Violencia en La Matanza por el crimen de un chico de apenas trece años
Franco Torres murió de un balazo en la cabeza cuando cuatro delincuentes dispararon contra el auto en el que viajaba con su padre; confundieron el vehículo con el de un policía retirado al que habían asaltado y los perseguía
Franco Torres tenía 13 años y lo mataron de un balazo en la cabeza. Iba en auto con su padre a jugar al fútbol, en el club del barrio al que asistía desde los cinco años. Cuatro delincuentes, que escapaban en un auto robado, creyeron que el coche en el que circulaban Franco y su padre, Gabriel, los estaba persiguiendo. Y no dudaron. Detuvieron la marcha y dispararon contra los inocentes. Franco murió en el acto.
Ayer por la tarde, en Rafael Castillo, partido de La Matanza, se respiraba dolor y violencia. Por la tarde, un grupo de por lo menos 30 jóvenes enfurecidos atacaron la comisaría del barrio Los Pinos, de San Justo, encargada de la investigación del caso.
Prendieron fuego dos patrulleros, rompieron los vidrios de la comisaría e intentaron incendiar las cortinas de la dependencia policial. La familia de Franco Torres, en ese momento, estaba a diez cuadras del lugar encabezando una marcha en reclamo de justicia. La policía dijo que los vándalos que los atacaron no tenían nada que ver con el chico muerto.
La historia había comenzado el miércoles a las 20, en el barrio San Alberto, de Isidro Casanova, donde los cuatro delincuentes -ninguno de ellos está detenido hasta el momento- realizaron una entradera y, robaron el Citroën C4 del dueño de casa. El raid delictivo continuó en Granville al 200, de Rafael Castillo, donde asaltaron una agencia de seguros. El dueño del local, Juan Irazabal, un ex policía, que reconoció a uno de los delincuentes, decidió perseguirlos con su camioneta Chevrolet Meriva. Se sospecha que el ex agente del orden también fue identificado por uno de los malvivientes.
Según cree Irazabal, cuando los delincuentes escapaban se dieron cuenta de que el hombre había pertenecido a la fuerza y que había identificado a uno de los asaltantes y volvieron a buscarlo para matarlo.
Entonces, cuando el hombre estaba a punto de salir para perseguirlos, se cruzó el padre de Franco Torres, que conducía una Chevrolet Meriva igual a la de Irazabal. Los delincuentes habían visto ese automóvil durante el asalto. Los hombres se confundieron de vehículo y dispararon a matar.
"El padre bajó, se agarró la cabeza y gritó: «Mataron a mi hijo! Mataron a mi hijo!» En ese momento ellos aceleran y yo empiezo a perseguirlos", relató Irazabal.
Entre llantos, el padre de Franco, Gabriel Torres, ayer a la mañana declaró a los medios de comunicación: "Veo cuando sacan el arma y dispararon, fue un segundo, no pude manotear al nene, cayó al lado mío. Le salía sangre y ya estaba muerto".
El ex policía, entonces, se largó a perseguirlos durante cincuenta cuadras. Los alcanzó y los chocó. Uno de los delincuentes se bajó e Irazabal lo embistió con su auto. Los otros tres dispararon unas nueve veces, según declaró el ex policía y escaparon corriendo con el delincuente herido en andas.
"No me animé a seguirlos a pie porque estaban todos armados y yo desarmado. Empecé a gritar a los vecinos que llamen a la policía y a pedir ayuda, pero lograron escaparse", contó Irazabal.
Franco era jugador de categoría Infantil en la escuela de fútbol 12 de Octubre, de Isidro Casanova, hacia allí iba con su padre.
Cuentan los vecinos de San Justo y Rafael Castillo que en la zona ya están cansados de la inseguridad.
La familia de Franco se reunió frente a la comisaría de Los Pinos por la mañana y reclamaron justicia en paz.
Pero a la tarde todo se desbordó. A las 15, dos camiones con aproximada 30 jóvenes se detuvieron frente a la sede policial. Hubo pedradas, palazos e incendiaron dos patrulleros. La investigación del caso recayó en el fiscal de La Matanza José Maroto. Por los incidentes tampoco hubo detenidos.
Los amigos de Franco, ayer por la mañana, habían abierto un perfil en Facebook para despedirlo. Un crespón negro y una foto del chico haciendo jueguito con la pelota eran las imágenes que le sumaron. Y luego las frases, las despedidas, la bronca por tanta muerte inútil. Ayer en La Matanza se lloraba otra muerte inocente.
Mató a una niña una bala policial
Peritos de Gendarmería determinaron que el proyectil que en agosto pasado mató a Sabrina Olmos, una alumna de 15 años de un colegio de Morón, fue disparado por el arma de uno de los policías que se tiroteó con ladrones a pocos metros del colegio. El autor del disparo ya está identificado, según informó la Justicia.
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