A Cabezas lo quemaron vivo
Ello surge, según los investigadores, del hecho, confiado a LA NACION por una alta fuente policial, de que se haya encontrado hollín en los pulmones del fotógrafo de Noticias; Duhalde ofreció 100.000 dólares para quien aporte pistas.
Un dato espeluznante sumó más espanto al asesinato del periodista José Luis Cabezas: el hombre todavía estaba vivo cuando sus asesinos rociaron con querosén el auto y le prendieron fuego.
Así lo revelaron a La Nacion fuentes inobjetables de la investigación, que se basaron para ello en los resultados preliminares de la autopsia.
De ese primer examen surgió la existencia de hollín en los pulmones de Cabezas, lo que indica que la víctima respiró humo antes de morir.
"Los primeros estudios en el cuerpo de Cabezas nos hicieron recordar el caso Arata", confió a un cronista de La Nación un veterano policía que en su momento, allá por julio de 1983, siguió de cerca la investigación del asesinato de la familia Arata, que fue quemada viva durante un asalto. De 34 años, casado y padre de tres hijos, entre ellos, un bebe de cinco meses, Cabezas era fotógrafo de la revista Noticias y se encontraba en Pinamar, balneario preferido del poder político y empresarial, trabajando en la cobertura periodística del verano.
En la madrugada del sábado su cadáver apareció calcinado y con un balazo calibre 32 en la cabeza en el interior de un Ford Fiesta blanco que había alquilado para cumplir con su trabajo en la playa.
"Era un investigador excepcional. Evidentemente, algo de lo que él descubrió molestó a alguien", señaló a La Nación el director de Noticias, Héctor D’Amico, quien no pasó por alto el hecho de que Cabezas fue quemado junto con su cámara de fotos.
"Yo no puedo saber cuál es el mensaje ni quién lo manda. Pero en ese gesto hay, indudablemente, un mensaje terrible", manifestó D´Amico. "Lo mataron por su trabajo, de esto no cabe duda", añadió.
"La verdad, todavía no tenemos una pista firme", reconoció a La Nación el jefe de la policía bonaerense, comisario Adolfo Vitelli.
El juez José Luis Macchi, que investiga el despiadado hecho, pidió un seguimiento de lo investigado por Noticias en las ediciones de los últimos seis meses.
"Yo no recuerdo nada especial, ni puedo hacer conjeturas sobre eso", dijo D`Amico.
Pero colegas de Cabezas recordaron que, entre otras producciones, el hecho de que el reportero fue el primero en ponerle rostro al engmático empresario Alfredo Yabrán.
Y también tuvo participación en una decisiva investigación sobre casos de corrupción en la policía bonaerense.
Recompensa
En medio del desconcierto de los investigadores, el gobernador Eduardo Duhalde ofreció una recompensa de 100.000 dólares para quien aporte "datos fechacientes" para el esclarecimiento del brutal crimen.
Es la segunda vez en pocos años que las autoridades ofrecen una recompensa en una investigación. El antecedente más cercano es el del gobierno nacional con el atentado a la AMIA, por cuyo esclarecimiento se pusieron a disposición un millón de dólares que aún están en juego.
Como informó La Nación en su edición de ayer, el auto con el cuerpo de Cabezas apareció en una enorme cava en las afueras de Pinamar. El pozo fue excavado por la propia municipalidad con el fin de obtener tierra para una construcción.
"El cadaver podría haber pasdo días enteros allí.Ese es un sitio al que es difícil llegar y que no se ve desde la ruta", dijeron vecinos.
El cuerpo de Cabezas estaba esposado. "Son esposas de las que usa cualquier fuerza de seguridad y cualquier delincuente que produzca un hecho", dijo el comisario Mario Eduardo Conigliaro, de la policía bonaerense. De ese modo, pareció desechar la posibilidad de que ese elemento pueda revelar alguna pista.
La noticia causó conmoción en las redacciones y tuvo una rápida difusión por los medios, lo que contrastó con el silencio de las autoridades.
El presidente Carlos Menem viajó ayer a Mar del Plata, pero evitó contacto con la prensa y tan sólo avanzada la noche se alertó desde la Casa Rosada sobre la intención del mandatario de formular un comentario al respecto.
"Creo que esto es un acto de salvajismo, pero no se lo puede calificar de político", dijo el mandatario, quien pidió que el hecho se investigue hasta el final.
Más inmediata, en cambio, fue la reacción de las entidades periodísticas y de dirigentes políticos.
"Estamos profundamente conmovidos por el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, pero también estamos decididos a impulsar con todas nuestras fuerzas el esclarecimiento de un hecho tan despiadado", sostuvo la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa).
En tanto, desde los partidos políticos el presidente de la Unión Cívica Radical, Rodolfo Terragno, manifestó que el hecho "tiene que hacer encender todas las luces rojas de la sociedad".
Para la policía, fue una alevosa "ejecución"
El hollín encontrado en sus pulmones reveló que todavía vivía cuando lo rociaron con combustible y lo prendieron fuego
LA PLATA.- José Luis Cabezas, el asesinado reportero gráfico de la revista Noticias, fue quemado vivo.
El hollín hallado en sus pulmones fue, para los investigadores de la Policía Bonaerense, la prueba categórica de que aún vivía luego de recibir un balazo en la cabeza, cuando sus asesinos lo rociaron con combustible y le prendieron fuego a su automóvil.
Fuentes de la jefatura policial, en esta ciudad, dijeron que los homicidas se manejaron con particular saña y alevosía al "ejecutar" al periodista de 35 años.
"Fue como si hubiesen buscado, más allá de segar la vida de una víctima elegida, dejar una clara señal de macabra advertencia en el círculo en que se movía Cabezas", deslizó a La Nación un jefe policial de la provioncia de Buenos Aires.
Pese a que el propio trabajo los obliga a barajar un amplísimo espectro de conjeturas, los investigadores consideran inverosímil que se haya cometido semejante crimen con propósitos de robo o por motivos pasionales, por citar hipótesis tan posibles como descartables.
Se buscan sospechosos
Los pesquisas, hasta anoche, no manejaban -o al menos no las mencionaban en público - con una pista definida, pero sí se supo que las puntas de la investigación se mueven en torno de los intereses que pueden haber rozado las coberturas fotográficas realizadas Cabezas.
Esos intereses bien pueden encontarse en el campo del delito, en el mundillo político o en el ámbito empresarial.
En ese contexto de presunciones, no se desechó que los criminales hayan matado por encargo.
Se sospecha que el reportero gráfico habría sido interceptado a la salida de la fiesta que se celebró en la casa del empresario postal Oscar Andreani.
Cabezas se retiró a las 5.10. Su reloj marcaba las 5.25 cuando dejó de funcionar. En ese lapso, pues, los victimarios lo llevaron hasta una excavación municipal situada en el paraje Los Manantiales, a unos 15 kilómetros de Pinamar, hacia el lado de General Madariaga.
Aún resta por precisar si la acción del fuego comenzó antes o después que le descerrajaran un tiro en la cabeza a muy corta distancia.
Tanto esa cuestión, como el establecimiento en forma fehaciente del calibre del proyectil utilizado serán tarea de los especialistas del Servicio de Investigaciones Técnicas (SEIT).
Así lo aseguró a La Nación el comisario mayor Mario Corigliano, vocero accidental de la Jefatura de Policía y titular de la Dirección de Coordinación e Inspección, zona III, de la Dirección General de Seguridad.
El funcionario dispuso y supervisó el operativo del traslado del cadáver desde Dolores hasta la morge policial platense, y que concluyó a las 8 de anteayer.
Ubicación del cadáver
El cadáver del reportero gráfico yacía, carbonizado en un 80 por ciento, en el asiento del acompañante del automóvil Ford Fiesta blanco que había alquilado durante su estancia en Pinamar.
El vehículo era propiedad de la firma Localiza, de Paraguay 1128 de la Capital Federal.
Los pies de Cabezas colgaban hacia afuera del habitáculo, la cabeza estaba orientada hacia los pedales y el rostro se apoyaba contra la palanca de cambios.
Sus asesinos lo habían esposado con las manos en la espalda.
Antes o después, entonces, de pegarle un tiro en el parietal derecho a Cabezas (al momento de realizarse la autopsia el proyectil permanecía alojado en la cavidad creaneana) los asesinos incendiaron el Ford Fiesta blanco, al que previamente rociaron con un combustible no precisado.
Más hipótesis
La posición en que quedó el cuerpo calcinado pudo haberse debido a dos circunstancias: se debió a que los criminales lo colocaron de esa forma o porque, con un último halito de vida, la víctima pugnó inútilmente por abandonar la hoguera en que se había transformado su automóvil.
Por expresas instrucciones del jefe de la Policía Bonaerense, comisario general Hugo Adolfo Vitelli, la investigación del sonado caso quedó bajo la responsabilidad exclusiva del director de Investigaciones, comisario mayor Víctor Foguelman.
Policías de esta capital, el Gran Buenos Aires y Mar del Plata fueron afectados a los procedimientos que se realizan en Pinamar y en otros sitios para ubicar el hilo conductor que resuelva el asesinato de José Luis Cabezas.
Un detalle: para el comisario Corigliano, las esposas que usaron los victimarios pueden pertenecer a cualquier fuerza de seguridad o a bandas de delincuentes que comúnmente las tienen en su poder.
¿Cómo las obtienen los maleantes? Ya porque las robaron o por haberlas adquirido en el mercado ilegal de armas, como lo corroboran recientes procedimientos realizados en distintos puntos de la jurisdicción bonaerense.
Por sus detalles espeluznantes y la saña con que se manejaron los victimarios, los investigadores no pudieron menos que recordar un crimen de factura parecida, aunque el móvil fue el robo.
Se trata de los asesinatos del ingeniero Jorge Arata, de su esposa, una hija y la empleada doméstica, a quienes tres albañiles ataron con cables, rociaron con nafta y quemaron vivos.
El múltiple homicidio fue perpetrado, en 1983, en Morón, Los albañiles fueron condenados a prisión perpetua.
Los investigadores dijeron que no dejarán piedra sobre piedra hasta encontar a los asesinos de Cabezas. Que así sea.
Aún estaba con vida cuando fue quemado
Una bala le perforó el cráneo pero no alcanzó a matarlo.
PINAMAR.- Tras la autopsia que le realizaron ayer al cadáver del fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas, que fue asesinado de un balazo calibre 32 y quemado en General Madariaga, los peritos pudieron determinar que el hombre aún estaba vivo, aunque inconsciente, en el momento que prendieron fuego su automóvil.
La bala que le dispararon le perforó el centro del cráneo y se alojó en el costado derecho del cerebro aunque no alcanzó a matarlo.
Con vida, pero inconsciente por el disparo, el cuerpo, que además se encontraba esposado, fue rociado con abundante combustible de igual manera el interior del automóvil y finalmente falleció por el efecto de fuego.
No se pudo determinar la distancia del disparo porque el cráneo del reportero gráfico había desaparecido por el efecto de las llamas que alcanzaron los 2000 grados de temperatura gracias a la facilidad de combustión del interior del habitáculo que era de plástico.
Se estima que fue muy corto el tiempo que pasó entre el disparo y su muerte final, aunque si se pudo saber que el cuerpo ardió durante varias horas lo que provocó la carbonización y que a su vez complicó sobremanera la tarea de los peritos.
Como se habr¡a encontrado poca cantidad de humos negros en la tráquea, ese dato llevó a los investigadores a poder determinar que el periodista respiraba muy poco antes de morir carbonizado, por lo que estiman que entró en estado de coma en el momento que lo prendieron fuego.
Además de los estudios macroscópicos y de odontología que realizaron sobre el cuerpo, se tomó una muestra del fémur de la única pierna que no estaba totalmente quemada - la restante había desaparecido por las llamas- para realizar estudios de ADN y confirmar de esa manera la identidad del fotógrafo.
De todas maneras los objetos personales que le encontraron a Cabezas, un juego de llaves de su oficina y un reloj Tag Heuer que se detuvo entre las 5.30 y las 5.45, fueron identificados por Gabriel Michi, el cronista de Noticias que trabajaba con él, y por la esposa.
Hablan las autoridades
Sobre los presuntos autores del homicidio, el juez que interviene en al causa, José Luis Macchi, dijo que se está en la primera etapa de la investigación y que la causa se podría caratular como homicidio, aunque no arriesgó si incluiría también la figura de secuestro.
Por otra parte, el comisario mayor, Víctor Fogelman, director de Investigaciones de la policía bonaerense sostuvo a La Nación que aún no hay pistas de los autores del hecho, solamente se encontró la tapa de un bidón que se habría usado para transportar el combustible y huellas del vehículo en el que habrían huído los asesinos.
A su turno, el jefe de la Unidad Regional de Dolores, Abelardo Adorno informó que ayer se tomaron una decena de declaraciones, entre ellas a María Cristina, esposa de Cabezas que tras el testimonio fue trasladada a La Plata, y a José Guevara, el puestero de la Estancia Manantiales que descubrió el automóvil incendiado y dio aviso a la policía.
Tanto el juez como los dos policías mencionados recorrieron a las 6.30 de ayer el lugar donde apareció el vehículo incendiado y ordenaron más peritajes, sobre todo por las huellas de automóviles encontradas.
Ayer aún permanecían en el lugar algunos restos del Ford Fiesta blanco que había alquilado Cabezas.
Tras la pista de las huellas que dejó el auto de los asesinos
PINAMAR (De un enviado especial)._ Fue un momento duro. La esposa de Cabeza y su compañero de trabajo, Gabriel Michi, fueron los primeros responsables en identificar los restos del reportero asesinado.
Se guiaron por sus objetos personales. Un juego de llaves de su oficina y un reloj Tag Heuer que se detuvo entre las 5.30 y las 5.45.
Sobre los presuntos autores del homicidio, el juez que interviene en al causa, José Luis Macchi, dijo que se está en la primera etapa de la investigación.
El comisario mayor Víctor Fogelman, director de Investigaciones de la Policía Bonaerense sostuvo a La Nación que aún no hay pistas de los autores del hecho. Solamente se encontró la tapa de un bidón que se habría usado para transportar el combustible y huellas del vehículo en el que habrían huído los asesinos.
A su turno, el jefe de la Unidad Regiona de Dolores, Abelardo Adorno informó que ayer se tomaron una decena de declaraciones, entre ellas, a María Cristina, esposa de Cabezas que tras el testimonio fue trasladada a La Plata. Y a José Guevara, el puestero de la Estancia Manantiales que descubrió el automóvil incendiado y dio aviso a la policía.
Tanto el juez como los policías recorrieron a las 6.30 de ayer el lugar donde apareció el vehículo y ordenaron pericias, sobre todo por las huellas de automóviles encontradas.
El puestero Guevara, primero que vió el auto humeante, dijo que estaba recorriendo la zona con su nieto y que, de pronto, alrededor de las 7.30, vio una cortina de humo que salía de la cava que había realizado la comuna local para sacar tierra para arreglar caminos.
"Pensé que se estaba prendiendo el pasto, lo que podía originar un incendio. Pero me encontré con el automóvil dentro del pozo y cuando me acerqué vi el cadáver quemado",dijo.
Otro puestero, Rubén López, que tiene su casa a 200 metros de la cava, pero no vio nada porque no se encontraba en la ciudad, dijo que el pozo había sido cavado hace unos 20 días y que "nunca se vio nada raro por aquí porque es muy difícil que alguien se acerque, es una zona brava para el que no conoce".
Uno de los caminos para acceder al lugar es tomando la ruta 11, con dirección Pinamar-Mar de Ajó.
Ayer aún permanecían en el lugar algunos restos del Ford Fiesta blanco que había alquilado Cabezas: alambres, vidrios y chapas.
La policía no tiene pistas firmes
LA PLATA-. Más cauteloso que nunca, el jefe de Policía Bonaerense, comisario general Hugo Adolfo Vitelli, reconoció que hay muchas hipótesis en danza, pero ninguna pista cierta, en torno del homicidio de José Luis Cabezas.
Con énfasis, empero, tradujo su gran preocupación y la de las demás autoridades provinciales por develar el misterioso y brutal asesinato del reportero gráfico de la revista Noticias.
En diálogo con La Nación, reconoció que al reportero gráfico le descerrajaron un balazo en la cabeza de un calibre aún no determinado.
El plomo es desnudo, podría corresponder a un revólver calibre 32 o 38, y estaba retorcido, tal vez por la trayectoria o seguramente por la acción del fuego.
Faltan pistas
El disparo, según Vitelli, fue realizado de derecha a izquierda en línea recta, sin que aún se haya precisado si Cabezas fue quemado o baleado primero, y si fue la acción del fuego o la del tiro, la que originó su deceso.
En un aparte con este cronista, el funcionario no supo( o no quiso) anticipar si, como en cambio lo hizo tres veces otra fuente de primer nivel, se encontraron restos de hollín en los pulmones del muerto, síntoma de que el fotógrafo vivía cuando lo quemaron.
A media voz, Vitelli se limitó a consignar que "me dijeron que encontraron muestras de ese elemento en las vías superiores. No se, a ciencia cierta, si fue en los pulmones. Habrá que esperar que concluya el trabajo del SEIT".
La conversación con el jefe policial se produjo en momentos en que arreciaron los rumores de que el cuerpo sería entregado a sus familiares, por disposición del juez.
Recompensa
Se desconocía, en cambio, a qué destino irían los restos, en vista de que el asesinado tiene a su familia en Pinamar y su domicilio en el conurbano, según trascendió ayer en esta capital.
Vitelli, por cierto, estaba al tanto de la recompensa ofrecida por el gobernador Eduardo Duhalde, así como de las condiciones que se pedían a las personas que estuvieran en poder de "información veraz".
Ignoraba, en cambio, si los fondos saldrán del área de Seguridad o se imputarán a Rentas Generales de la provincia.
"Es una pregunta que el señor gobernador podrá responderles", agregó.
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