Advertencia de expertos: qué es PALB2 y cuál es su relación con el cáncer de mama
Sugieren incluir el rastreo de esta mutación genética en los estudios preventivos; el caso de Angelina Jolie
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NUEVA YORK.– Hace años que las mujeres con cáncer de mama en sus familias se hacen análisis para detectar mutaciones de dos genes, conocidos como BRCA1 y BRCA2, y así determinar si tienen un elevado riesgo de desarrollar la enfermedad.
Pero ahora los médicos recomiendan fuertemente que todas aquellas mujeres que se testearon antes de 2014 vuelvan a hacerse el análisis genético, pero en busca de otra mutación, mucho menos conocida, pero igualmente peligrosa.
Se trata de un gen conocido como PALB2, y quienes tienen esa mutación saben que el riesgo de desarrollar cáncer de mama es casi tan alto como con las mutaciones BRCA. Y, al igual que estas últimas, la mutación PALB2 también aumenta el riesgo de cáncer de ovarios y de páncreas.
Todas las mujeres que hoy se hacen un análisis genético de cáncer de mama probablemente serán testeadas también en busca de las mutaciones PALB2, que –según se confirmó en 2014– están asociadas con un aumento significativo del riesgo de cáncer de mama. Pero a los pacientes testeados antes de 2014 no los analizaron en busca de esa mutación, y si el resultado de aquel análisis fue que no tenían mutaciones BCRA, tal vez se hayan quedado con una falsa sensación de seguridad hasta el día de hoy, afirman los expertos en la enfermedad.
De hecho, hasta el día de hoy son pocos los pacientes que han oído hablar de ese gen, mientras que el BRCA es bastante conocido.
“La evaluación del riesgo de cáncer de mama hereditario debe ir más allá de los BRCA1 y BRCA2 e incluir genes como el PALB2”, dice Peter Hulick, director médico del Centro Mark R. Neaman de Medicina Personalizada del Sistema de Salud de la Universidad NorthShore en Evanston, Illinois. “Es fundamental generar consciencia entre los médicos y los pacientes, porque de lo contrario los pacientes se van con una evaluación genética incompleta”, señala.
Nueva guía orientativa
Hace un par de meses, una importante asociación de médicos genetistas emitió una nueva guía orientativa para pacientes y médicos, que aconseja que las mujeres con mutaciones PALB2 sean monitoreadas igual que las pacientes con mutaciones BRCA y que, en algunos casos, dependiendo de los antecedentes familiares, las mastectomías preventivas podrían ser una opción para reducir el riesgo en algunos pacientes.
La guía, elaborada por la Asociación de Medicina Genómica y Genética de Estados Unidos, califica la mutación PALB2 como el “tercer gen de cáncer de mama más importante después de BRCA1 y BRCA2”. Las pautas de la Red Nacional Integral del Cáncer, así como las de la asociación de médicos genetistas, sugieren que las mujeres con la mutación PALB2 deben realizarse resonancias magnéticas de mama y mamografías, alternadas cada seis meses. La guía está basada en evidencia que pasó la revisión por pares de un equipo global de expertos en genética oncológica.
Hulick explica que en las mujeres con la mutación PALB2 el riesgo de desarrollar cáncer de mama es similar al riesgo que entraña el BRCA: entre un 40% y un 60% mayor que sin presencia de alguno de esos genes.
“La realidad es que todos corremos riesgo por algo, pero es algo para tener en cuenta. El tema es generar consciencia”, dice Hulick. Ahora las mujeres pueden incluir el PALB2 en su plan de cuidados médicos, junto con el resto de su historial médico familiar.
La madre de Susan Karnick tuvo cáncer de mama hace años y las pruebas genéticas no mostraban ninguna mutación BRCA. Karnick, de 55 años, de la localidad de Crystal Lake, Illinois, tenía calcificaciones en los senos y alternaba mamografías y resonancias magnéticas cada seis meses, hasta que su médico sugirió pruebas genéticas. El resultado reveló que tenía el gen PALB2.
Después de consultar con un especialista en riesgo oncológico, optó por una mastectomía preventiva. Después de la cirugía, la biopsia reveló que tenía cáncer de mama en estadio uno en un seno y cinco lesiones precancerosas en el otro, a pesar del monitoreo constante cada seis meses. “Mi médico estaba feliz de que ni siquiera esperé uno o dos meses para la mastectomía. No necesité ni quimio ni radiación”, detalla la mujer.
Karnick también se inscribió en un programa de prevención del cáncer de páncreas en la Universidad de Wisconsin y se someterá a exámenes periódicos de detección. Como anteriormente se había sometido a una histerectomía por la presencia quistes ováricos benignos, el cáncer de ovario ya no es motivo de preocupación.
“Agradezco tanto haberme hecho esa prueba genética –celebra–. Fue estresante y tuve miedo, ¡pero esa cirugía me salvó la vida!”
Dudas
Douglas R. Stewart, coautor de la nueva guía orientativa, dice que a veces se hace referencia a PALB2 como “BRCA3”, por su prevalencia en el riesgo de cáncer de mama. Agrega que las personas con esa mutación “enfrentan dudas importantes sobre su salud, especialmente sobre su riesgo personal de desarrollar cánceres de mama, ovarios y páncreas, y cómo manejar ese riesgo”.
Según Everett Lally, asesor genético de la Alianza contra el Cáncer de Seattle, no solo están en juego los antecedentes familiares, sino que también hay consideraciones psicológicas. Dice que a las mujeres con un familiar directo con cáncer de mama probablemente les resultará más fácil decidir someterse a una mastectomía bilateral que una mujer con la mutación PALB2, pero sin antecedentes en la familia.
La mutación BRCA se hizo muy conocida en 2013, cuando la actriz Angelina Jolie se sometió a una mastectomía profiláctica al enterarse de que era portadora del gen. Su madre tenía cáncer de mama y murió a los 56 años de cáncer de ovario.
Antes, cuando los estudios genéticos eran mucho más caras, los análisis se realizaban con objetivos específicos. Hoy en día, sostiene Hulick, las pruebas son mucho más accesibles y a las mujeres con riesgo de cáncer de mama se les suelen realizar estudios amplios de detección, que incluyen PALB2 y otros genes vinculados al cáncer. Pero advierte que, más allá de eso, siguen siendo muchas las mujeres que no acceden a las pruebas genéticas en general.
Prevalencia en grupos
A lo largo de sus vidas, las mujeres tienen alrededor de un 12% de posibilidades de desarrollar cáncer de mama y un 1,2% de posibilidades de desarrollar cáncer de ovario, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
A diferencia del BRCA1 y BRCA2, a menudo presente en la población de origen judío asquenazí, el PALB2 no está asociado con ese grupo. Algunos estudios han encontrado una prevalencia del PALB2 en las mujeres finlandesas, francocanadienses y griegas, pero los expertos afirman que no hay suficientes datos para asegurarlo.
En particular para quienes han tenido algún caso de cáncer de páncreas en sus familias, la nueva guía para el control de la mutación PALB2 recomienda una batería de detección que incluye una resonancia magnética del páncreas y una ecografía endoscópica. Las nuevas pautas no solo mejoran la atención posterior, sino que un estudio recientemente publicado en Journal of Gastrointestinal Surgery muestra que la detección temprana mejora la evolución del paciente, lo que a su vez alienta a los seguros médicos a cubrir los gastos de esos análisis preventivos.
Traducción de Jaime Arrambide