Violencia en el conurbano: después del estallido de furia frente a la municipalidad, otros cuatro homicidios suman tensión en Moreno

Las imágenes del reclamo de justicia por el asesinato de Lucas Aguilar fueron contundentes. Familiares, amigos y vecinos protestaron ayer frente a la municipalidad de Moreno hasta que fueron desalojados de la zona con balas de goma y gases lacrimógenos. La intendenta Mariel Fernández, vinculada al kirchnerismo, buscó transferir culpas de la gobernación a las autoridades nacionales y sus funcionarios se refirieron al homicidio del joven repartidor de 20 años como un hecho alejado a la inseguridad, casi fue descripto como un trifulca callejera. Casi al mismo momento, otros dos cuerpos aparecían en Moreno. Y luego trascendieron hoy otros dos homicidios.

Una de las víctimas de esos cuatro asesinatos notificados en tres diferentes episodios fue un motociclista de 25 años, baleado en la localidad de Francisco Alvarez. Ese homicidio se cometió pasadas las 6, cuando el joven circulaba en la ruta 7 y fue interceptado por motochorros que, como en otros casos notificados en las últimas semanas en el conurbano, dispararon para concretar el robo de una moto.

Mientras las autoridades judiciales de Moreno investigaban ese hecho, llegó el reporte de otra muerte violenta. En ese caso se trató de una disputa intrafamiliar, con un hombre detenido por matar a su hermano. Fue el único de los ocho homicidios registrados en la última semana en Moreno que no tuvo vínculos con la inseguridad.

Diferente, claro, es el caso del doble crimen que ocurrió a unos 10 kilómetros del edificio municipal, donde se concentraba ayer gran parte de los policías desplegados en el distrito para disolver la manifestación en reclamo de justicia y seguridad. Casi a la misma hora, en el barrio Las Catalina fueron mortalmente baleados un joven de 20 años y un hombre de 40.

La hipótesis central del doble crimen es un ajuste de cuenta narco. Muertes con esas características habían convertido en 2016 a Moreno en una de los peores distritos del país por su tasa de homicidios, solo superada en ese momento por el índice en Orán y por encima incluso de la siempre convulsionada ciudad de Rosario.

El joven de 20 años asesinado de dos disparos habría sido identificado como Franco Miltos, con repetidos antecedentes por robos. Aún no se estableció la identidad de la otra víctima.

Este doble crimen llega en un momento de fuerte tensión social en Moreno, que tiene estadísticas de seguridad que alertan sobre los problemas de delito extremo en ese distrito. En 2016, los datos oficiales habían marcado que Moreno figuraba como el distrito bonaerense con tasa más alta de asesinatos: 15,8 casos cada 100.0000 habitantes. Fueron notificados ese año 80 homicidios, pero la tasa resultó en ese momento clara para definir qué pasaba en el municipio que por entonces administraba el camporista Walter Festa. Es que esos 15,8 fue un índice más alto que el dato de Rosario, 12,1 en 2016. Peor que Moreno solo apareció San Ramón de la Nueva Orán, con 17,3, la ciudad salteña que, casualmente, en estos días también volvió a ser noticia por ser el eje por donde se mueve el contrabando que ingresa por Aguas Blancas.

A la actual gestión de la intendenta Mariel Fernández, surgida del Movimiento Evita, no le fue mucho mejor en este aspecto. En 2023, en el último registro anual conocido hasta el momento, la Procuración General de Buenos Aires marca en sus estadísticas criminales que el distrito judicial Moreno-General Rodríguez notificó 59 homicidios, incluidos cinco asesinatos cometidos por menores.

El conurbano suma en la última semana 15 muertes violentas, ocho de esos casos ocurrieron en Moreno.

Especialmente impactante fue el homicidio del joven repartidor, en una zona céntrica, a pocos metros de la municipalidad y y con muchos testigos. De ahí surgió en estallido de furia vecinal. Aguilar fue asesinado de siete puñaladas por un delincuente que, aparentemente, intentó robarle a un vendedor de alfajores. Ante la ausencia de la policía bonaerense en la zona, Aguilar, que trabaja como repartidor en moto, persiguió al agresor con un palo.

Al llegar a la esquina de Asconapé y Alem, a dos cuadras de la Municipalidad de Moreno, Lucas alcanzó al agresor y le pegó con el palo para detenerlo. Entonces, el atacante le arrebató la madera a Lucas y comenzó a asestarle puñaladas. El homicida ya tenía tres condenas entre sus antecedentes, pero seguía libre.

El asesino habría sido identificado como Luis Benjamín Benítez, de 36 años. El caso de ese homicida constituye un claro ejemplo de la puerta giratoria. Benítez tenía tres condenas firmes y, sin embargo, estaba libre. La primera condena en su contra fue por un intento de homicidio ocurrido en julio de 2017, en Lomas de Zamora. Después sumó más sentencias. El 10 de marzo de 2023, el Tribunal Oral N° 1, de Mercedes, le impuso una pena de un año y ocho meses de prisión de cumplimiento efectivo por el intento de robo agravado poblado y en banda.

Además, el 21 de marzo de 2024, sumó otra condena a tres meses de prisión efectiva y la declaración de reincidencia, por otro intento de robo que cometió en 2022, en Luján. El 16 de abril de 2024 recuperó la libertad. Ahora fue detenido y acusado del homicidio de Lucas y del intento de asesinato del vendedor ambulante al que el repartidor salió a defender.

El presidente Javier Milei destacó el accionar del joven y creó una condecoración para honrarlo. “Hoy mataron a Lucas Aguilar, un repartidor de Moreno que defendió a un vendedor ambulante de un asalto. El vendedor ambulante fue apuñalado pero sobrevivió gracias a Lucas, que hizo el sacrificio máximo por un desconocido y entregó su vida para defenderlo”.

El Gobierno creó la “Condecoración al Valor del Hombre Común” que será entregada a familiares del joven repartido asesinado en Moreno.

La rabia de vecinos frente a la inseguridad en Moreno encontró como detonante no solo el asesinato del joven Aguilar, sino también la sucesión de crímenes que en los últimos días incluyó en Moreno la muerte de Pablo Bártoli, de 38 años, que se dirigía a trabajar en una fábrica cuando fue interceptado por motochorros 300 metros antes de llegar a su puesto laboral. Los asaltantes se pusieron a la par y, a punta de pistola le exigieron que entregara su moto Honda Enduro. Para obligarlo a detener su marcha los asaltantes le dispararon un balazo en la mano. Después, cuando el trabajador estaba indefenso, al costado de la banquina de la ruta 25, uno de los asaltantes lo remató de un disparo en el pecho.

Antes había sido asesinado Esteban Jesús Maciel, de 29 años, baleado en Pericles y Pirovano. Mientras que en Daract y Vicente López, un efectivo de la Policía de la Ciudad, mató a uno de los asaltantes que le quiso robar la moto, cuando circulaba, de civil y franco de servicio.

Ese caso fue uno de los 32 enfrentamientos que se notificaron este año entre delincuentes y policías porteños, víctimas de asaltos cuando circulaban fuera de servicio y sin uniforme por las calles del conurbano. En ese tiroteo registrado en Moreno, el oficial de la Policía de la Ciudad abatió a un delincuente de 18 años, que tenía no solo antecedentes por diversos robos, sino que tenía una orden en su contra de búsqueda y captura por delitos cometidos en la ciudad. Su cómplice, de 15 años, resultó herido en el enfrentamiento.

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