8M: “La pandemia profundizó la feminización de la pobreza”, dijo la directora regional de ONU Mujeres
Así lo señaló María Noel Vaeza en una entrevista para el el Grupo de Diarios América (GDA)
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CIUDAD DE MÉXICO, (El Universal/GDA).– Hoy, 8 de marzo, se escucha con fuerza el clamor por una generación de la igualdad. En los últimos 26 años se han logrado avances importantes, pero insuficientes. Las mujeres seguirán luchando por su “derecho fundamental” a la equidad, a la no discriminación, a trascender en la política como en cualquier otro ámbito que lo deseen, sin tener que sufrir violencia.
Así de fuerte y claro habla María Noel Vaeza, directora regional para las Américas y El Caribe de ONU Mujeres. En una entrevista para el Grupo de Diarios América (GDA) en el marco del Día Internacional de la Mujer, afirma que “la igualdad de género es un buen negocio”, pero que lograrla no es sencillo porque se trata de un “cambio societal”.
La uruguaya, exdirectora de Regional de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), reconoce el golpe que representó la pandemia para las mujeres. “Las trató muy mal, profundizó la feminización de la pobreza”. Y echó atrás avances de 18 años.
–Los gobiernos de la región no han planteado medidas y políticas claras para atender la crisis de desigualdad y violencia que afecta a las mujeres tras la pandemia. ¿Qué trabajo se está haciendo desde ONU Mujeres para lograr que este tema sea abordado con urgencia?
–La pandemia ha reafirmado la importancia del trabajo de cuidados. Puso en la mesa que el cuidado es un trabajo. No se consideraba así. Tenemos las famosas tres R: primero, reconocer que el cuidado es un trabajo; segundo, redistribuirlo, porque el hombre es corresponsable de ese trabajo. Y tercero, reducirlo, para que la mujer disfrute del ocio, para que pueda salir a trabajar afuera, para que pueda salir a actuar en política, etc.
El tema de cuidados es nuestra prioridad política y también hemos evolucionado el concepto de sistema integral de cuidado para entender que tiene que tener un triple dividendo de retorno para los países, porque es la salida de la actual crisis económica. El primer retorno es vincular el bienestar de las personas que reciben cuidado y el desarrollo. El segundo, es la creación de fuentes de trabajo. Podemos crear millones de empleos de cuidadoras. Son trabajos naranjas, no generan polución y además deben ser de calidad, recibir certificación, formación. A medida que eso es así, estos trabajos generan una fiscalidad, porque van a generar impuestos. Y eso va a permitir que el sistema de impuestos siga manteniendo el sistema de cuidados.
–¿Cuáles considera que han sido los logros más significativos y cuáles los desafíos de ONU Mujeres en la defensa de este sector?
–Entre los logros, la participación creciente de la mujer en la vida pública. Hay leyes específicas. Hemos avanzado mucho en ese sentido también. Los sistemas de cuidado es otro. Hay una conciencia en el sector privado de que la igualdad es una responsabilidad social, pero es un principio rentable. La igualdad de género es un buen negocio. Es un ganar, ganar. Los desafíos siguen siendo enormes. Necesitamos más mujeres en espacios de poder, redistribuir la carga de cuidados y erradicar la violencia.
–Hay diferencias muy grandes en la región en temas clave: Colombia acaba de aprobar el aborto hasta la semana 24 de gestación. En cambio, en Ecuador el presidente anunció que vetará la reforma sobre el tema y en países como El Salvador, las mujeres terminan en prisión por abortar. ¿Cómo reducir la brecha? ¿Qué hace falta para cambiar esta realidad?
–Hace falta diálogo y poner el tema de salud sexual y reproductiva en perspectiva. No solamente pedir algo, sino hablar en un contexto. Para la salud sexual y reproductiva tiene que haber educación. Tenemos que hablar de la autonomía económica de la mujer. De la violencia. No podemos hablar de un tema solo. Hay que tratar el tema de manera integral.
–En Costa Rica, durante las últimas dos décadas, las mujeres han percibido un 9,7% menos de salario que los hombres por realizar las mismas tareas. Situaciones parecidas ocurren en otras partes del mundo. ¿A qué atribuye usted el fracaso de las iniciativas que se han promovido en los últimos años para reducir tales inequidades? ¿Qué cuota de responsabilidad tiene la ONU?
–Lo que está pasando es que la corrupción y la falta de transparencia prima en nuestra región. Si tengo una nómina transparente que se puede publicar, se va a saber. Se sabe qué pasos va a tomar el empresario para cerrar la brecha. Eso es lo que pedimos nosotros.
Naciones Unidas puede presentar los temas. Pero quienes tienen que llevarlos a cabo son los gobernantes, los empresarios. Nosotros trabajamos los Principios de Empoderamiento Económico de la Mujer, que son 7. Va directamente a las empresas para ayudarles a superar esa brecha laboral, salarial, para que entiendan que en la medida que se escuche la diversidad de la mujer, esa empresa va a ganar más y va a ser mejor.
– El tema del 8 de marzo es “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Frente a todo este panorama que ha pintado, ¿cómo se ve esta fecha? ¿Qué se está haciendo?
–Este 8 de marzo es clave porque quiere llamar la atención sobre un tema que se va a tratar en la Comisión del Estrato Jurídico y Económico de la Mujer, que es el mecanismo que tenemos en la ONU para darle seguimiento a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer que tuvo lugar en Beijing.
La comisión tiene 65 años y todos los años se reúne en Nueva York para determinar cómo van avanzando los derechos de la mujer, cómo deberían avanzar, cuáles son los desafíos, oportunidades. Este año, por primera vez, vamos a estar hablando de las mujeres que necesitan un futuro igualitario, sin estigmas, sin estereotipos de herencia, un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades. Es un futuro igualitario en el mundo del Covid. ¿Cómo generamos mujeres líderes? ¿Cómo las generamos también en lo que es el cambio climático, el medio ambiente? Queremos llamar la atención de todos estos temas. Un clamor a favor de generación de igualdad. Somos la generación que tenemos que llegar a esa igualdad. 2030 está a la vuelta y tenemos que llegar a eso.
– ¿Por qué no se ha podido lograr la equidad de género que por tantos años se ha reclamado, sobre todo en América Latina?
–No se ha podido llegar a la igualdad, pero después de 26 años podemos ver grandes avances en mortalidad materna, en educación de las niñas, en salud sexual y reproductiva, vemos avances también en América Latina en la política. ¿Por qué no llegamos? Porque venimos de siglos de un mundo concebido y dominado por hombres, manejado por hombres. Un patriarcado enraizado, profundamente, en la forma de concebir el mundo y resolver sus problemas.
Somos conscientes de que falta mucho, pero también de que el esfuerzo tiene un tamaño enorme. Porque es un cambio societal. Es un cambio de comportamiento, cultural, que va a hacer que la humanidad sea mejor.
–¿Cómo afectó la pandemia en la pérdida de empleo para las mujeres, en comparación con los hombres y cuál es la perspectiva de recuperación para este año?
–La pandemia trató muy mal a las mujeres. Profundizó la feminización de la pobreza, la violencia. Nosotros le hemos llamado una pandemia en la sombra a la violencia contra la mujer, porque muchas veces la mujer tuvo que quedarse a vivir encerrada en cautiverio con su depredador. Pero las mujeres en especial en el mercado laboral han sufrido un retroceso de 18 años en la inserción en el mercado de trabajo y esto es gravísimo. América Latina tiene 118 millones de mujeres en la informalidad, sin protección social ni laboral.
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