12 consejos de etiqueta para que el viaje en avión sea más placentero (para todos)
Tras la pandemia, los viajes en avión volvieron a ser muy ajetreados; con un poco de sentido común y cortesía, volar podría ser… ¿agradable?
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NUEVA YORK.– Después de 21 años como auxiliar de vuelo, lo he visto todo. La pandemia incrementó las tensiones a bordo: los incidentes más extremos de mal comportamiento de los pasajeros se tornaron violentos. Sin embargo, con más frecuencia veo que es el comportamiento descortés el que conduce a desacuerdos verbales o molestia general.
Ahora que estamos por llegar a la ajetreada temporada de verano del hemisferio norte, vale la pena analizar algunos actos comunes de cortesía que me atrevo a decir que podrían hacer que viajar en avión sea placentero.
Estas son mis reglas de etiqueta aérea, que tienen como objetivo lograr un equilibrio entre tus estándares de comodidad razonables y la consideración hacia quienes te rodean.
Todo el mundo tiene derecho a reclinar el asiento, pero hay una manera educada de hacerlo
La manera incorrecta es empujar el asiento hacia atrás tan fuerte y rápido como puedas. Así se han roto computadoras portátiles, se han derramado bebidas y se han provocado peleas a puñetazos que han obligado a desviar vuelos. Ten en cuenta tu entorno. Antes de reclinar tu asiento, mirá detrás de vos, mirá cuál es la situación y preguntá amablemente si hay algún inconveniente en que lo hagas.
Limpiá lo que ensucien tus hijos
No somos sirvientes. Los sobrecargos no tienen acceso a aspiradoras, escobas o artículos de limpieza, solo a jabón de manos, toallitas húmedas y aromatizante. No estás obligado a limpiar, pero es de buena educación. También hay efectos colaterales: la suciedad en el pasillo puede ser un riesgo para la seguridad, y un trabajo de limpieza prolongado puede incluso retrasar el próximo vuelo. El pensamiento proactivo ayuda. ¿Puede un niño pequeño manipular sin problemas una bolsa grande de bocaditos? Si la respuesta es no, colocalos con anticipación en un recipiente más pequeño y manejable.
Los compartimentos superiores no son tu juego de Tetris personal
En clase económica, los compartimentos se usan por orden de llegada. No eres dueño del lugar que está justamente arriba de tu asiento, y no es aceptable sacar el bolso de otra persona para que el tuyo quepa. Deslizar las maletas para maximizar el espacio está bien, pero dejá el acomodo más complejo a los aeromozos. Y recordá: las bolsas pequeñas deben estar a tus pies, para así dejar espacio para las bolsas grandes en los compartimientos superiores.
Nadie quiere escuchar tu videollamada
No necesitamos escuchar ambos lados de esa conversación; además, el momento de abordar un avión no es idóneo para despedirse. Es hora de que te concentres en encontrar tu asiento y guardar tus maletas lo más rápido posible para que las personas detrás de vos puedan hacer lo mismo. Y hablando de estos temas, nadie quiere escuchar tus películas, videojuegos o tiktoks, así que llevá auriculares, incluso para los niños.
Al asiento del medio le tocan ambos reposabrazos
Es el premio de consolación por estar atrapado entre dos personas sin ningún lugar donde apoyarse. Y punto.
Los auriculares son perfectamente aceptables para poner fin a una conversación
¿Tenés un compañero de asiento que habla demasiado? Los auriculares son una excelente manera de evitar ser la caja de resonancia de un vecino que no entiende indirectas. Es mi táctica favorita: después de un largo día de trabajo mis audífonos con cancelación de ruido son mi refugio. Quiero paz en mi viaje a casa.
No te saques los calcetines
Si es un vuelo largo, por supuesto, relajate y sacate los zapatos, pero no hay razón alguna para quitarte los calcetines. El olor a pies es ineludible. Además, mantené tus pies lejos de los demás. No es aceptable apoyar los pies en el reposabrazos de la persona que está delante. Y recomiendo encarecidamente volver a ponerse el calzado para ir al baño.
Usá el botón de llamada como se debe
Si necesitás algo (más café, asistencia con un problema médico o ayuda con un pasajero problemático), utilizalo. Eso es preferible a dar golpecitos en el hombro del sobrecargo, lo cual no está bien. Sin embargo, antes de presionar el botón, asegurate de que no estemos en el pasillo con un carrito de bebidas o una bolsa de basura. Eso significa que ya vamos en camino. Si tenés una verdadera emergencia, pulsalo varias veces para que sepamos que es importante.
No regañes a los hijos de otras personas
Nada hace que un vuelo sea más desagradable que el hecho de que tu asiento se convierta en un saco de boxeo. Sin embargo, si un niño detrás de vos te está molestando, dirigite a los padres. No tenés derecho a gritarle al hijo de otra persona. Una buena manera de abordar esto es preguntar a los padres con calma y con una sonrisa si se han dado cuenta de que su hijo está pateando tu asiento. Luego deciles que es molesto. ¿Hay alguna manera de hacer que el niño se detenga? De esta manera, tu tono no será acusatorio y harás una petición en vez de sonar mandón.
Resolvé tus problemas con los asientos antes de subir al avión
Si tu familia tiene lugares separados en el vuelo, la carrera caótica a la hora del embarque no es el momento en que los auxiliares de vuelo podrán resolverlo. Los agentes de la sala de abordaje tienen acceso al diagrama de asientos y las reservaciones familiares, así que preguntales primero a ellos si es posible cambiar tus asientos. Algunas aerolíneas incluso tienen la política de que las familias con niños menores de 13 años deben tener asientos juntos, por lo que recurrir al agente de la sala de abordaje es lo más adecuado. O aún mejor: llamá a la aerolínea antes de llegar al aeropuerto.
No tenés que cambiar de asiento si alguien te lo pide
Voy a caer mal con esto. No, no tenés que cambiar de asiento con alguien que te lo pida. Si pagaste extra por tu asiento o incluso si solo es algo molesto para vos, podés decir que no. Si es ventajoso, como cambiar un asiento del medio por un asiento junto a la ventana, o si te complace ayudar, adelante, cambialo.
Descargá el inodoro, por favor
Esto debería ser una cuestión de sentido común, pero por algún motivo no lo es. Tengo que lidiar con esto todo el día todos los días. No quiero vaciar tus desechos, y tampoco quiere hacerlo el pasajero que entra al baño después de vos. Si no lográs encontrar el botón, buscalo. Te garantizo que hay uno en todos los baños de todos los aviones.
Por Kristie Koerbel
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