Violencia. Un estudiante herido marca el peligro que representan la repetición de balaceras en Rosario
Al momento del ataque, los alumnos de quinto año de la escuela Juan Bautista Alberdi y sus familiares esperaban al ómnibus con el que iban a viajar a Córdoba de viaje de estudios
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ROSARIO.-Los alumnos de quinto año de la escuela Juan Bautista Alberdi y sus familiares esperaban al ómnibus con el que iban a viajar a Córdoba de viaje de estudios. El lugar de reunión, que fue cerca de la medianoche, era una estación de servicio YPF de la zona norte de Rosario. De golpe apareció una camioneta Toyota Hilux con dos hombres que comenzaron a disparar con una pistola 9 mm.
El pánico y el terror se apoderaron de ese momento de felicidad entre los alumnos, parientes y docentes. Una de las balas impactó en la pierna de uno de los estudiantes, Daniel R., que fue llevado inmediatamente al hospital de Emergencias. El proyectil no afectó por pocos centímetros la zona vascular. Alcanzó a rozar el fémur del joven, que se encuentra fuera de peligro, algo que motivó a que sus compañeros y sus familiares decidieran salir de viaje hacia Córdoba, con los directivos del colegio.
En las inmediaciones de la estación de servicio, los atacantes dejaron un cartel con una nueva amenaza contra el fiscal Matías Edery, de la Unidad de Criminalidad Organizada. Es la cuarta vez que es intimidado de esa manera. Pero detrás de la aparición de este mensaje mafioso hay un mar de fondo. Como si fuera una casualidad –que pocas veces suceden en estas tramas-, el nombre de este funcionario se mencionó en una audiencia judicial en la mañana de ayer, cuando los fiscales Pablo Socca y Miguel Moreno imputaron a la extestigo Mariana Ortigala de realizar extorsiones y ataques contra una red de agencias de quiniela.
Después de que desde la camioneta Toyota Hilux dispararan contra la estación de servicio YPF, donde estaban los alumnos, algo que podría haber provocado un desastre por el combustible que se acopia, otros atacantes en moto dispararon una sede del Banco de Santa Fe, que se encuentra a unas diez cuadras de la estación de servicio, y cerca del estadio de Rosario Central. Allí no apareció ninguna amenaza como en la estación de servicio, donde resultó herido el estudiante.
¿Qué hay detrás de estos ataques? Es la pregunta que circulaba entre las fuentes judiciales y policiales. Las versiones de uno y otro lado son contrapuestas. Afirman que el líder de Los Monos Ariel “Guille” Cantero, detenido en Marcos Paz, podría haber ordenado realizar balaceras para provocar un estado de conmoción pública, como ya ocurrió en otras oportunidades.
El arresto de Ortigala el lunes de la semana pasada provocó un fuerte impacto en esa organización narcocriminal, porque la detenida era la que manejaba parte de los bienes de la banda. Tras un allanamiento a una escribanía del centro de Rosario se detectó que Ortigala tenía a su nombre 15 propiedades de alto valor en el mercado. En uno de esos inmuebles reside la pareja de Guille Cantero, Vanesa Barrios, donde cumple la detención domiciliaria.
La otra hipótesis, que deslizó un fiscal, es que se podría tratar de un atentado de Esteban Alvarado, rival de Los Monos. Ortigala junto con su hermano Mariano formaban parte de esta organización criminal y luego saltaron el cerco para pasar a ser miembros de Los Monos, que le garantizaban la protección necesaria para evitar que Alvarado los matara.
En ese contexto se produjo el ataque a la estación de servicio YPF donde fue herido el alumno de quinto año. El chico se encontraba internado en el hospital de Emergencias, acompañado por sus familiares, que no quisieron hablar con los medios de comunicación. El temor y el desconcierto por lo que había ocurrido era profundo entre los docentes y parientes.
Jorge Bitar, director del hospital, explicó que el paciente ingresó en la guardia con una herida de bala en muslo “con orificio de entrada en cara externa y de salida interna. Los primeros estudios determinaron que no presentaba compromiso vascular. Tampoco tuvo afectada la zona de sensibilidad y motriz. Se le realizaron tomografía y radiografía, que determinaron que había un roce de la cortical del fémur izquierdo. El equipo de Traumatología determinó que no revestía gravedad y que no requería procedimiento quirúrgico, pero sí una observación en el hospital con medicamentos”.
“Estas lesiones suelen presentar complicaciones inflamatorias. Tuvo suerte porque la bala pasó muy cerca del paquete vascular en la zona interna”, advirtió el director de hospital.
El pronóstico favorable que presentaba el chico desde el primer momento, y en una decisión que se tomó por consenso entre padres y directivos de la institución, hizo que el contingente siguiera con el plan previsto y salieran de excursión a Córdoba. Melisa Serafini, secretaria de la escuela “Juan Bautista Alberdi”, ubicada en Álvarez Thomas al 1500, confirmó que el contingente decidió concretar el viaje, luego de que se confirmara que el joven no estaba grave.
“En el momento en que los chicos de quinto año estaban por salir de viaje a Córdoba desde la estación de servicio pasaron disparando y le dieron a un alumno en una pierna con una bala. El chico fue trasladado al Heca (por el hospital local), está fuera de peligro, la bala entró y salió, es un menor de edad. Inmediatamente, se puso en conocimiento del Ministerio de Educación y los directivos actuaron en consecuencia”, indicó Serafini.
La directiva sostuvo que “por decisión de las familias y de los directivos de la escuela, todo el contingente salió de viaje a Córdoba. Se tomó esa decisión cuando corroboramos que el alumno estaba fuera de peligro. El grupo es acompañado por directivos, docentes y padres”. La funcionaria admitió que en el momento del tiroteo hubo una gran conmoción en el lugar. “Se pudo manejar la situación y logramos contener a los chicos”, comentó.
En junio pasado se produjeron varios ataques contra escuelas en el noroeste de la ciudad, donde las bandas narco pretendían generar un estado de conmoción tras una serie de allanamientos que se habían producido en ese sector de la ciudad contra miembros de la banda de Los Monos.
El 6 de junio pasado, un chico de seis años, que asiste a primer grado, resultó herido de bala en la puerta de una escuela José Ortolani, ubicada en el barrio Empalme Graneros, en el noroeste de Rosario, donde se produjeron ataques narco durante los últimos días contra establecimientos educativos y una parroquia. Esa escuela ya había sufrido ataques a balazos y había cerrado sus puertas.
A causa de las balaceras contra las escuelas, muchos establecimientos cerraron durante mayo y junio, ante el temor de que los alumnos y familiares resultaran heridos. Incluso, en ese momento el gremio de Amsafé, que nuclea a los docentes estatales, realizó tres marchas y medidas de fuerza para reclamar seguridad. La dinámica de la violencia que supura de los enfrentamientos entre bandas provocó 200 homicidios este año en Rosario. Más de un 10 por ciento de las víctimas son menores de edad.
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