José María "Pechito" López: a puro vértigo en las pistas

A Pechito lo conozco desde mucho tiempo antes de que alcanzara este año su tercer título consecutivo en el Mundial de Autos de Turismo (WTCC), un logro muy importante para el deporte nacional. Compartimos un año en Italia, el 2001, cuando él tenía 18 años y yo, 16; corríamos para el equipo Lucidi en Fórmula Renault; más tarde, en 2004, llegué a correr en contra de él en la Fórmula 3000, la antesala de la Fórmula 1.

Lo que destaco en él es que cuando encuentra una situación complicada como piloto la toma como un auténtico desafío; su vocación es tratar de revertir ese momento delicado. Cada piloto actúa de una manera distinta, pero en él eso es una fortaleza, algo característico suyo. A nadie le gusta perder, pero él siente cada derrota no como una frustración, sino como un auténtico estímulo que lo potencia a ir por más.

Pechito se merece ampliamente haber conquistado tres títulos mundiales; pudo demostrar el gran piloto que es, y también demostrarle al mundo la clase de deportistas que tenemos en América latina y en la Argentina en particular. Además, lo que hizo puede abrirnos puertas a los demás, que venimos tratando de seguir el mismo camino. Tuvo su segunda oportunidad en el automovilismo mundial, después de haberse vuelto a correr a la Argentina, en 2006.

Creció mucho como piloto respecto de su primera etapa en Europa, cuando estuvo muy cerca de llegar a la Fórmula 1. Es difícil establecer un ranking de calidad, pero sin duda que en este momento se encuentra entre los mejores pilotos de autos con techo del mundo. Tres títulos mundiales consecutivos atestiguan esa condición, más allá de la valoración individual.

Cuando sale a la pista, es muy bueno en las vueltas de clasificación; en carrera es un piloto muy constante, con un ritmo elevado desde el primer momento. Este año yo corrí la carrera de Termas de Río Hondo, por el WTCC, e hice la vuelta perfecta en clasificación, la más rápida de todo el fin de semana, pero a lo largo de la temporada Pechito marcó la pole position en seis de las restantes diez fechas del campeonato.

Una vez que aparece la oportunidad, debés concentrarte en ella al ciento por ciento. No todos tienen la suerte de poder ser convocados por un equipo oficial de fábrica, con todas las ventajas que eso supone. Aunque no todo es fortuna: hay que ayudarla tejiendo relaciones, estando en el momento justo en el lugar adecuado.

Se ha hablado mucho sobre el reconocimiento que la Argentina deportiva le tributa. Yo creo que se lo reconoce por sus méritos y por sus logros, aunque no hay una filosofía establecida para el aprovechamiento de esas conquistas: el reconocimiento suele quedarse en la idolatría, apenas, en vez de que lo que sucede con un deportista sea un patrón a seguir. Revertir esa conducta sería en beneficio de todo el deporte argentino.

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Esteban Guerrieri

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