Admiten que hay restos nucleares en la ciudad de Córdoba
Según la CNEA: se trata de residuos almacenados en Alta Córdoba y que, si bien no pueden "considerarse peligrosos", están trabajando para sacarlos de allí.
La Comisión Nacional de Energía Atómica admitió que tiene "unas 2000 toneladas de restos de material de uranio" en una zona residencial de la ciudad de Córdoba, pero insistió en que se trata de elementos que "no pueden considerarse peligrosos".
Así lo reconoció a La Nación uno de los directores de la entidad, Jaime Paísa Campá, quien es doctor en química y tiene una trayectoria de 42 años en el organismo atómico.
Y, si bien el funcionario subrayó que el material en cuestión "no puede considerarse peligroso en los términos en que se considera el riesgo nuclear", sí es cierto que se está trabajando para "ubicarlo en otro sitio y darle gestión definitiva".
El doctor Paísa Campá fue consultado a raíz de una denuncia de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (Funam), cuyo titular, el biólogo Raúl Montenegro, alertó sobre el "enterramiento de residuos radiactivos peligrosos" en el barrio Alta Córdoba.
Depósitos en el centro
La denuncia aludió a los depósitos del Complejo Fabril Córdoba, que el organismo atómico nacional posee en la calle Rodríguez Peña 3250, del citado barrio y que se destina a la elaboración de dióxido de uranio.
El dióxido de uranio se obtiene a partir del procesamiento de residuo nuclear y suele utilizarse como combustible en centrales atómicas.
Pero lo cierto es que ese reciclaje del material genera, a su vez, un nuevo resto y éste se ha ido acumulando a lo largo de las cuatro décadas que lleva funcionando la planta. Y aquí es donde se genera la controversia.
La entidad ambientalista que lidera Montenegro advirtió que se trata de elementos radiactivos que "si bien son de baja actividad, podrían ser riesgosos para la salud humana y el ecosistema".
En su advertencia, la Funam precisó que entre los radioisótopos en cuestión figuran "plomo, uranio y gas radón" cuyo ingreso en los pulmones "puede dañar el material genético de las células vivas y producir cáncer".
Pero, al asumir la voz oficial, el doctor Paísa Campá insistió en que los residuos "no significan peligro" para los habitantes de la zona y que están "debidamente protegidos y almacenados".
Sin embargo, Paísa Campá reconoció que la presencia de la planta en una zona residencial "no es lo ideal".
¿Y cómo se les ocurrió colocar residuos atómicos en una zona poblada?, fue la pregunta.
"Lo cierto es que cuando se construyó la fábrica, esa zona era poco menos que un desierto. Luego la ciudad de Córdoba se extendió y eso hace que ahora el complejo fabril esté en plena ciudad", contestó el directivo.
La fábrica está ubicada en una zona de casas de una a dos plantas, cerca de uno de los tres estadios de fútbol más importantes de la provincia a ya pocas cuadras de centros de estudio.
En el pasado reciente se recuerdan quejas de los vecinos del lugar por malos olores. Y suele haber protestas más firmes cada vez que se sabe de algún accidente nuclear en el país o en el extranjero.
La CNEA explicó que los restos están depositados en una fosa cuyas medidas rondan los 100 metros de largo por 50 de ancho. Están cubiertos por una capa de tierra de no más de un metro de profundidad.
A juicio de las autoridades, esa cantidad de tierra actúa como "filtro suficiente" para eliminar la toxicidad del gas radón.
"De todas formas, estamos trabajando para hacer una gestión definitiva de los restos", según dijo Paísa Campá.
La causa de la controversia
- La Fábrica: Pertenece a la Comisión Nacional de Energía Atómica y procesa desecho de uranio para su reutilizaicón. Esa actividad genera a su vez nuevos restos que se han estado acumulando por cuatro décadas.
- Ubicación: El barrio Alta Córdoba queda a 45 cuadras de la Casa de Gobierno de Córdoba, a 8 cuadras de la cancha de fútbol de Instituto Atlético Central y muy cerca de la Fundación Mediterránea.
- El barrio: es uno de los más tradicionales y populosos de la ciudad, caracterizado por casas de una o dos plantas.