A un mes del robo al Banco de Crédito no aparecen los autores
Oscuridad: todavía quedan muchos puntos por esclarecer en la investigación del robo a la entidad crediticia; las pistas se desvanecen, junto con las esperanzas de los damnificados.
Pasó más de un mes del espectacular robo a la sucursal Recoleta del Banco de Crédito Argentino, no hay pistas firmes sobre la identidad de los ingeniosos boqueteros y la entidad bancaria que sufrió el saqueo no da respuestas a los damnificados.
Se supo que el monto estimado del botín supera los 25 millones de dólares y todavía falta que se presenten algunos de los 164 clientes que fueron víctimas del asalto.
El banco contaba con 1144 cofres y 874 quedaron intactos. Los investigadores creen que fueron por lo menos cinco o seis los delincuentes que el primer fin de semana del actual abrieron 270 cajas de seguridad (de las cuales 106 estaban vacías), después de haber cavado un túnel de 50 metros sobre la avenida Callao.
El expediente de la causa ya tiene 12 cuerpos: se descubrieron los detalles de la importante tarea de inteligencia realizada por los astutos ladrones antes de dar el golpe, pero no hay nombres de los posibles responsables.
El 24 de junio del año último alquilaron por 36 meses, con documentos de identidad falsos y tres escrituras apócrifas, un local situado en la avenida Callao 1519, desde donde comenzaron a cavar el túnel que finalizó en el banco.
Puntos oscuros
La División Balística no descubrió armas pero determinó que para el forzamiento de cerraduras los maleantes utilizaron herramientas manuales y electromecánicas, además de un taladro de percusión y otros instrumentos para cavar el túnel de casi media cuadra de longitud, que atravesó por debajo la avenida Las Heras.
El juez de instrucción Adolfo Calvete solicitó a dos arquitectos y un ingeniero del registro que realicen una amplia pericia para determinar algunos puntos que todavía están oscuros. El tiempo exacto que tardaron en cavar la fosa, el material, la oxigenación que precisaron y la manera que utilizaron para violentar las bóvedas son algunos de los interrogantes a dilucidar.
La pista uruguaya, que en un primer momento fue la más firme según fuentes de la Policía Federal, parece hoy no tener demasiado sustento.
Aunque gran cantidad de personas reconocieron en el álbum de malvivientes al uruguayo Claudio Silva Silva (quien en 1976 intervino en el saqueo a 95 cajas se seguridad de la sucursal Plaza San Martín del Banco de Galicia) y Néstor Edgardo Scabilito del Valle, ambos pasaron con éxito 38 de las 60 ruedas de reconocimiento a las que serán sometidos por orden de Calvete.
Una fuente del juzgado explicó a La Nación que aunque no descartan ninguna pista, los uruguayos sospechosos en un primer momento-, "son sujetos pasivos de rueda pero no están afectados a la causa".
Sin dinero ni palabras
El 10 por ciento de los clientes que fueron víctimas del robo expresó su bronca y enojo con el Banco de Crédito por la falta de respuestas. Sin embargo, prefirieron mantener en reserva su identidad.
A un mes del robo, para los investigadores algunas cosas quedaron claras. "Los boqueteros no eran improvisados, tenían acabado conocimiento del mundo subterráneo de la zona y trabajaron cuidadosamente antes de dar el golpe. Hicieron muy bien las cosas y ahora deben estar muy lejos, disfrutando del dinero ajeno", sintetizó una fuente de la pesquisa.
La entidad no les da respuesta a los clientes
La pregunta clave sigue siendo si el Banco de Crédito Argentino pagará los valores que tenían guardados los titulares de las cajas de seguridad que fueron saqueadas.
El sentido común dice que sí debe hacerlo, porque si alguien paga para resguardar un valor, cuando lo va a buscar, éste debería estar allí.
Cuando se contrata el servicio del banco, no sólo se renta un espacio vacío sino que también se paga por la seguridad y la confianza que la entidad vende, aseguraron varios especialistas consultados por La Nación.
Los integrantes de las Salas A, B, E y D de la Cámara Civil y Comercial porteña condenaron a indemnizar por hurtos o robos, con distintos argumentos, a los bancos de Mendoza, Mercantil y Galicia, entre otros.
"Siendo la esencia del contrato de caja de seguridad el deber de custodia y vigilancia por parte del banco, las cláusulas por las cuales pretenda librarse de responsabilidad no tendrán valor alguno", consignó la Sala D en uno de sus fallos.
Por su parte, el abogado Ricardo Monner Sans también defendió los derechos de los damnificados: "Lo que los bancos venden a sus clientes es seguridad y no secreto o confidencialidad. Además, en este caso hubo una negligencia autónoma del banco que no le permiten ahora escudarse en las cláusulas limitativas del contrato (que sólo aseguran hasta por 2000 pesos los valores de sus clientes)".
Una fuente del juzgado opinó que "No roban más bancos bajo esta modalidad porque es mucho trabajo. Pero con el equipamiento actual de las entidades bancarias, los boqueteros son infalibles". La División de Seguridad Bancaria de la Policía Federal quiere modificar el decreto del Banco Central que regula la ley de cajas de seguridad (19130/71) desde hace catorce años.
Puede que alguno de los damnificados litigue y gane el juicio, otros tal vez pierdan porque no puedan probar qué tenían dentro de sus cofres. O quizás, muchos lleguen a un acuerdo con la entidad sin llegar a la Justicia.
En este caso parece haber opiniones encontradas. No todos los especialistas opinan igual: "El caso del Crédito es muy distinto a los demás. Se trató de un hecho de características especialísimas porque los delincuentes alquilaron un local, aislaron su acústica, construyeron un túnel de 50 metros que atravesó Las Heras. En los casos de aquéllos bancos, la Justicia hizo hincapié en deficiencias de los sistemas de seguridad o en algún empleado infiel", dijo a La Nación el abogado Aníbal Filippini.
"En cambio, el caso del banco de Crédito parece haber sido inevitable.La entidad podría alegar que hubo fuerza mayor, eximente de responsabilidad.En cualquier caso, los clientes del banco que pretendan una idemnización deberán probar qué valores tenían en las cajas, lo cual no es nada fácil", vaticinó el letrado.