Videos, un arma y la fuga comprometen al clan detenido por el ataque en Congreso
En menos de 72 horas, los investigadores de las policías Federal y de la Ciudad obtuvieron varias pruebas clave que comprometen al clan de los Fernández y Navarro Cádiz en el asesinato del funcionario riojano del área de energía Miguel Yadón y en el intento de homicidio del diputado nacional Héctor Olivares.
Esas pruebas fundarían el eventual procesamiento y prisión preventiva para los dos principales imputados: Juan Jesús Fernández y Juan Jesús Navarro Cádiz. También existen otros indicios que vinculan con el hecho a los restantes cuatro acusados, todos miembros de dos familias entrelazadas e instaladas en la zona de Congreso.
El principal elemento que complicó a los imputados fue la grabación de la cámara de seguridad que, apenas cinco horas después de la emboscada, exhibieron la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich y el viceje del gobierno porteño Diego Santilli. Dichas imágenes confirmaron que los seis balazos que hirieron de gravedad al diputado Olivares y mataron a su amigo fueron disparados desde el Volkswagen Vento gris patente LYS 656 que pertenece a Juan Jesús Fernández.
La secuencia de las imágenes estableció que los disparos no habrían sido accidentales ni provocados en medio de una discusión dentro del vehículo. Tal presunción se fundó en un hecho clave: antes que Yadón y Olivares llegaran al lugar donde estaba el Vento, otras personas pasaron al lado del automóvil y no hubo disparos. Esta prueba se denomina en el Derecho Penal como indicio de oportunidad. El automóvil de Fernández estuvo detenido veinte minutos en ese lugar y no había pasado nada. Esta circunstancia demostraría que ambos ocupantes del Vento esperaban que llegaran Yadón y Olivares y habrían disparado cuando un cómplice les avisó.
Con la visión obstruida por el ómnibus estacionado delante del Vento, en la curva de Avenida de Mayo y Sáenz Peña, los ocupantes del automóvil no podrían advertir la aproximación del funcionario y del legislador a menos que un cómplice, supuestamente otro miembro del clan, los alertara.
El final de dicha secuencia complica todavía más a los dos imputados: ambos huyen del lugar y, el más joven de los dos, supuestamente Navarro Cádiz, alias "Cebolla", se descartaría de las vainas servidas de la pistola calibre .40 con la que se hicieron los disparos. Luego de revisar esas imágenes los responsables de la investigación policial encabezados por la ministra Bullrich afirmaron que los autores materiales de la emboscada tiraron a matar.
Existe una línea de tiempo grabada por otras cámaras de seguridad que avala las sospechas contra los acusados.
A las 5.30 ambos imputados y algunos de los otros integrantes de ambos clanes fueron registrados cuando salían de uno de los dos bares de la zona en la que se reúnen los integrantes de las distintas familias de esa comunidad.
Cincuenta minutos después, la misma cámara de seguridad que grabó el ataque, registró el momento en que el conductor del Volkswagen Vento estacionó el vehículo en la curva de la Avenida de Mayo, en lugar exacto donde se produjo el ataque.
El seguimiento de esa línea de tiempo llevó a los investigadores hasta la cochera de Bartolomé Mitre 1440, a tres cuadras de la escena de la emboscada. Allí, la policía secuestró el automóvil usado por los agresores. El propietario del estacionamiento declaró como testigo y afirmó que Fernández alquila la cochera y que la paga mensualmente. A las 7.01, se registró el momento en que Fernández abandona el estacionamiento. Caminaba tambaleante y con dificultad.
Otro de los elementos que comprometieron a Fernández, Navarro Cádiz y al resto de los detenidos es la cercanía de sus domicilios con la escena del crimen. Fernández vive en Belgrano al 1700, Navarro Cádiz, en Montevideo 76; Estefanía, la hija de Fernández, en Sáenz Peña al 100; Luis Cano, primo de la esposa de Fernández, en Rivadavia al 1600.
A la línea de tiempo y a las cámaras de seguridad hay que sumarle las pruebas científicas.
El peritaje balístico realizado por los técnicos de la Policía Federal en la pistola calibre 40 que la policía secuestró en el departamento de Navarro Cádiz concluyó que se trató del arma utilizada en el ataque contra el diputado Olivares y Yadón.
Además, el análisis de los restos hallados en dos prendas de vestir del imputado Fernández, secuestradas en el departamento de Sáenz Peña, donde vive su hija, dieron positivo con respecto a fulminante. La conclusión de este estudio indicaría que la persona que usó esas prendas disparó un arma o estuvo a poca distancia de quien efectuó los disparos.
Ambos imputados huyeron. Fernández fue detenido en Concepción del Uruguay cuando intentaba cruzar la frontera. Estaba acompañado por su primo, Miguel Fernández Navarro, quien es padre del presunto autor de los disparos. También estaba un menor, que sería hijo de Navarro Cádiz.
Si bien no había orden de captura contra Navarro Cádiz cuando, el viernes a la 1.49, cruzó a Uruguay por el puente internacional Colón-Paysandú, para la Justicia, el hecho de que estuviera acompañado por su madre, tía y hermana indicaría que tenía la intención huir e instalarse con su familia en ese país o, posiblemente tomar un vuelo a España.
En sus indagatorias, instancia judicial en la que no tienen la obligación de decir la verdad, tanto Fernández como su hija, acusada de ser la presunta instigadora del ataque, señalaron a Navarro Cádiz como el autor de los disparos e intentaron desvincularse de la emboscada. Dichas afirmaciones deberán ser corroboradas con pruebas que, hasta ahora no figuran en el expediente.
El destino de los otros tres sospechosos detenidos depende especialmente de los resultados de los cruces telefónicos y del seguimiento y revisión de las cámaras seguridad. Tanto la fiscal Estela Andrades como el juez Mariano Iturralde tienen 30 días para sumar el resto de las pruebas necesarias para fundar eventuales procesamientos y definir si todos siguen presos.
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