Admitió ante la Justicia ser el italiano buscado hace 22 años
Lo hizo ante el juez federal Bonadío cuando lo indagaron
Leonardo Bertulazzi, el ex integrante de las Brigadas Rojas italianas detenido en Monserrat el fin de semana último, admitió ante la Justicia ser el ciudadano buscado por las autoridades de su país desde hace 22 años, dijeron a LA NACION fuentes tribunalicias.
El italiano fue conducido ayer ante el juez federal Claudio Bonadío para una audiencia de identificación, primer trámite del proceso de extradición. Italia tiene un mes para enviar a la justicia argentina los antecedentes por los cuales mantiene interés en la detención del brigadista.
Mientras se sustancian los trámites, la policía investiga los nexos de Bertulazzi: entre sus efectos se encontraron documentos de organizaciones piqueteras. No se trata de panfletos, dijeron a LA NACION fuentes de la investigación, sino de papeles que describen el organigrama y funcionamiento de las organizaciones.
Bertulazzi, de 51 años, fue arrestado junto a su pareja, la médica alemana Bettina Kopcke, quien recuperó ayer la libertad, pues no hay pedido de detención en su contra, dijeron a LA NACION fuentes de la Interpol, que arrestó a la pareja.
Ambos habían ingresado en el país el 11 de mayo último en una moto, a través de un paso fronterizo cercano a San Carlos de Bariloche.
Lo vinculan con secuestros
El italiano venía recorriendo América latina con una motocicleta Honda, modelo 750, desde El Salvador. Había llegado a la Argentina desde Chile.
La Interpol de Italia busca a Bertulazzi por los delitos de secuestros, asociación ilícita y tenencia y uso de armas de guerra. Una información no confirmada aún a las autoridades locales señala que tiene una condena en ausencia a 27 años de prisión y que se lo vincula con el secuestro de Piero Costa, dueño de una empresa naviera. Se pagó un millón y medio de liras de rescate y ese dinero sirvió para financiar el atentado contra Aldo Moro.
Nacido en Verona, es genovés por adopción. Inició su carrera en 1977, cuando fue herido por la explosión de un artefacto que armaba. Luego fue condenado a dos años de prisión. Perteneció a la Columna Genovesa 28 de marzo y se lo conocía como Stéfano, su nombre de guerra.
Cuando fue detenido en un garaje cerca de su departamento de Monserrat, Bertulazzi llevaba el pasaporte de su hermano, de nombre Alberto, con su fotografía. Por eso, más allá de los delitos por los que se lo requiere en Italia, aquí puede estar envuelto en otro ilícito, como es la utilización de un documento falso, dijeron fuentes judiciales. Por ahora, tras la audiencia con Bonadío, donde estuvo aconsejado por una abogada particular, fue trasladado en medio de un importante operativo policial al Departamento Unidad de Investigaciones Antiterroristas de la Policía Federal.
En Interpol Argentina están entusiasmados con la detención de Bertulazzi, debido a la importancia que le adjudican las autoridades italianas al arresto. Esto es así porque tras la actividad que tuvieron las Brigadas Rojas en la década del 80, la organización, desmembrada, con la mayoría de sus miembros en prisión, estuvo tranquila.
Hasta que en mayo de 1999 atentaron contra el asesor en materia laboral del gobierno italiano Massimo Dantona. Luego, en marzo último, mientras se sustanciaban los juicios contra los ex brigadistas, una columna juvenil de las brigadas volvió a atacar. Esta vez mató a quemarropa a Marco Biaggi, en Bolonia, ataque que fue reivindicado por los acusados durante los procesos que se llevaban a cabo.
Este resurgimiento de las brigadas preocupa a las unidades antiterroristas italianas, cuyos analistas suponen que al perseguir a los ex viejos brigadistas que siguen en libertad podrán descubrir los nexos con los nuevos cuadros de la organización, la mayoría de los cuales aún son desconocidos para la policía.