Abel Posse: "El país está intacto, como una Ferrari estacionada en el fondo"
Escritor y ex embajador, acaba de publicar Sobrevivir Argentina, un libro de reflexiones y experiencias personales
"La Argentina está intacta, como una Ferrari estacionada en el gallinero del fondo porque el dueño no sabe manejarla", advierte el escritor y ex embajador Abel Posse al hablar de su nueva obra literaria, Sobrevivir Argentina, un compendio de reflexiones matizadas con experiencias personales de sus dos pasiones: las letras y el servicio exterior. Diplomático de carrera y efímero ministro de Educación porteño durante la primera gestión de Mauricio Macri, Posse reflexiona en esta obra sobre la situación actual del país, aunque hace un repaso somero e incisivo de toda la historia nacional, desde los días de la colonia española. Sorprende con experiencias personales, como el intento de despido como embajador de España durante el segundo viaje del presidente Néstor Kirchner, y con relatos sobre la personalidad del ex mandatario, al contar que en esa visita a Madrid golpeó a un colaborador estrecho suyo porque le informó que el jefe del gobierno español, José María Aznar, estaba inquieto por su demora en llegar a una audiencia oficial.
Editada por Emecé, Sobrevivir Argentina es una obra de doscientas páginas en las que Posse alerta sobre las razones de la decadencia política, económica, educativa y social del último siglo. "Hay una enfermedad de fondo que ahora nos impide vivir con el nivel de hasta hace dos o tres décadas. Tengo para mí que la fuerza fundacional del 80 produjo otra etnia, de inmigración europea, portadora de valores, costumbres, sentido de familia, religión, educación de los hijos, que ahora ya no existe. Somos otro pueblo, como si hubiésemos perdido aquellos genes de vitalismo civilizador que nos ubicaron en la cúspide de Iberoamérica durante décadas."
-¿Por qué comenzó a pensar en escribir Sobrevivir Argentina?
-Más que un libro pensado es un libro que surge de lo sufrido. De esa intoxicación cotidiana que sentimos ante absurdos y peligros, que como ciudadanos de un país extraordinariamente vital y poderoso que tenemos sobre las espaldas. Inexplicables naufragios, casi decenales, y un ejército de sobrevivientes cuando tenemos condiciones para vivir con bienestar. No teorizo. En este libro reúno escenas y reflexiones que convergen para conformar un retrato del país que tenemos.
-¿El desafío de "sobrevivir" en nuestro país es de los últimos años o sólo ha recrudecido la necesidad de hacerlo?
-Desde la expulsión de Adán del Paraíso el hombre tiene que trabajar para vivir y parir con dolor. Forma parte de la condición humana. Los inmigrantes lucharon para progresar, los estudiantes, los empresarios. Ésa es sobrevivencia necesaria, está en las reglas del juego existencial. La sobrevivencia malsana es la de tener que luchar porque se pierde lo habido, los códigos, el sentido de progreso y orden. Cuando la indignidad y la corrupción ganan todos los espacios.
-¿A su criterio en qué momento se produce esa quiebre que obliga al ejercicio de sobrevivir?
-En mi libro hay una paráfrasis de Vargas Llosa que él refiere al Perú. Me pregunté: ¿cuándo se jodió la Argentina? Allí desarrollo con ironía todas las teorías en uso: la caída de Yrigoyen, la oligarquía, la "corrupción" peronista. En suma, todos los lugares comunes. Difíciles de precisar si se habla en serio, porque en el caso del peronismo produjo una fuerte transformación de justicia social e intervencionismo estatal, hasta 1953; luego construyó la ilusión liberal primermundista de Menem, aplastando la inflación con el dólar, y ahora un populismo asistencialista que encalla al país en otra quiebra y en la reedición de una deuda que parece eterna.
-¿Qué expectativa tiene de ver el paso de la sobrevivencia a una vivencia plena, teniendo en cuenta las condiciones naturales de la Argentina?
-La Argentina está intacta, como una Ferrari estacionada en el gallinero del fondo porque el dueño no sabe manejarla. Cumplimos las condiciones básicas para el éxito de cualquier país según Walter de Rivero: producción alimentaria, agua, energía (ahora con Vaca Muerta y pese a la corrupción habida), población apta (capaz desde el cultivo hasta el dominio del ciclo nuclear), renta estratégica (implica el panorama geopolítico e internacional que pondría en pleno valor mundial nuestros dones). Ésta es nuestra falta, desde Uruguay hasta Norteamérica, hemos logrado perder el respeto. ¡Hasta demolimos el Mercosur! El distinguido politólogo Walter de Rivero debería estudiar una categoría que Martin Heidegger incluye en su obra tardía: la idiotez.
-¿Qué heridas deja en la sociedad este estado de "sobrevivencia"? ¿Cómo se restañan?
-Si se acepta que la Argentina piensa mal, actúa mal y no puede dominar los problemas con la armonía de cualquiera de nuestros países hermanos, por causa de una enfermedad moral, habría que coincidir con el filósofo Emile Cioran, que escribió en relación con la larga decadencia, que se arregla con fórmulas políticas y económicas. Cioran dice que la sombra espiritual exige una transfiguración (palabra teológica). No sólo gobiernos adecuados, sino una convocatoria refundacional. Un renacimiento como pasión de todos y con esencia reeducativa. Sobrevivir es apenas durar, antes de reencontrar caminos de vida.
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