La Justicia condenó al obispo emérito Gustavo Zanchetta a cuatro años y medio de prisión por abuso sexual
Así lo decidió el Tribunal Oral de Orán, en Salta; el sacerdote, cercano al papa Francisco, quedó detenido; la Comisión Episcopal Argentina pidió “perdón” a la víctimas en nombre de la Iglesia
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La Sala II del Tribunal Oral de Salta condenó al obispo emérito Gustavo Oscar Zanchetta a cuatro años y medio de cárcel y ordenó su inmediata detención. El obispo emérito escuchó la sentencia al lado de su abogado defensor y a pocos metros de sus denunciantes; todos de pie. Fue juzgado por abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido.
Los magistrados María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos integraron el tribunal del que fue el primer juicio en la Argentina a un obispo por abuso. Los fiscales Pablo Rivero y Soledad Filtrin Cuezzo pidieron ayer la pena de cuatro años y seis meses de prisión efectiva y la “inmediata” detención del religioso; es la condena que terminó dictando el tribunal. El defensor oficial, Enzo Giannotti, solicitó la absolución.
El obispo, según indicaron fuentes judiciales a LA NACION, quedará detenido en la Unidad Regional 2, hasta que “haya un cupo en la Unidad Carcelaria 3″, siempre en la ciudad de Orán. Hasta el momento estaba parando en un hotel. Los jueces ordenaron que, una vez que la condena quede firme, los datos de Zanchetta sean “inscriptos en el Banco de Datos Genéticos”.
La Comisión Episcopal Argentina, con la firmas de su presidente Oscar Ojea (obispo de San Isidro) y su secretario general, Alberto Bochatey (obispo auxiliar de La Plata), manifestó su “cercanía con las víctimas y expresarles un fuerte y sincero pedido de perdón en nombre de toda la Iglesia”.
“Estos dolorosos acontecimientos nos renuevan en la tarea comprometida y urgente de erradicar este tipo de conductas abusivas y continuar trabajando arduamente por la implementación de las medidas que la Santa Sede ha pedido a las Diócesis de todo el mundo en la búsqueda de la verdad y la justicia”, agrega el comunicado y finaliza: “Pidamos a la Virgen María que consuele el inmenso dolor de las víctimas y sus familias”.
Por su lado, el obispo de Orán, el franciscano Luis Scozzina – que declaró en el juicio y fue muy cuestionado por varios testigos– también emitió un comunicado en el que se pliega a “expresado por mis hermanos en el Episcopado” y sostiene “renuevo mi solidaridad y cercanía para con las víctimas y con todos aquellos que se sintieron afectados durante todo el proceso judicial”.
“Junto al pedido de perdón a las víctimas y a los seminaristas, quiero llamar a la comunidad diocesana a una sincera reconciliación ante las heridas provocadas por los gestos y actitudes de autoritarismo y de abuso de poder. Quiero convocar a toda la Iglesia de la Nueva Orán a renovar nuestra comunión fraterna, aprendiendo a “cargar con las fragilidades de los hermanos”. En el texto, el obispo no se refiere al abuso sexual.
C.M uno de los denunciantes hizo su reflexión cuando salió la condena: “Gracias a las personas que nos sostuvieron tantos años, gracias a los curas que nos creyeron, gracias a una periodista que fue capaz de contar todo, gracias a nuestras familias por acompañar en silencio, gracias a la justicia”.
“Podemos caminar con paz, con alivio. La justicia fue sabia y nos escuchó -añade-. A los curas que nos señalaron, gracias por su indiferencia; me dan vergüenza, que su Dios los juzgue”.
Sin hablar
Ayer, Zanchetta decidió no hacer uso de su derecho a decir las últimas palabras. Se retiró de la sala ni bien terminó la audiencia y regresó al hotel donde se aloja en Orán desde que, hace unos diez días, volvió del Vaticano para estar en el proceso en su contra.
El obispo emérito estuvo siempre acompañado por el abogado canónico Javier Belda Iniesta. Los hechos juzgados en Orán también fueron denunciados ante la Iglesia; en 2016, cinco sacerdotes elevaron una acusación formal por autoritarismo, desmanejos económicos con propiedades eclesiásticas y abusos sexuales que habrían sucedido en el seminario San Juan XXIII.
Zanchetta fue obispo de Orán entre julio de 2013 y ese mismo mes de 2017. Luego renunció aduciendo problemas de salud. Fue designado asesor del papa Francisco y apartado del cargo en 2019, cuando se hicieron públicas las denuncias por abuso.
A pesar de que el juicio es histórico, no movilizó a la comunidad de Orán. Apenas algunos grupos pequeños se mostraron a lo largo del proceso con carteles y pancartas pidiendo “justicia” para los exseminaristas. El eje es el apoyo a los miembros de la comunidad religiosa que se animaron a realizar las denuncias contra el obispo. En los carteles pegados en paredes del tribunal se leía “justicia para nuestros seminaristas, Zanchetta preso” o “basta de abuso, cero tolerancia. Los pecados serán perdonados, pero los crímenes castigados”.
Ayer, horas antes de los alegatos, Marcio Tornina, uno de los exseminaristas que fue testigo en el juicio, publicó un texto en su Facebook que impactó en la gente. Entre otras frases dice: “A los jueces que tienen la napoleónica tarea de dictar una sentencia solo les pido justicia”. Agradece a la fiscal Filtrin por “siempre haber creído en nosotros”; a los “curas Martín, Juanjo y Gabriel”; a los denunciantes y testigos “por la valentía de enfrentar todo”.
“A los curas que, con su silencio apoyan la complicidad, me dan pena. Ellos sabrán por qué lo hacen. Pero sepan que hubo jóvenes que confiaron en ustedes”, agrega, y menciona al actual obispo de Orán, Luis Socozzina, que, “con su inacción hizo también lo propio. Declaró negando conocer situaciones de abuso y las tildó de incomodidades. Que fácil usar palabras más dulces en lugar de condenar, si sabrá la iglesia de eso”.
A Zanchetta le plantea: “Nos fuiste arruinando la vida. Rompiendo sueños y proyectos. Hoy en día muchos la peleamos día a día, experimentamos el amargo sabor de la soledad, la incomprensión y el prejuicio. Nada nos viene de arriba. No somos de familias adineradas, no tenemos padrinos políticos ni religiosos. Y aquí estamos, pidiendo Justicia”.
Durante el juicio, hubo testigos que hablaron de los pedidos de “masajes” que hacía el obispo, de sus advertencias a quienes no aceptaban sus reclamos y de sus “preferencias” por algunos seminaristas. También se ventilaron los pormenores de las fotos “pornográficas” encontradas en su teléfono celular.
Antecedente
Hace menos de un año, también en Salta, fue condenado el sacerdote Agustín Rosa Torino a 12 años de prisión efectiva por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración agravado por ser ministro de culto reconocido. Las denunciantes eran Yair Gyurkovitz, de 25 años y Valeria Zarza, de 47, y por abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto reconocido, en perjuicio de Jonatan Alustiza, de 26.
La sentencia la dictó la Sala IV del Tribunal de Juicio de Salta, presidida por el juez Maximiliano Troyano y también conformada por Norma Vera y Roberto Faustino Lezcano. En ese caso, la Fiscalía había pedido 22 años de cárcel.
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