Video. El momento en que detienen y desarman a la persona que atacó a policías en la terminal de trenes de Retiro
Rodeado por patrulleros y por curiosos, tirado sobre la calzada, herido, aún le queda algo de fuerza para levantar el arma que le había arrebatado a un policía y con la que había disparado a diestra y siniestra. En corta carrera, un uniformado da un rodeo, se le acerca por un costado y le patea el brazo con el que sostiene la pistola. Le baja el brazo para erradicar el peligro, y el tipo tira una última vez. Pero enseguida se acercan más agentes y, finalmente, lo reducen. Tres señoras cuchichean, escandalizadas, y otros peatones se acercan a paso redoblado. Todos quieren ver cómo terminó el episodio que durante unos minutos, amenazó con convertirse en una masacre allí, en la avenida en la que frentean las cabeceras de tres líneas ferroviarias y la terminal de ómnibus de Retiro, separadas por la angosta calle 13, que se interna en la villa 31.
Fue un infierno de balas. Pero solo hubo tres heridos leves y uno, el causante del suceso, con lesiones más graves. A las ocho y media de la mañana, en la vereda de las cabeceras ferroviarias de Retiro, un hombre en situación de calle y con carácter violento y voluble le quitó el arma a un policía y desencadenó un tiroteo en el que, milagrosamente, no hubo muertos, en una zona de alto tránsito peatonal y vehicular. Como sucedió el 28 de septiembre pasado, cuando un esquizofrénico acuchilló al inspector de la Federal Juan Pablo Roldán en la esquina del Malba, otra vez una persona con sus facultades mentales eventualmente alteradas agredió a un uniformado y estuvo a punto de desatar una tragedia.
Los heridos son dos policías -uno de la Ciudad y una de la Federal que acudieron en auxilio del efectivo porteño al que le robaron la pistola- y un ciclista que, ajeno a los ruidos del tránsito y de las detonaciones, ya que circulaba con auriculares puestos frente a la terminal del ferrocarril San Martín, recibió el roce de un proyectil en una pierna. También, aquella persona, reducida luego de recibir disparos en el torso y las extremidades. Los peritajes balísticos serán realizados por especialistas de la Gendarmería.
Como informó LA NACION, el episodio sucedió cerca de las 8.30 en Ramos Mejía y calle 13, en inmediaciones del Barrio 31 y de la estación de tren San Martín.
Los voceros detallaron que todo se inició cuando un agente de la Policía de la Ciudad pidió apoyo porque una persona en situación de calle le había quitado el arma reglamentaria de su cartuchera, tras lo cual llegó al lugar en auxilio otro miembro de la fuerza y una agente de la Policía Federal Argentina perteneciente a la División Ferrocarril San Martín.
En esas circunstancias, según las fuentes, se produjo un tiroteo en el que resultó herido el oficial que había ido en apoyo de su compañero de fuerza (recibió un tiro en el tobillo derecho) y la agente federal, que sufrió una herida de bala en la mano derecha. Ambos fueron derivados para su atención al hospital Churruca: estaban fuera de peligro, según se informó.
El ciclista que, ajeno al hecho, terminó involucrado, también recibió una lesión por roce de un proyectil. Fue trasladado en ambulancia al hospital Fernández. Fue identificado como Celso Cuba Méndez, paraguayo, de 24 años.
En tanto, esta persona (de entre 30 y 40 años, según las estimaciones) recibió disparos en el abdomen, el torso, una mano y uno de sus muslos, según dijo que LA NACION el director del SAME, Alberto Crescenti. También fue trasladado al Fernández, donde quedó internado, en calidad de detenido.
Este hombre fue identificado como Jonathan Mosqueda, de 31 años. Según los registros del Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (Sifcop), cuenta con una internación ordenada en 2016 por el Juzgado de Familia N°3 de San Martín, según precisó a la agencia de noticias Télam una fuente policial.
Según precisó la agencia de noticias Télam, en el lugar del hecho trabajaron inicialmente efectivos policiales que acordonaron el área donde quedó tirada la pistola robada al policía; se levantaron 24 casquillos de bala. A media mañana llegó el equipo criminalístico de la Gendarmería para completar el levantamiento de rastros y establecer cuántas armas fueron disparadas y determinar las trayectorias de los proyectiles para detallar la dinámica del enfrentamiento armado.
Juan, un barrendero que fue testigo de parte de la secuencia, afirmó hoy al canal Crónica TV que todo comenzó cuando el agresor "le sacó el fierro de atrás" al policía. "Vino corriendo hasta la esquina, lo rodearon los policías y le pegaron unos tiros en las piernas", relató.
El trabajador explicó que el hombre armado "quería disparar a cualquier persona", pero que aparentemente no lo hizo porque el arma "tenía el seguro". Durante unos instantes apuntó y gatilló en vano, aunque las fuentes del caso dijeron que en algún momento logró quitar el seguro del arma y efectuó una serie de disparos a los policías que lo rodeaban y en distintas direcciones.
El barrendero comentó que él vio que, además del agresor, resultaron heridos "un policía en un tobillo" y también "un muchacho que pasó en bicicleta, que tenía auriculares y la ligó en el tobillo".
Sobre el agresor, Juan explicó que lo conoce y que se trata de un hombre en situación de calle "conflictivo" y "agresivo". "Siempre hace problema, ayer había un muchacho fumando y le sacó el cigarrillo de la boca. A veces anda desnudo, se pone con una frazada y pide plata. A mí me pide bolsas. Ayer estaba mal, los policías lo llevaron y se ve que lo soltaron. Siempre anda con una madera, es agresivo", relató Juan.
La investigación judicial se encuentra a cargo de la jueza Paula Petazzi, quien aguardaba el informe médico de todos los heridos y ordenó la custodia policial del delincuente que se apoderó del arma del policía, quien está por el momento hospitalizado fuera de peligro.
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