“Venía como un rayo”: el desgarrador testimonio de la pareja de la ciclista que murió arrollada en los Bosques de Palermo
Luis Ceccato declaró como testigo en una nueva audiencia del juicio por el asesinato de Marcela Bimonte, quien falleció en enero de 2022 cuando fue embestida por José Carlos Olaya González, que acababa de salir de un boliche y perdió el control a alta velocidad en una curva de la avenida Figueroa Alcorta
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Fue un testimonio, por momentos, desgarrador. Luis Ceccato lloró ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 25 al recordar a su pareja, Marcela Bimonte, la ciclista que en enero de 2022 murió al ser embestida por un automovilista que perdió el control a alta velocidad en una curva de la avenida Figueroa Alcorta, a la altura de los Bosques de Palermo. “Decían que no éramos una pareja, sino un equipo y ya no. Era querida por todo el mundo. Yo tendría que haber muerto”, dijo entre lágrimas. Y, sobre el momento en que fue arrollada, recordó: “El impacto y la velocidad a la que iban era impresionante. Venía como un rayo. El conductor tomo algo de la calle y se fue. Yo gritaba y no la encontraba. Había cuerpos por todos lados. La encontré a 2 o 3 metros del auto rojo. Ella sangraba por todos lados”.
Ceccato declaró como testigo en la segunda audiencia del juicio oral y público donde José Carlos Olaya González, el conductor del automóvil que arrolló a la víctima, es juzgado por homicidio simple con dolo eventual, en concurso ideal con lesiones graves dolosas con dolo eventual. Otros tres sospechosos están acusados de encubrimiento agravado.
Antes de la palabra de la pareja de la víctima, la audiencia había comenzado con un polémico pedido de la defensa de parte de los acusados: solicitó que no estuviesen presentes los medios de comunicación y que no se le tomaron fotos a los imputados.
El abogado Gabriel Becker, que representa Alejandro Héctor Reparaz y Catalina Reparaz (exmarido e hija de Bimonte) explicó que el caso es público y que debe haber libertad de expresión. El tribunal desestimó el pedido de la defensa.
“Una médica ciclista me dijo que no tenía pulso. Vi al conductor escaparse y mucha gente gritando que no se vaya. Había dos chicas y a una que estaba subiendo al patrullero le grite: ´hija de puta, la mataste´. Ahora me cuesta ir en bici”, sostuvo Ceccato.
Después declaró Jorge Joselo, un corredor inmobiliario, que también fue víctima de Olaya González. “Logré ver un auto rojo que se nos venía [encima]. Pasó algo que produjo que me desmayara y después me levanté como un resorte y dije ´uh la puta, me quebré el brazo´. En el Hospital Fernández me di cuenta que me había desmayado en un momento. Cuando recuperé el conocimiento en el lugar, todo estaba como si una bomba o una guerra cayó en el lugar”, afirmó.
Su esposa, Michelle de Rosas, también resultó herida tras ser impactada por el auto. Dos años después, siguen las secuelas. No puede mover una pierna. “Veo autos rojos en la calle y me paralizo. Me mareo”, aseguró y contó que la semana pasada se sacó un vidrio de una mano. “Sigo sacando vidrios de mi cuerpo”, agregó.
“Íbamos rápido”
Después, declaró Priscila Ávalos, una aspirante a policía bonaerense de 22 años, que viajaba en el auto que arrolló a la víctima. “Del boliche salimos a las 6. Tomamos mucho alcohol, mucho vodka y consumimos marihuana. Salimos y nos fuimos a una estación de servicio para desayunar y después ir a Parque Norte para pasar el día. Estábamos muy cansados, yo le dije que no vayamos a la pileta porque estábamos cansados. Íbamos rápido. Sentía que algo iba a pasar. Me puse a dormir con el cinturón. Me desperté por el choque, con vidrios encima. Cami [por Camila Abigail González] no reaccionaba. Había una persona arriba del coche, herida, y al costado estaba la señora que falleció. [Oyala González] me dijo que se había quedado dormido. La gente se vino encima. Estaba con miedo y asustada. Él [el acusado] estaba shockeado, me preguntaba cómo estaba la víctima, si se estaba muriendo. Ayude a uno de los heridos, le hice maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP), lo puse de costado porque se estaba ahogando. Quedamos solas en un momento hasta que nos metieron en el patrullero. Nos gritaban asesinos”.
Además, sostuvo que Olaya González solo se acercó a un metro de distancia de la víctima, pero no ayudó. “Estaba enojada y triste con él”, dijo.
En un momento, en su declaración de hoy, se contradijo con su primer testimonio dado en la instrucción de la causa.
“En un semáforo lo vi [a Olaya González] con la cabeza abajo y pensé que se había quedado dormido y él le dijo que no, que estaba con el [teléfono] celular”, explicó.
En su primera declaración había afirmado que Olaya González le había manifestado que se quedó dormido. Cuando le preguntaron qué era lo que había pasado, realmente, respondió que lo que relató en la audiencia de hoy.
También declaró la otra joven que estaba en el auto, Camila Abigail González, que en el momento del siniestro vial se “estaba conociendo” con Olaya González. “Salimos de bailar, y nos íbamos a ir a la pileta. Éramos solo los 5, los que salimos del boliche. Estábamos yendo, fue como un zamba, como que el auto se dio vuelta. Pensé que habíamos chocado contra algo, no contra las personas, me di cuenta segundos después del choque. Vi a Olaya González irse al otro auto. La chica que estaba con nosotros le dijo algo y esto hizo que se fuera, pero él quería ayudar. Durante el trayecto, no recuerdo que [el acusado] se haya drogado. Iba del lado del acompañante en el auto y era la que servía el alcohol. Priscila [por Ávalos] no es mi amiga. Me dijo que iba a declarar en contra porque estaba enojada. Ella me contó que en un semáforo Olaya González se quedó dormido. Estaba decepcionada por lo que pasó. Hablé con Olaya González después, cuando estaba detenido. No soy nadie para juzgarlo. Más que una disculpa, no puedo decir. Él me pidió disculpas, y me puse en su lugar”, afirmó bajo juramento.
Posteriormente, declaró el oficial de la Policía de la Ciudad Cristian Morales. El testigo dijo que la velocidad media en la que circulaba el auto del imputado en el momento previo a arrollar a las víctimas era de 69 kilómetros por hora.
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