales para las especies marinas y las actividades humanas que dependen de la salud de los océanos. Estas olas de calor pueden alterar permanentemente los hábitats naturales marinos y las cadenas alimentarias, afectando a todo el ecosistema.
“El océano desempeña un papel vital en la regulación del clima de la Tierra. Actúa como un enorme disipador de calor, absorbiendo y almacenando grandes cantidades de calor excedente acumulado en el sistema terrestre debido a las actividades humanas (von Schuckmann et al., 2023). Absorbe cantidades significativas de carbono antropogénico a través de procesos físicos y biológicos, lo que ayuda a mitigar el cambio climático al reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. El océano se ve profundamente afectado por el cambio climático”, señala el informe.
“El aumento del nivel del mar, el calentamiento, la desoxigenación y la acidificación del océano, el cambio de las corrientes y la pérdida de hielo marino y biodiversidad plantean riesgos importantes para las comunidades costeras, la infraestructura, las economías y los ecosistemas vulnerables. Además, la sobreexplotación y la contaminación de los océanos, incluidos los desechos plásticos y los contaminantes químicos, pueden dañar tanto la vida marina como la salud humana, planteando riesgos a través de la cadena alimentaria y la exposición directa. La degradación del océano y el aumento de la presión sobre su funcionamiento y servicios pueden provocar pérdidas económicas, desempleo y menores oportunidades de desarrollo sostenible. Proteger y preservar el océano es esencial para garantizar un futuro sostenible, mantener la biodiversidad, regular el clima, apoyar las economías y salvaguardar la salud y el bienestar humanos”, agrega.
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