Violento robo en la casa de la excuñada del intendente de Castelli
La policía bonaerense intenta identificar a los cinco delincuentes que irrumpieron en una vivienda y después de maniatar con precintos a una familia escaparon con un botín de 2200 dólares, 10.000 pesos y otros objetos de valor
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En Castelli no recuerdan un robo a mano armada en la ciudad desde hace por lo menos cinco años. Hasta hoy a la madrugada, cuando cinco delincuentes irrumpieron en una casa situada a tan solo diez cuadras de la Autovía 2 y después de maniatar con precintos a una mujer, sus dos hijos y su yerno, escaparon con un botín de 2000 dólares, 10.000 pesos, teléfonos celulares y un aparato de TV.
Los delincuentes, uno de los cuales estaba armado, escaparon en dos vehículos por la Autovía 2 en dirección a la ciudad de Buenos Aires. Así lo pudieron reconstruir los investigadores policiales al analizar las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona.
La dueña de la casa donde ocurrió el robo, según explicaron fuentes policiales y judiciales, es Ivana Vandevalle, excuñada del intendente de Castelli, Francisco Echarren. Vandevalle, que es directora de Inclusión Social del municipio, es la exesposa de Sebastián Echarren, hermano del intendente y jefe de Gabinete de la comuna situada a 189 kilómetros de la Capital y a 29 de Dolores, conocida para quienes usan la Autovía 2 para ir a la Costa Atlántica por la presencia de su importante parador rutero, Minotauro.
Según fuentes policiales, los delincuentes ingresaron al patio de la casa de la víctima por un terreno lindero. “Después aprovecharon e ingresaron en la casa por una puerta que estaba sin cerrar y sorprendieron a los ocupantes, que estaban durmiendo”, sostuvo uno de los voceros consultados.
Los delincuentes maniataron a Vandevalle, a sus hijos y al novio de su hija, y los encerraron en una habitación. “El hijo de la víctima recibió un golpe en la frente”, dijo una fuente policial.
A los pocos minutos, los ladrones escaparon con el dinero, el aparato de TV y los teléfonos celulares.
Una de las víctimas pudo describir a uno de los ladrones como una persona robusta, morocha y de entre 25 y 30 años.
El caso es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) en turno de la Fiscalía General de Dolores.
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