Aborto ilegal: una práctica insegura y de fácil acceso que se mantiene por fuera de las políticas públicas
Al no haber legislación específica y desarrollada que aborde el tema, muchas mujeres asumen riesgos extremos con poca información y ninguna contención del Estado
La difusión de una charla sobre aborto para estudiantes del colegio Carlos Pellegrini causó gran controversia y puso una vez más en el centro de la agenda el debate sobre la despenalización. Mientras tanto, cada año cientos de mujeres mueren o atraviesan graves complicaciones por interrumpir embarazos en la clandestinidad.
¿Cuántas mujeres abortan de manera ilegal por año en la Argentina? ¿En qué condiciones? ¿Cuántas tienen complicaciones? ¿Cuántas mueren? Estas preguntas no tienen respuesta oficial, en gran parte debido al secreto que ronda a la mayor parte de los casos. Investigaciones de los organismos de salud sexual y reproductiva como la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires (Sogiba) y la Fundación para el Estudio de la Mujer (FEIM) aseguran que se produce el triple de muertes por aborto inducido de las que se indican en las estadísticas oficiales.
“Se te brinda procedimiento asegurado completamente ambulatorio. Todo solucionado, en menos de dos horas te vas del lugar con la ecografía en mano. Con la medicación pertinente y las recomendaciones del médico”. La promesa sobre cómo deshacerse de un embarazo llega por mensaje de WhatsApp. La organización, que se dedica a realizar abortos quirúrgicos en la Capital Federal, también informa que tiene consultorios en Monserrat y Congreso y que cobra entre 8000 y 10.000 pesos. No es la única. Muchas entidades y particulares realizan abortos clandestinos, en distintos puntos del país. La única garantía de seguridad que dan a las mujeres que atienden es su palabra.
Según el artículo 86 del Código Penal: “El aborto practicado por un médico con el consentimiento de la mujer encinta no es punible si hace con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre, si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”. En los hospitales se practican abortos siempre que se trate de este tipo de casos.
Sin embargo, miles de mujeres abortan todos los años por fuera del sistema de salud público, con cirugía y con medicamentos, que son los métodos menos inseguros, pero también los más caros. Quienes no tienen los medios suficientes suelen acudir a otras técnicas que ponen en mayor riesgo su salud y su vida.
La mortalidad materna es la forma de denominar la muerte de mujeres durante el embarazo, el parto y el posparto. Según un informe de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) que toma datos entre 2003 y 2012, mueren aproximadamente 300 mujeres por año en ese contexto. Y la primera causa es el aborto. Según la Organización Mundial de la Salud Una de las principales causas de muerte materna, a nivel internacional, es el “aborto peligroso”.
“La despenalización del aborto es un tema de la sociedad y sus representantes en la Cámara de Diputados y de Senadores. No le corresponde al Ministerio de Salud tener opiniones al respecto, salvo las opiniones individuales de cada uno de los funcionarios”, respondió el ministro de Salud, Jorge Lemus a la consulta de LA NACION. En el Ministerio de Salud de la Nación y de la Ciudad, aseguraron no tener datos sobre los abortos en la Argentina. Tampoco supieron decir si existen políticas públicas con respecto a los abortos clandestinos. Y en el Ministerio de Seguridad remitieron otra vez al área de salud.
La red
La web está repleta de información sobre cómo abortar y es uno de los primeros lugares de consulta. Se ofrecen abortos quirúrgicos o incluso manuales sobre cómo abortar con pastillas y dónde conseguirlas. Hay hasta servicios de entrega de medicamentos a domicilio. LA NACION contactó a varios oferentes y obtuvo respuestas inmediatas e insistentes para concretar la transacción.
“Doy charlas en colegios estatales del conurbano y es increíble: las chicas saben cómo usar pastillas abortivas, saben los nombres de los comprimidos, se informan a través de Internet”, contó con preocupación la tocoginecóloga Carina Urrutia, jefa de servicio del hospital Mariano y Luciano de la Vega, en Moreno, que también trabaja en un centro de salud porteño y que se manifiesta en contra de la despenalización.
Un aborto quirúrgico practicado por un médico, en forma clandestina, cuesta cerca de 1000 dólares. La variable de ajuste del precio es el grado de evolución del embarazo. Y, en muchos casos, el producto de una negociación, según el poder adquisitivo de las pacientes. Cuando salen, las mujeres suelen llevarse instrucciones, escritas por ellas mismas, para no dejar rastros de lo ocurrido.
El médico cirujano G.C. atiende en Tandil. Contó a LA NACION que cobra desde 12.000 pesos por practicar abortos quirúrgicos por aspiración, hasta los tres meses de gestación. El monto sube de acuerdo a la cantidad de semanas. El procedimiento, mientras más avanzado está el embarazo, es más complejo, más riesgoso y puede llegar a costar 50.000 pesos.
En su consultorio hay sala de espera y elementos de esterilización. Trabaja con instrumental profesional y material descartable para realizar alrededor de 40 abortos por mes a mujeres de distintas edades, a veces a chicas menores de 18, aunque deben estar acompañadas por sus padres, aclara.
Ante las críticas, responde sin titubear: “La mujer que está decidida a hacerse un aborto lo va a hacer de cualquier manera. Es su decisión y lo mejor es ayudarla a que no termine en manos de inescrupulosos, que lo haga de forma segura. Tengo más de treinta años de cirujano, sé manejar todo lo que pueda ocurrir”.
Otros médicos piensan distinto.“Yo he visto chicas de 13 años embarazadas por el padrastro. A una joven embarazada de 21 años con una edad mental de cinco. En estos casos yo creo que está bien ayudarlas a abortar. Pero a veces se usa el aborto como método anticonceptivo y eso no está bien. Es una línea muy delgada entre lo que está bien y lo que no”, asegura Urrutia, tocoginecóloga.
En los hospitales los especialistas están obligados a practicar abortos siempre que esté en riesgo la salud, la vida, o si hubo una violación. Para dar cuenta, las mujeres deben firmar una declaración jurada. “Tenés que hacerlo, no se lo podés negar. Pero el médico queda en el medio de lo que es legal o no legal. Si queremos evaluar si corresponde, aparecen agrupaciones feministas y grupos políticos, porque supuestamente no estamos respetando los derechos de las mujeres. Pero si yo no puedo comprobar el causal salud, ¿hasta qué punto no estoy cometiendo un delito?”, se preguntó Urrutia.
Ante la consulta de LA NACION, en el Ministerio de Salud de la Nación y en el de la Ciudad dijeron que el tema de la fiscalización corresponde al Ministerio de Seguridad. Pero en esa cartera recomendaron comunicarse con Salud o Desarrollo Social. En las tres dependencias dijeron que el tema del aborto clandestino no es de su competencia.
“Sigue muriendo una mujer cada dos días en abortos clandestinos. Las que tienen plata para pagar un aborto sufren por la ilegalidad. Pero las que no tienen plata lo sufren también en el cuerpo”, sostuvo la diputada por Libres del Sur, Victoria Donda, que acaba de presentar un proyecto para la despenalización. De los 41 diputados firmantes, hay cuatro legisladores de Pro, seis de la UCR y ocho del FPV.
Misoprostol
La palabra “misoprostol” se encuentra en el quinto puesto de los medicamentos más buscados en Google a nivel local. Y según los registros de tendencias, la cantidad de veces que se ingresó la palabra tuvo un “aumento desmesurado" en los últimos años. La Argentina está en el puesto 15 de búsquedas del término en el mundo.
El misoprostol es una molécula que inhibe la secreción ácida gástrica. En la Argentina se usa para suavizar el efecto de los analgésicos en el aparato digestivo. Pero como uno de sus efectos secundarios son las contracciones uterinas, muchas mujeres la usan para abortar.
Según los registros de la Administración Nacional de Medicamentos (Anmat), en la Argentina los únicos laboratorios que trabajan el misoprostol son BETA S.A. y Domínguez S.A. El primero produce Oxaprost, recetado generalmente para dolores reumáticos. El segundo produce Misop, de uso hospitalario exclusivo.
Las farmacias deben vender el blister de 16 cápsulas bajo receta archivada, a 1553 y 1567 pesos, según si se trata de 50 o 75 miligramos respectivamente. Ante la demanda de la droga con fines abortivos, en algunas farmacias se lo puede comprar sin receta, si se paga un sobreprecio a discreción del farmacéutico. Una mujer contó a LA NACION que llegó a pagar 4000 pesos por un blister. También existe un mercado negro de misoprostol, donde circulan pastillas de dudoso origen. Se consiguen a través de Internet. Por ejemplo, en páginas de Facebook. Y a través del boca en boca.
La cantidad que se comercializa en el país es un misterio. En el Ministerio de Salud dijeron no tener esos datos; en la Anmat, en la Confederación Farmacéutica Argentina y en la Secretaría de Comercio, también. El laboratorio BETA se negó a brindar la información solicitada. Mientras que Dominguez S.A. informó que comercializa el producto Misop 25, "que no se vende al público y sólo debe ser administrado por profesionales médicos en el ámbito institucional". "La dosis del Misop 25 es ocho veces menor que la del Oxaprost, que produce Beta, se administra por vía vaginal y se indica como inductor del trabajo de parto", detallaron desde la empresa.
Florencia, porteña, profesora de educación física, abortó en 2008, cuando tenía 24 años, en un consultorio en Barrio Norte, por 2000 pesos. “Una amiga conocía a una médica a la cual pude llamar, creo que era ginecóloga. Ella me derivó, me dijo ‘no hagas locuras, no vayas a un curandero, hacelo de forma cuidada”, recuerda. El primer paso fue una ecografía, para confirmar el embarazo. Luego la mandaron a un consultorio donde hicieron el proceso, por aspiración.
Belén (no es su verdadero nombre) es la joven que estuvo presa durante dos años acusada de homicidio por haberse realizado un aborto clandestino en Tucumán. Ella asegura que se trató de un aborto espontáneo. Pero los médicos que la atendieron cuando perdió el embarazo violaron el secreto profesional y la denunciaron ante las fuerzas de seguridad. El caso desató una fuerte polémica y ante las protestas de grupos feministas y organismos de Derechos Humanos, llegó a la Corte Suprema de la provincia. Días atrás el máximo tribunal local resolvió que Belén fuera liberada mientras se decide sobre la cuestión de fondo.
En diálogo con LA NACION, la abogada de Belén, Soledad Deza, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, reflexionó: “Si tenemos un país donde el Ministerio reconoce que se hacen 500.000 abortos por año, tenemos que preguntamos si funciona la penalización. Considero que no. El Ministerio lo sabe. El Código Penal no disuade a las mujeres de abortar. La consecuencia no es que no abortan, sino que abortan de forma insegura”, dijo.
Sin datos
- En el “Protocolo de atención integral de los abortos no punibles”, que lanzó el mismo Ministerio el año pasado (cuando aún estaba bajo la órbita kirchnerista), se cita un trabajo de 2009 que asegura que hay entre 370.000 y 522.000 interrupciones de embarazos por año en el país. Pero estos números representan sólo una fracción de los que ocurren anualmente. Se basa en las hospitalizaciones en establecimientos públicos por complicaciones relacionadas con abortos, que no distinguen entre abortos espontáneos y provocados. Tampoco incluyen los abortos clandestinos, justamente por la imposibilidad de acceder a esa cifra.
- Según un estudio de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires (Sogiba) la principal causa de mortalidad materna es el aborto. Se estima que entre el 35 y el 45 % de las muertes maternas en nuestro país se deben a complicaciones del aborto inducido.
- Un estudio de Sogiba pedido por el Ministerio de Salud de la Ciudad en 2010 mostró que en la Capital, por cada muerte materna, hay dos que no se registran como tales. Y que ese subregistro aumentó en las últimas dos décadas, según el estudio sobre más de mil muertes maternas y de la revisión de 400 historias clínicas en los hospitales públicos y privados porteños.
bstruminger@lanacion.com.ar
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