Violencia: Investigan la presencia del Comando Vermelho en el conurbano
Alquilaba un departamento a metros de la Plaza San Martín, pero robaba en el conurbano. Usaba un Volkswagen Polo, que dejaba en una cochera frente al edificio en el que vivía, para concretar sus asaltos. Pagaba el alquiler del estacionamiento en efectivo y con billetes arrugados.
Llegó a la Argentina en febrero de este año, para refugiarse de la Justicia brasileña, que pidió su captura por narcotráfico y por una serie de asaltos a joyerías que perpetró con otros 31 integrantes del Comando Vermelho, la organización criminal más violenta de Río de Janeiro.
Según fuentes policiales, este integrante del Comando Vermelho que desembarcó en la Argentina fue identificado como Jimmy Medina Ávila.
Los responsables de las fuerzas de seguridad argentinas investigan ahora el posible desembarco de otros integrantes dela banda criminal que domina la mayoría de los asaltos, el tráfico de armas y la venta de drogas en territorio carioca.
A partir de la reconstrucción de la actividad delictiva desarrollada en nuestro país por el prófugo de la Justicia brasileña, los investigadores locales determinaron que reclutó una banda que, entre fines de junio y principios de julio, cometió al menos siete asaltos en diez días en zonas residenciales de Parque Leloir, Bella Vista y Villa de Mayo.
Si bien Medina Ávila, de 27 años, es de nacionalidad chilena, desarrolló la mayor parte de su carrera delictiva en las favelas de Río de Janeiro. Según consta en la página oficial de la procuración carioca, "entre 2016 y 2017 Medina Ávila fue uno de los 32 acusados de cometer 14 robos contra joyerías instaladas en centros comerciales, como integrantes del Comando Vermelho es parte del tráfico de drogas en Morro do Fallet y Fogueteiro, en Río de Janeiro".
A pesar de ser extranjero, Medina Ávila sobrevivió en el peligroso ambiente delictivo de Río de Janeiro y se ganó un lugar en la estructura del Comando Vermelho o CV, como lo identifican las fuerzas de seguridad brasileñas. Al revisar los registros de la Justicia de Brasil, se pudo comprobar que Medina Ávila habría cometido esos 14 asaltos a los que lo vincularon a pesar de estar prófugo desde el 14 de octubre de 2013, cuando huyó de la cárcel de Crispim Ventino. Ahora es buscado por los robos en San Miguel y siete de sus cómplices fueron detenidos.
Rápido y furioso
Los efectivos de la Policía Municipal de San Miguel que, el 30 de junio pasado, persiguieron al vehículo Volkswagen Polo a través de más de treinta cuadras pueden dar testimonio de la peligrosidad de Medina Ávila, quien conducía dicho rodado.
Ese día, a través de una de las cámaras con el sistema de lectora de patentes, un operador del Centro de Monitoreo de San Miguel alertó sobre la presencia del vehículo cuyo número de dominio figuraba en la base de datos del sistema porque había sido grabado en dos asaltos ocurridos cuatro días antes en el barrio Las Acacias y en una casa de la calle Brumana. Con los datos aportados por el operador, los responsables del Centro de Monitoreo comenzaron a seguir el recorrido de los ocupantes del Volkswagen Polo. A partir de ese momento se puso en marcha la búsqueda del vehículo por parte de los móviles de la Policía Municipal de San Miguel.
Luego de una persecución que se extendió por más de treinta cuadras, los policías lograron cortar el paso del automóvil en el que huían los sospechosos. Según fuentes policiales, el conductor del Volkswagen Polo arremetió contra los móviles que lo perseguían, en una maniobra típica de la saga Rápido y furioso.
Con el Volkswagen Polo chocado y sin posibilidad de continuar la fuga en ese vehículo, los dos delincuentes se escaparon a pie. Cuando los policías revisaron el automóvil hallaron un ticket de una playa de estacionamiento situada en Alsina 1249, en el centro porteño, y el cupón de pago de un seguro. Los policías de San Miguel comprobaron que correspondía a Jimmy Medina Ávila, quien vivía en San Martín 955, a pocos metros de la Plaza San Martín.
Los investigadores comprobaron que Medina Ávila estacionaba el Volkswagen Polo, grabado en varios robos ocurridos en Bella Vista, en la cochera situada frente al edificio en el que vivía. Al seguir la pista del ticket de estacionamiento, los policías llegaron hasta el inmueble situado en Alsina 1249. Allí los investigadores encontraron una camioneta Jeep Compass, sin patente, que les llamó la atención. Pero al revisar el dominio que figuraba en los cristales grabados, los policías, en colaboración con la fuerza de seguridad porteña, comprobaron que el vehículo había sido robado en Parque Leloir.
Aparentemente, los delincuentes habían elegido dicho garaje para "enfriar" el vehículo, tal como se conoce en el ambiente del hampa la maniobra con la que los ladrones de autos dejan pasar un tiempo después de robar un vehículo para establecer si alguna recuperadora o la policía misma lo localiza.
Todos estos datos obtenidos por el personal de la policía de San Miguel y los seguimientos de las cámaras de seguridad aportados por los técnicos del Centro de Monitoreo se agregaron al sumario que había comenzado a instruir la fiscal de San Martín Liliana Tricarico, a cargo de la investigación por los robos contra las casas del barrio Las Acacias y de la calle Brumana.
Uno de los cómplices de Medina Ávila, también de nacionalidad chilena, fue apresado cuando concurrió al estacionamiento de Alsina 1249 a retirar esa camioneta. Según fuentes policiales, las huellas digitales de este sospechoso, que habría sido identificado como Lucas Jesús Rivera Cantillana, coinciden con las improntas halladas en la casa de un comisario general, integrante de la plana mayor de policía bonaerense, que fue víctima de un robo en La Plata.
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