Aborto: Chicas de pañuelo y glitter verde, las nuevas protagonistas de la política argentina
La política argentina parió hoy un nuevo sujeto político: chicas adolescentes de pañuelo y glitter verde. En grupos de amigas, pidiendo indicaciones en el subte, sacándose selfies en la plaza del Congreso o subidas a las vallas que las separaban a ellas, las partidarias del aborto, de los otros, los que se oponían a la ley que hoy obtuvo media sanción, se convirtieron en una de las novedades más salientes de una jornada repleta de novedades.
La ola verde llegó incluso a las escuelas. En el Ecos, un colegio de clase media alta de Villa Crespo, las chicas de primero a quinto año salieron disparadas al patio para festejar apenas se conoció el recuento de votos. Respetuosos, los varones miraban a un costado. "Son aliados, nosotras somos las protagonistas", dijo una de ellas.
En los 12 colegios tomados para apoyar la ley de aborto pasó algo similar. Las que hablaban en las asambleas y con los medios eran las mujeres. En el colegio Nacional Buenos Aires, ellas fueron a la marcha y los varones se quedaron cuidando la toma. Una inversión notable de los roles ancestrales.
Fortunato Mallimaci, un sociólogo argentino experto en religiones, quedó anonadado por este fenómeno cuando fue a dar una charla sobre aborto al ILSE la semana pasada. "Fue impresionante el compromiso de las chicas. Es evidente que este tema tocó su subjetividad", dijo.
La clave para entender la enorme convocatoria que la marcha de ayer tuvo en los pañuelos verdes y lo escasa, en comparación, que fue la de los celestes que identifican a los que se oponen a la despenalización, explica Mallimaci, tiene también que ver con la pérdida de representatividad de las instituciones religiosas. En estas chicas, dice, hay una fuerte resistencia a "las instituciones del patriarcado" que pretenden dictarles su comportamiento. Muchas, explica, se siguen identificando como católicas o evangélicas, pero igual se pusieron el pañuelo verde.
Catolicismo
El catolicismo sigue siendo la religión mayoritaria en la Argentina, pero está perdiendo relevancia. Un estudio del Pew Research Center lo puso en números: los argentinos que se declaraban católicos bajaron del 91% en 1970 al 71% en 2014. La fuga fue hacia posiciones agnósticas o ateas, o hacia credos protestantes, que tienen convicciones más laxas en relación al aborto. En las redes sociales también fue notable la preeminencia de las consignas a favor del aborto en comparación con aquellas que lo rechazaban.
Dónde y cuándo tuitearon #abortolegalya (rojo) y #salvemoslasdosvidas (verde) durante la vigilia en el Congreso
El catolicismo argentino ya perdió batallas relevantes ante el avance de la secularización, pero en las anteriores dio pelea con su prédica desde los altares, amenazas de excomulgación y movilizaciones masivas. Así sucedió con la ley de matrimonio civil (1888), el divorcio (1987) y el matrimonio igualitario (2010). En esta oportunidad, hubo dos marchas numerosas el 25 de marzo y el 20 de mayo, pero ayer fue notable la poca resistencia que ejercieron en la calle.
Pablo Andreone es miembro del equipo Cuidemos las Dos Vidas, el grupo que rechaza el aborto, y estaba abatido por el resultado de la votación. Su explicación para la escasa convocatoria de los pañuelos celestes anoche es un supuesto "bloqueo del acceso desde el norte" que habría ejercido la policía y a la "violencia" de sus contrincantes, en especial las adolescentes de pañuelo verde. "Nosotros no estamos acostumbrados a ir al choque y no podemos mandarnos a disputar la calle con gente que sí lo está", dijo. Andreone tiene esperanzas de que el Senado, cuya representación es por provincias y no proporcional a la cantidad de habitantes, rechace la ley. Confía en que el peso de las provincias del norte, más conservadoras, licue los votos de los distritos urbanos, más populosos y, por lo general, más progresistas.
Cuestión etaria
Si la movilización de la calle fuese signo de algo, la cuestión etaria también debería influir. Además de mayoría de mujeres, el público verde era, en promedio, bastante más joven que el celeste. Sin embargo, en la Cámara de Diputados el efecto fue neutro: mientras que el promedio de edad de los que votaron a favor del proyecto es de 49, el de los que lo rechazaron es de 51. Los senadores son un poco más grandes que los diputados (57 años de promedio de edad contra 50), habrá que ver si eso influye, o no, a la hora del voto.
Guillermo Oliveto, especialista en tendencias sociales, considera que la cuestión de aborto "cruzó la grieta por una diagonal". Es la forma que tiene de explicar el fenómeno que se generó a partir de esta discusión que, si bien integraba los reclamos históricos del feminismo, explotó en febrero de este año, cuando el presidente Mauricio Macri habilitó a sus legisladores para que la discusión de la ley llegase por primera vez al Congreso.
Nada de eso les importaba a las chicas que anoche, felices en la plaza, cantaban el hit del verano pasado: MMLPQTP.
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