Acorazado: un argentino participó en el hallazgo de los restos de un dinosaurio que usaba su cola como arma
Se trata de una nueva especie bautizada Stegouros elengassen, que fue encontrada en el sur de Chile; el técnico en paleontología del Conicet, Jonatan Kaluza, presentó el descubrimiento
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SANTIAGO, Chile (AFP). – El Stegouros elengassen, un enigmático dinosaurio cuya cola en forma de garrote ha causado desconcierto en científicos, fue presentado hoy por paleontólogos chilenos, tres años después de que sus restos casi intactos fueran descubiertos en el sur del país.
En febrero de 2018, un grupo de 19 científicos, entre los que hay un paleontólogo argentino, realizaban excavaciones en Cerro Guido, un prolífico yacimiento de restos de dinosaurios ubicado en una agreste zona de la Patagonia chilena, donde encontraron rocas con huesos de lo que parecía un dinosaurio ornitópodo. Pero desde el fondo de la tierra sorpresivamente aparecieron los restos de una cola que los desconcertó. ”Fue la principal sorpresa (...) esta estructura es absolutamente desquiciada, porque la cola estaba recubierta de estos siete pares de huesos dérmicos [conocidos como osteodermos], cinco de los cuales estaban fusionados en la mitad de la cola tapando estos huesos produciendo un arma absolutamente distinta a todo lo que se conocía para cualquier dinosaurio”, dijo Alexander Vargas, uno de los paleontólogos, durante la presentación del descubrimiento en la Universidad de Chile, en la que también participaron autoridades de gobierno.
“Debido a estos grandes osteodermos, nos dimos cuenta que este dinosaurio no era un ornitópodo, sino que debía tratarse de un dinosaurio acorazado. El arma es la razón del nombre de este nuevo dinosaurio Stegouros elengassen: Stegouros significa ´cola techada’; mientras que elengassen es el nombre de un mítico monstruo acorazado en la tradición del pueblo nativo local Aonik’enk”, describió Jonatan Kaluza, técnico paleontólogo argentino de la Fundación Azara y del Conicet y primer autor del trabajo que se publicó en la revista Nature.
Los expertos se mostraron sorprendidos también de haber logrado descubrir el 80% del esqueleto del dinosaurio casi intacto. Después de la realización de análisis, estimaron que el animal vivió en la zona entre 71 a 74,9 millones de años atrás. Tenía una longitud de unos dos metros, pesaba cerca de 150 kilos y era herbívoro.
Linaje
La extrañísima cola poseía siete pares de huesos dérmicos proyectados lateralmente, que le dan un aspecto similar a una fronda de helecho o a un “Macuahuitl”, un garrote de guerra utilizado por los antiguos aztecas.
Los expertos sostienen que los restos se tratarían de un linaje desconocido de un dinosaurio “acorazado” nunca visto en el hemisferio sur, con características asociadas a otras especies ya identificadas en el norte del continente, como las colas con púas pareadas de los estegosaurios o la enorme maza redondeada en la cola de los anquilosaurios que vivían en los dos hemisferios.
”Desconocemos las razones por las cuales evolucionó una estructura como esta [la cola]. Sí sabemos que dentro de los grupos de los dinosaurios acorazados parece haber una tendencia a desarrollar de manera independiente distintos mecanismos de defensa en base a huesos dérmicos”, dijo, en tanto, Sergio Soto, otro de los paleontólogos.
Nexo
Los fósiles del Stegouros fueron encontrados en el valle de Las Chinas, en Cerro Guido, cerca de la frontera con la Argentina (unos 3000 km al sur de Santiago). Con una extensión de unos 15 km, allí afloran distintas formaciones de rocas que contienen fósiles que han sido estudiados por científicos desde hace varios años. Para los paleontólogos, esta zona es “una especie de libro que nos permite entender las sucesiones de flora y fauna que habitaron ese lugar”, que también ha ayudado ha descubrir la cercanía que hubo hace millones de años entre lo que hoy es América y la Antártida.
”Existen distintas evidencias contundentes de que hay una conexión biogeográfica con otras regiones del planeta, en este caso Antártida y Australia, porque tenemos dos dinosaurios acorazados cercanamente emparentados con este”, aseveró Soto. Y agregó: ”Gran parte de la biota que se conforma en el extremo austral de Sudamérica y que hasta el día de hoy tenemos preservada –por ejemplo, los bosques de Notofagus (árboles y arbustos del hemisferio sur)– probablemente provienen de esta conjunción de estos continentes y esta comunicación donde pasaban cierto estas floras y estas faunas como estos dinosaurios libremente”.