A un año del trágico recital del Indio Solari en Olavarría: cómo está la causa y qué se sabe de lo ocurrido esa noche
AZUL. La acusación principal del fiscal es por estrago doloso agravado por dos muertes, delito que estipula penas de hasta 20 años de cárcel. Los acusados, productores del show, niegan responsabilidad y acaban de pedir su sobreseimiento. A punto de cumplirse un año del último show de Carlos "Indio" Solari , a la causa judicial que tiene principal foco en los dos fallecidos y varios heridos que hubo entre los más de 200000 asistentes le queda poca prueba por incorporar y se empieza a definir si están dadas las condiciones para que el caso se ventile pronto en juicio oral y público.
Los hermanos Marcos y Matías Peuscovich, responsables de la productora En Vivo S.A. que organizó el espectáculo que se realizó en Olavarría, hicieron su descargo la semana pasada en los tribunales de Azul, donde afrontaron la declaración indagatoria ante el fiscal del caso, David Carballo. Junto a Gustavo Zurita, el tercer acusado, aportaron más documentación- escritos, fotos y videos- para insistir con su inocencia en el delito que se les imputa.
Carlos Villamarín, juez de Garantías N°2 de Olavarría, acaba de rechazar ayer el pedido que el fiscal hizo esta semana para que ordene la detención de los imputados. Consideró que han estado a disposición de la causa y no hay motivos como para que sigan el proceso privados de su libertad.
Carballo, que hace más de diez meses que trabaja en la causa y se encargó de tomar la mayoría de las declaraciones testimoniales incorporadas al expediente, considera que los empresarios son los únicos responsables de la organización del show y por ende de las consecuencias fatales. Entiende que excedieron la capacidad permitida para el predio La Colmena, que según el primer informe de Bomberos tenía autorización para 155520 personas- y no hubo recaudos suficientes en accesos, previsión para contener a la multitud y respuesta adecuada ante la emergencia. "Entendemos que no se controló como se debía y es un hecho que ingresó más gente de la que estaba autorizada", dijo a LA NACION.
La hipótesis que sostiene la acusación vincula las muertes de Javier León (42) y Juan Francisco Bulacio (36) con avalanchas de público en cercanías del escenario y en un contexto de saturación del espacio físico. Se aferra a informes forenses que descartaron en los cuerpos lesiones propias de una situación de "aplastamiento" pero sí evidencias de asfixia. Vale recordar que el rescate de al menos uno de los luego fallecidos se hizo cuando recién comenzaba el show y Solari pidió parar la música porque estaban "caminando sobre personas".
La defensa de los hermanos Peuscovich desestima la opción de la avalancha e intentó demostrarla con videos registrados durante el recital, incluso desde un drone, donde no se advertirían esos movimientos masivos y violentos de gente contra el sector del escenario. Y cita, por ejemplo, que las víctimas estaban en lugares bien distantes uno de otro, sus descompensaciones se dieron en tiempos distintos (habla de unos 250 metros entre uno y otro) y destacan que ambos habían consumido alcohol y estupefacientes.
"El óbito de Bulacio resulta compatible con un paro cardiorrespiratorio traumático por politraumatismos severo, encontrándose en un estado de frenesí, exaltación y descontrol en el que se transporta y cae para morir pisoteado", cita la médica legista Blanca Huggelmann en el descargo que presentó Matías Peuscovich durante la indagatoria. "Ninguna responsabilidad podríamos tener nosotros respecto de la decisión de Bulacio de intoxicarse con alcohol y drogas, como tampoco del comportamiento de las personas que se encontraban alrededor", completa.
Sobre el caso de León resaltan que cuando ingresó al predio, antes del show, ya estaba descompuesto y con vómitos por consumir alcohol. Dice la defensa que al momento de iniciarse los padecimientos de la víctima "el recital no había comenzado".
Exceso de público
En cuanto a la cantidad de público que hubo, otro punto de máximo debate entre las partes, los productores sostienen que vendieron 196032 tickets. En base a esa cifra dicen haber liquidado los porcentajes correspondientes a Sadaic y -explican- amparados en que el propio intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, dijo haber autorizado el evento para 200000 personas. Es la misma cifra por la que En Vivo S.A. contrató el seguro y por la que liquidó el 2% de recaudación que corresponde a la comuna. Es más: fuentes de la productora aseguraron a LA NACION que del relevamiento de imágenes (dicen que se hizo persona por persona) surge que había 200.160 espectadores. "La escasa cantidad de gente en exceso que pudiera haber ingresado al predio sin entradas no podía generar situación de peligro alguno", plantean.
Pero el fiscal cree que hubo mucha más gente, siempre posible porque se permitió ingreso sin entradas. Es cierto que las boleterías estuvieron abiertas hasta minutos antes del inicio del show. También que hubo miles que habían pagado 800 pesos el boleto pero no se lo pidieron ni cortaron en los controles. Y que ya cuando comenzaba a sonar el primer tema, la gente que estaba afuera y no tenían tickets avanzó y pasó las vallas para instalarse en el predio sin que el personal de seguridad le opusiera demasiada resistencia.
Carballo tuvo complicaciones para encontrar quien pudiera hacer un estudio técnico serio y preciso sobre la cantidad de público que hubo aquella noche. Tras la negativa de varias universidades y algún organismo de seguridad encontró eco en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), que al cabo del peritaje estimó una concurrencia de 225000 personas. La Unidad Criminalística de Policía Federal Argentina hizo lo propio y considera que a "La Colmena", entraron casi 245000. Es la carta a la que se aferra el fiscal, mientras la defensa le resta valor científico –por lo menos - a este último informe.
Acusación alternativa
Para el caso que el tribunal de juicio desestime el estrago doloso, Carballo incluyó como acusación alternativa el estrago doloso agravado por los homicidios culposos, con una pena prevista menor al dolo eventual.
En cuanto a la situación de Solari,todo parece indicar que no quedará afectado por acusación penal alguna. Dos días después del trágico recital brindó una declaración testimonial, que fue su única participación directa en la causa.
Los contratos entre el artista y En Vivo S.A., incorporados en la causa, certificarían que solo se hacía cargo de la cuestión artística y dejaba todos los demás rubros de producción (seguridad, controles, servicios sanitarios y otros) en manos de la empresa. De hecho, el fiscal confirmó a LA NACION que la firma de los hermanos Peuscovich es responsable de la organización de aquel show.
El otro involucrado en esta historia es el intendente Galli. También pasó por la fiscalía como testigo. Explicó cómo intervino para facilitar el alquiler del predio "La Colmena", el rol del municipio como garante, los estudios previos a la habilitación para el recital y el despliegue que el Estado hizo luego para despejar la ciudad de fanáticos que, sin pasajes ni dinero, quedaron deambulando por las calles de Olavarría durante varios días.
En la justicia también entienden que el funcionario no tendrá consecuencias penales vinculadas a este caso pero sí, quizás, pueda afrontar otras de carácter contravencional y/o administrativas. El año pasado fue interpelado en el concejo deliberante, donde debió responder unas 324 preguntas sobre su participación en esta historia que puso a Olavarría en boca de todo el país y algo más.
Una de las críticas más intensas tiene que ver con el permiso que otorgó a vecinos para que monten puestos callejeros e incluso en sus propias casas, siempre en inmediaciones de "La Colmena". Entre otras irregularidades, no se controló la venta de alcohol, que debería estar prohibida en el perímetro inmediato al predio del recital.