Ecológicas, rodeadas de madera o espejadas; paisajes para refrescarse cuando quema la ciudad
El verano es tiempo de vacaciones, sol, jardín, amigos, familia, y todo esto se disfruta más cerca del agua. Las piletas, en esta estación, son el centro de nuestra vida cotidiana. También son parte del paisajismo y cada vez se buscan diseños más originales y con mayor tecnología, que facilitan el mantenimiento y permiten disfrutarlas toda la temporada. A su vez, la tendencia de las piletas naturales está en auge, ya que no necesitan químicos y las plantas hacen su parte para mantenerlas libres de bacterias y con el agua transparente.
Pura geometría
En esta casa de líneas puras y pensadas, la pileta genera un punto visual que se acerca o aleja depende del lugar desde donde se observe. El espejo de agua genera interés a este gran patio
Sobre una gran explanada donde se ubica la casa realizada en módulos que abrazan un gran patio central, la pileta funciona como remate que divide el patio del jardín.
La pileta es de líneas rectas en su exterior, mientras que en su interior se produce un juego geométrico que da como resultado distintos espacios, un living bajo el agua, un banco para sentarse sumergido y escaleras. Las venecitas españolas azul marino le dan un tono particular al agua.
Los bordes son de travertino rústico. En el lado opuesto se realizó el rebalse a modo de corte que da la sensación de infinito, a los extremos se construyó el murete que funciona como banco con lajas de San Juan.
La pileta está en eje con la casa, y para llegar de un punto a otro se atraviesa el patio necesariamente, donde se plantaron en canteros de diversas formas geométricas manzanos de flor, papiros, rosas ‘Icebreg’, un cantero bajo la ventana de salvias y rosas ‘Tchaikovsky’, masas de Festuca glauca más cerca de la pileta.
Las líneas geométricas generan espacios tanto afuera como adentro de la pileta.
Estudio de arquitectura: Álvaro de la Fuente
Paisajismo: Angélica Thays
Construcción de pileta: Lumar Natatorios
Intensamente fresca
En un entorno único, lleno de añosos árboles que despliegan sus copas sobre el terreno, se construyó esta pileta que suma frescura y refleja el cielo.
Esta pileta está ubicada en un terreno de varios desniveles. Para resolver diferencias de nivel, se decidió hacer amplias terrazas verdes en los que respecta al jardín. Esa diferencia se aprovechó en la pileta para generar un desborde sin fin.
El espejo de agua de 15 x 5m está rodeado de un solárium, pasos perdidos y un living húmedo. El solárium asciende como una plataforma que flota sobre el agua.
La pileta está armada con un símil borde infinito en todo su perímetro, que genera un efecto de agua en movimiento. La canaleta perimetral se hizo en hormigón con terminación en mármol Travertino. Toda el agua de la canaleta perimetral se junta en un tanque de agua, que luego de pasar por el filtro vuelve a la pileta.
En uno de sus laterales, se construyó un muro de contención revestido en la misma piedra que ha sido utilizada en distintos sectores de la casa. Por detrás del muro se plantaron Buddleja nanhoensis ‘Petite blum’ para jugar con el violáceo sobre el agua. En el sector del solárium, en cambio, se trabajó con especies bien fragantes como Gardenia augusta y con jazmín kimura. El muro perimetral también fue vestido con Trachelospermun jasminoides.
La sombra se adueña, en gran parte de este jardín, por la presencia de grandes árboles. Por eso se utilizaron especies como salvias, muhlenbergias y rosales en la cabecera de la pileta que tiene más sol.
Como cerramiento, se utilizó vidrio, ya que con su transparencia permite mantener las vistas al agua y al fondo del jardín.
Arquitecto: Nicolás Subías
Estudio de paisajismo: Stewart-Murray
Construcción de pileta: Carlos Sturla
Madera, siempre buena
Rodeada de árboles añosos y palmeras, esta casa muestra su mejor cara. La pileta refleja las copas que en la primavera se llena de verdes texturas.
En este jardín la pileta es gran protagonista, pegada al deck de estar donde un gran alcanfor llena de ramas el espacio. El perfume de sus hojas se siente en todo momento y genera un ambiente relajado y fresco.
Se utilizó lapacho de aproximadamente 80 años para la realización del deck y para el revestimiento de las paredes de la casa. Su color gris natural fue buscado para que se mimetice con los troncos de los añosos árboles y palmeras. Se genera, así, un aspecto rústico y cálido que sólo la madera logra.
La pileta es de forma rectangular, de hormigón y ladrillos, revestida de venecita negra, buscando el efecto de agua oscura tipo laguna. La casa, por su diseño, brinda muchos espacios intermedios, situaciones ricas y variadas en el jardín.
Las líneas rectas acompañan el diseño en sus cercos perimetrales (Olea texana, Pittosporum nigricans y alpinias). Desde el interior pueden verse los distintos tonos de verdes que acompañan al color de la madera, generando un interesante conjunto. Sobre el alambre perimetral se plantaron Iris pseudacorus y plantas trepadoras como Abutilon megapotamicum; se eligieron colores como naranja, amarillo, violeta y blanco para acompañar el color de la madera.
Arquitectos: Pablo Vodopivec y Martín Papanicolau
Paisajsmos: Maria Laura Vidal Bazterica
¡Agua va!
En el último piso de una casa se construyó una pileta. Nadar cerca de las copas de los árboles es una sensación única y poco común.
En una terraza que se transformó en jardín se construyó una pileta. La solución para darle profundidad fue construirla en una especie de “cajón” cubierto con madera. De esta manera, además de poder hacer realidad la pileta, se generó un nuevo espacio separado del resto sumando intimidad.
Se colocaron macetas de fibrocemento sobre la pared del fondo y sobre la pared del frente, todas con plantas de aspecto tropical. El espacio se encuentra bien delimitado por paños de blindex que con su transparencia permiten ver y así agrandar el espacio visualmente. Además se creó un lugar de estar mediante una colchoneta y almohadones que funciona como solárium. Al sector de la pileta se accede por una escalera lateral. Así, el muro de madera con las strelitzias es la vista desde el interior.
Paisajista: Elena Macome
Reflejos reflejados
La pileta como elemento decorativo, como lugar para estar. En este jardín es la protagonista indiscutida, con detalles de diseño que acrecientan su presencia.
En este jardín la pileta se eleva del terreno, el muro recubierto de lajas de San Luis bordea el perímetro. La protección para niños son paños de blindex separados entre sí, lo que aumenta la sensación de transparencia.
El sistema de filtro se ubicó en el fondo, éste impulsa el agua y genera el rebalse. En la medianera se colocaron espejos que reflejan el agua. Para contrastar con el color claro casi blanco del piso térmico, el muro se pintó de violeta, donde se recortan las espigas del Pennisetum rupelli y así se multiplican. Entre los penisetum se colocaron macetas de cerámica color turquesa que contienen Opuntia subulata y marcan un ritmo.
En la cabecera de la pileta se colocaron rosales ‘Tchaikovsky’ y ‘Bonica 82’ que aportan perfume y color con sus flores.
Paisajista: Angélica Thays
Aguas sustentables
En los últimos años se han experimentado nuevas formas de concebir el lugar de agua en los jardines y espacios exteriores. Se busca la analogía con la naturaleza y se toman elementos de ella, además del cuidado del agua y el no uso de químicos para su mantenimiento. Consultamos a la paisajista Paula Tarditi que desde 2014 comenzó a capacitarse en el diseño y construcción de piletas naturales y es miembro individual de la IOB (Organización Internacional de Aguas de Baño Naturalizadas).
Las piletas naturales o biológicas es una tendencia que crece a nivel mundial y de a poco se está afianzando en nuestro país. Éstas evocan la naturaleza y la biodiversidad. Son sustentables, tienen fines ornamentales, recreacionales, pedagógicos y didácticos para los niños. Así como también aportan un hábitat fértil para el desarrollo de la flora y la fauna silvestres. Quizás su característica más atractiva es que no llevan cloro ni ningún aditivo químico. En este tipo de piletas el agua se limpia a sí misma, contando con una zona de filtración biológica (donde se colocan las plantas), la cual es colonizada rápidamente por la vida silvestre.
Las piletas naturales lucen simples, pero para crearlas se necesitan conceptos teóricos y metodología, tanto en el diseño como en la construcción. Se debe lograr equilibrio en un ecosistema artificial.
La presencia de Nymphaeaceae sp., el perfume de sus flores, las libélulas, las plantas oxigenantes y los micro organismos capaces de filtrar el agua nos conectan profundamente con los procesos naturales que forman parte de un ecosistema.
Su diseño debe acoplarse al entorno circundante de la forma más orgánica posible, incluso las piscinas de diseño más convencional. El diseño de una pileta natural es un trabajo interdisciplinario donde el paisajismo se une con la biología.
El agua debe ser transparente y libre de bacterias perjudiciales para la salud. Es de vital importancia que sea utilizada con criterio.
Actualmente hay piletas naturales de última generación que permiten disfrutarlas aún en un espacio reducido. Esta tecnología mantiene el agua traslúcida, libre de cloro y el equipamiento puede funcionar con energía solar, independientemente de la presencia de plantas.
El sistema constructivo de una pileta biológica dista bastante del de una piscina convencional. Comienza siempre con el análisis del agua de llenado. Esto ayuda a determinar las plantas adecuadas para interactuar con las cantidades de minerales presentes, pH y dureza del agua. Actualmente se trabaja con un software determinado para interpretar estos estudios.
La excavación de la pileta debe contar con diferentes profundidades para el desarrollo de las especies vegetales, elegidas de acuerdo con las exigencias biológicas. Luego se debe impermeabilizar el suelo con una membrana plástica de alta calidad. A su vez, la piscina debe contar con paredes divisorias entre la zona de nado y la de filtración biológica. Finalmente, se procede a la plantación de especies vegetales cultivadas en viveros especializados; las más utilizadas son: Eichornia azurea, Eichornia crassipes, Scirpus giganteus, Cyperus alternifolius, Iris sp., Nymphaea sp., Typha latifolia, Panicum elephantipes.
En lo relativo a la limpieza, debe realizarse como mínimo una vez al año. La época ideal para abocarse a esta tares es la primavera, ya que permite aspirar los depósitos acumulados durante el invierno y que son propicios para el desarrollo de algas indeseadas. Hoy en día el mercado ofrece un robot específico para piletas naturales que facilita mucho esta labor.
El conocimiento de las plantas utilizadas es fundamental. Éstas determinan el éxito a lo largo del tiempo. Otro objetivo es plantar la mayor cantidad de plantas nativas que permita cada diseño. No se debe olvidar que las plantas funcionan como una comunidad y la interacción entre ellas también determinará el éxito.
La sensación de bañarse en una pileta natural, la suavidad del agua libre de cloro unido al entorno natural es una experiencia única.
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