Villa Gesell: "Llevo 10 horas tirado en el piso de la fiscalía, sin comer, me duele la cabeza", protestó Luciano Pertossi
Fue el último de los detenidos en ingresar en la sala de audiencias. La fiscal Verónica Zamboni había escuchado la repetición de críticas en boca de los imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Todos apuntaban contra la representante del Ministerio Público, los medios de comunicación y el abogado de la familia de la víctima. Ni una palabra se escuchó en las indagatorias sobre el brutal crimen por el que ocho sospechosos están en prisión, por esa golpiza recibida por el adolescente de 19 años, asesinado a golpes y patadas mientras estaba indefenso en el suelo luego de un puñetazo por la espalda que lo había dejado knock-out. Luciano Pertossi no reiteró las quejas de sus compañeros en la casa que alquilaban en Villa Gesell y en la alcaldía donde se alojan durante su prisión preventiva. El hasta hace poco más de un mes prometedor insider de Arsenal Zárate dijo que no declararía porque se había cansado de esperar.
"Quiero dejar constancia que vine con la idea de declarar, pero estoy despierto desde las 5.30 de la madrugada, esposado desde las 5.30, llevo doce horas esposado con las manos atrás y diez horas tirado en el piso en la fiscalía, sin comer, me duele la cabeza, estoy aturdido", aseguró Luciano Pertossi, según consta en su negativa a prestarse a una declaración indagatoria.
La estrategia de la defensa parece enfocada en generar una animosidad entre los detenidos y la fiscal Zamboni en procura que esta sea removida del caso. El abogado de los diez imputados presentó una recusación contra Zamboni, indicándose las supuestas irregularidades detectadas por la defensa en la instrucción de esta causa. Los detenidos que estuvieron frente a la fiscal el miércoles apuntaron a construir tres ejes de defensa: las críticas a la fiscal Zamboni, la presentación como reos condenados por la opinión pública antes del veredicto de un juez y la instalación de un ambiente hostil en el penal de Dolores y en cualquier otra unidad carcelaria al exponer supuesta amenaza en procura de conseguir el beneficio de las prisiones domiciliarias con monitoreo electrónico.
Apunta contra la fiscal Zamboni puede resultar clave para los sospechosos del asesinato de Báez Sosa, ya que esta representante judicial estableció una hipótesis para el homicidio que ubica a cada imputado en un rol determinado con el único fin de dar muerte a Báez Sosa en réplica a un altercado sostenido dentro del boliche Le Brique, en Villa Gesell.
Más allá del silencio de los dos únicos imputados que mantienen su libertad, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, los ocho detenidos que se presentaron un día antes en la fiscalía de Villa Gesell reclamaron -y consiguieron-* la presencia del juez de Garantías David Mancinelli para expresar sus quejas. Del asesinato no hablaron. Es más, ninguno pronunció la palabra homicidio, crimen o asesinato para referirse a la salvaje golpiza por la que murió Báez Sosa, sino que optaron por un eufemismo bastante similar al "caducó" transmitido en un mensaje de audio por Lucas Pertossi pocos minutos después del hecho, es decir del asesinato. En su presentación en las indagatorias solo dijeron que "un chico fue entregado en un cajón a la familia"...
"Nos dijeron nada más que a un chico se lo habían entregado en un cajón a la familia. Tenemos todos miedo, por el tema de la cárcel, por la ventana nos gritan cosas, nos dicen que nos esperan. Nosotros nos sentíamos vulnerables porque también en las rondas de reconocimiento se filtraron muchas cosas de nosotros", expresó, por ejemplo, Blas Cinalli.
Las exposiciones realizadas por otros sospechosos fueron muy similares, con las mismas ideas- fuerza apuntadas en el caso de Cinalli.
"Nosotros nos sentimos muy defraudados por la Justicia porque no se nos explicó nada, nos dijeron cosas que no entendíamos y nunca se nos dio el espacio para que nos expliquen qué era lo que estaba pasando", indicó Máximo Thomsen.
Y agregó: "A nosotros nos condenó la sociedad antes que cualquier otro juez o fiscal, nos condenaron los medios diciendo todo lo que supuestamente había pasado, ellos tenían los videos y nosotros nos enteramos por nuestra familia el día de visitas, ya privados de la libertad, nos enteramos todo lo que había pasado ese día, porque nunca nos lo habían explicado".
Thomsen aseveró: "Quiero aclarar que en la cárcel no estamos como dicen los medios, que dicen que tenemos aire acondicionado, que tenemos ventiladores, que somos presos VIP. Estamos toda la noche escuchando lo que nos dicen los otros presos, que nos gritan que tienen precio nuestras cabezas, que Burlando los va a defender, que nos quieren violar, nos gritan de todo por la ventana".
Luciano Pertossi esperó a que los demás diesen el testimonio elegido. Quizá hubiese dicho lo mismo que sus compañeros de vacaciones y de pabellón; quizá, no. Optó por reclamar por estar varias horas esposado. Y sin comer.
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