Vinculan a policías y ex guerrilleros con secuestros
Serían ex miembros de Sendero Luminoso algunos captores de un empresario
Una banda integrada por policías, ex uniformados y ex miembros del grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso sería la que mantuvo secuestrado durante ocho días a Daniel Rebagliati, el empresario de 53 años que fue liberado en la madrugada de ayer, sano y salvo, en Almirante Brown, tras el pago de casi $ 2.000.000 de rescate.
Según dijo a LA NACION una calificada fuente de la investigación, la pista que apunta a esa banda mixta surgió del cruce de datos de otros hechos similares ocurridos en los últimos doce meses en distintas zonas del conurbano.
Rebagliati había sido secuestrado el 27 de abril en Santos Lugares, partido de Tres de Febrero, cuando se dirigía a la sede de Cintra, la empresa de dragado y contención de derrames tóxicos, situada en Martín Coronado, que el empresario conduce con su padre y sus hermanos.
"Me dijo que volvió a nacer, que iba a festejar otro cumpleaños. Lo único que quería era reencontrarse con su familia. Llegó descalzo, apenas vestido con una remera blanca y un jean y con un poco de barba", relató Teresa, la despachadora del turno noche de la remisería del barrio San José, en Almirante Brown, a la que Rebagliati llegó tras su liberación. Esto ocurrió horas después de que su familia arrojara el dinero para el rescate desde un tren en movimiento, entre las estaciones Santos Lugares y Caseros, de la línea San Martín.
"Dijo que había estado secuestrado varios días, que no se acordaba bien. Que lo mantuvieron con una capucha, en un lugar oscuro", agregó la empleada de la remisería Chubut, de la localidad de Adrogué.
Rebagliati fue liberado ayer, a las 3.10. Tres horas antes, un familiar suyo, siguiendo instrucciones de los secuestradores, arrojó un bolso con el dinero del rescate cuando la formación 3477 del Ferrocarril San Martín a la que había tenido que subir el pagador cruzaba el paso bajo nivel situado al costado de la cancha de Estudiantes de Buenos Aires, en Caseros.
Según fuentes de la investigación, anteanoche, minutos después de las 21, la familia del empresario recibió un llamado de uno de los secuestradores, de voz fina y delicada, que estaba a cargo de la negociación, para que uno de ellos saliera de la residencia de Rebagliati en Villa Devoto con el dinero que habían juntado.
En varios llamados, el secuestrador que llevaba adelante la negociación hizo cambiar de dirección al pagador. Primero, lo hizo pasar por el Obelisco, luego por Recoleta. La última posta era la terminal del Ferrocarril San Martín, Retiro. Le ordenaron que tomara el tren que salía a las 23.30 hacia José C. Paz.
Se le indicó que fuera hasta el penúltimo vagón y que luego de que el tren partiera de la estación Santos Lugares y antes de que llegara a Caseros arrojara el bolso con el dinero cuando se lo ordenaran.
El bolso fue atrapado por el "cobrador", que aparentemente esperaba en una moto. Habían pasado diez minutos de la medianoche. Lo que vino después para la familia fueron casi tres horas de angustia. La incertidumbre terminó cuando Rebagliati se comunicó, avisó que lo habían liberado y pidió que fueran a buscarlo a la remisería del barrio San José.
Un día antes, los secuestradores habían realizado un simulacro de pago del rescate, supuestamente para analizar si el pagador era seguido por hombres de la Dirección Antisecuestros de la policía bonaerense.
Para desorientar a los investigadores, los secuestradores tuvieron en vilo al pagador y, entre las 23 y las 6, lo hicieron ir de Puente La Noria a Recoleta, de allí al estadio de River y después regresar a Puente La Noria. El hecho de que los delincuentes conocieran el protocolo policial en casos de secuestro abona la presunción de que habría uniformados en la banda.
Durante los ocho días que el empresario estuvo cautivo hubo casi 20 llamados extorsivos. Ante la posibilidad de que la policía hiciera una triangulación con antenas y localizara el lugar desde donde se hacían las llamadas, los secuestradores evitaban que la comunicación se extendiera por más de un minuto.
Toda la negociación estuvo monitoreada por efectivos de la Brigada Antisecuestros de Tres de Febrero y el fiscal federal Paul Starc. Según fuentes de la investigación, en la primera comunicación exigieron un rescate de 2.000.000 de dólares.
Rebagliati, que vive con su segunda esposa y tres hijos, había sido interceptado cuando circulaba en la camioneta Ford Ranger de la empresa Cintra, en la esquina de Hornos y Esquiú, en Santos Lugares. Los delincuentes habían planeado interceptarlo de camino a la empresa, situada en Martín Coronado, también en el partido de Tres de Febrero.
El abogado del empresario, Rafael De Francesco, asesor letrado de Cintra, relató que los malvivientes llamaban dos veces al mediodía y dos veces a la noche para negociar.
"Cuando había algo que no les gustaba, nos castigaban con un silencio de ocho o diez horas, y era una de las mayores torturas que teníamos", afirmó el letrado y amigo del empresario, en declaraciones difundidas por la agencia Télam.
El letrado del empresario relató que los secuestradores, al recibir respuestas sobre la imposibilidad de reunir el monto de rescate exigido, llegaron a pedir que vendieran la empresa, como parte de la presión ejercida para obligar a la familia a pagar. La cifra se mantuvo, pero cambió de dólares a pesos. Finalmente, entre familiares y amigos juntaron el dinero para el rescate.
Si bien trascendió que en uno de los traslados, los secuestradores obligaron al empresario -al que tuvieron siempre encapuchado- a meterse en un ataúd, el abogado de Rebagliati desmintió esa versión.
A partir de revisar los datos que surgían de los últimos secuestros, los investigadores descubrieron algunos elementos en común con hechos similares. En uno de esos casos habrían participado dos sospechosos de nacionalidad peruana que integraron las filas del grupo guerrillero Sendero Luminoso y que se instalaron en nuestro país para dedicarse al narcotráfico y a los secuestros.
Al frente de una empresa familiar
Jorge Rebagliati
La víctima
El empresario liberado ayer, tras ocho días de secuestro en el conurbano bonaerense, tiene 53 años, está casado y tiene dos hijos. Es el director de la firma Cintra, una empresa que nació por iniciativa de su padre, en 1957, y que se volvió un emprendimiento familiar operado por la compañía Jorge L. Rebagliati e hijos. Esa empresa se dedica a la producción de materiales de caucho para las actividades náuticas, como las defensas utilizadas en los muelles para el amarre de barcos. Más allá de la etapa de fabricación de productos, la compañía da servicios de control de derrames tóxicos y dragado de puertos. En su página web, Cintra tiene como clientes a varias de las empresas privadas más importantes del sector de transportes navales, como petroleras, y también es contratada por organismos públicos.
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